¿Has pensado qué hacer si eres uno de los afortunados con el “Gordo” de la Lotería de Navidad? Si estás entre los agraciados, puedes aprovechar para tapar algunos agujeros, darte un capricho, emprender algún proyecto personal, pero la idea principal parte por trazar una estrategia de planificación financiera en el largo plazo con la ayuda de tu asesor financiero, para preservar tu capital y obtener las mejores rentabilidades, según tu perfil de inversión, y siempre que los mercados lo permitan. Afrontar una serie de decisiones desacertadas podría incluso llegar a arruinarte en el largo plazo.
EFPA España ha elaborado un documento que recoge algunos consejos a tener en cuenta si nuestro boleto resulta premiado y evitar que una mala gestión nos provoque quebraderos de cabeza innecesarios o incluso nos haga perder dinero.
Mantén la calma y no tomes ninguna decisión precipitada
Resulta fundamental mantener la cautela, ser discretos y no tomar ninguna decisión precipitada. En primer lugar, conviene ser discretos, informa solo a familiares y amigos más cercanos. Compulsar el boleto premiado ante notario será una buena forma de evitar sustos. Recuerda que los premios superiores a 2.000 euros no se pueden cobrar en las Administraciones de Lotería así que, en ese caso, tenemos tres meses para solicitar el cobro en uno de los bancos autorizados por Loterías y Apuestas del Estado.
Ten en cuenta los impuestos que debes pagar
Este año no existe ninguna novedad en materia impositiva, se mantiene un gravamen especial del 20% para todos los décimos premiados. De este modo, solo tienen la obligación de tributar el “Gordo”, el segundo y el tercer premio, es decir, el importe neto del premio ‘Gordo’ de Navidad (400.000€ por décimo), tras el pago de impuestos, ascendería a 328.000 euros, el segundo premio (con un importe de 125.000€), se situaría en 108.000 euros y el tercero se reduciría de 50.000 a 48.000 euros, tras el pago de impuestos. El cuarto y quinto premio, dotados con 20.000€ y 6.000€ por décimo, respectivamente, quedarían completamente exentos. Además, hay que recordar que los premios menores de 40.000 euros están exentos de impuestos. No obstante, para aquellos que superan los 40.000 euros, el ganador deberá dar el 20% a Hacienda.
Esta retención constituye la tributación definitiva, de manera que no se debe incluir de nuevo en la declaración del IRPF del año correspondiente, los contribuyentes solo tendrán que añadir en su declaración los posibles rendimientos de las inversiones que este dinero les genere y los intereses bancarios.
Cuidado con los décimos compartidos
Si compartes décimo con un familiar o amigo, deberás demostrarlo ya que, de lo contrario, el beneficiario tendrá que pagar el Impuesto de Donaciones y Sucesiones correspondiente a la CC. AA. donde resida.
Consulta con un profesional del asesoramiento financiero
Busca un asesor financiero cualificado que te ayude a gestionar correctamente la vida financiera del premio, en función de tus necesidades y objetivos vitales. Recuerda que el concepto inversión va unido a un horizonte temporal a largo plazo. Tu asesor financiero podrá diseñar contigo una estrategia a medida para maximizar tu ahorro a largo plazo, realizando los cambios necesarios en tu cartera en función del comportamiento mercado. En estos casos, lo ideal será también consultar con un asesor fiscal y legal.
Seguro que merece la pena darse algún ‘capricho’, pero es importante analizar cuáles son tus urgencias financieras y tener en cuenta tus circunstancias y necesidades personales para evitar derroches innecesarios y caer en la trampa de contratar cualquier producto ‘gancho’ que te ofrezcan en alguna entidad financiera.
Si no lo haces ya, empieza a ahorrar para la jubilación
Por último, uno de los aspectos más importantes es destinar una parte del premio para ahorrar para tu jubilación y complementar así tu futura pensión pública. Está claro que esta se irá reduciendo en las próximas décadas así que, si queremos mantener nuestro poder adquisitivo en el momento de la jubilación, no nos quedará otro remedio que completarla. Si no lo has hecho antes, puede ser el mejor momento para ahorrar para la jubilación. Existen diferentes productos diseñados para completar la renta a lo largo de esta etapa. No obstante, en el escenario actual, también conviene analizar otras opciones como los fondos con un perfil arriesgado, con el objetivo de lograr una rentabilidad más alta, de lo contrario, la inflación nos puede hacer perder poder adquisitivo. Además, cabe destacar que se ha rebajado a 1.500 euros anuales el máximo de aportación que puede desgravarse en el IRPF por planes individuales de pensiones, según se recoge en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado para 2022.
No lo olvides, cuanto antes empieces a ahorrar para la jubilación, menor será el esfuerzo y mayor margen tendremos para asumir riesgos que aparejen una mayor rentabilidad.
Descarta productos sin rendimientos como los depósitos y las cuentas corrientes
Con el repunte de la inflación, lo más adecuado es evitar dejar nuestro capital en depósitos y cuentas corrientes. Este incremento de la inflación, asociado a la elección de este tipo de productos para no asumir demasiados riesgos perjudica el ahorro conservador y puede convertirse en insostenible y hacer que perdamos poder adquisitivo.
Vigila tu dinero
Todos los puntos anteriores no tienen ningún sentido si no cuidamos y gestionamos adecuadamente el recorrido de nuestras inversiones. Como regla general, cuanto mayor sea el capital invertido y el riesgo asumido, mayor vigilancia tendremos que ejercer. En este sentido, es fundamental contar con un sistema de seguimiento y evaluación que permita tomar decisiones adecuadas teniendo en cuenta factores como los cambios en los mercados, subidas de tipos de interés, cambios en nuestras circunstancias personales, etc.
Compara si merece la pena liquidar préstamos o amortizar parte de tu hipoteca
Reducir una deuda tiene sentido económico siempre que el coste, es decir el tipo de interés, sea superior a la rentabilidad que alcanzaríamos con otro activo financiero. Por ejemplo, si tenemos la hipoteca negociada a tipos muy bajos y la rentabilidad que podemos lograr es superior, será mejor no adelantar pagos. Pero si, por ejemplo, la tenemos al 3% y podemos obtener una rentabilidad del 1% con el dinero, será mejor amortizar pagos. En este último caso, la mejor opción será amortizar parte de la hipoteca en tiempo, no en cuota, aunque no te olvides de revisar si existen costes anticipados que penalicen la cancelación en el contrato.
Antes de tomar una decisión, recuerda que, si adquiriste tu vivienda habitual antes del 1 de enero de 2013, puedes desgravarte hasta 9.000 euros anuales. Por tanto, si se adelanta el pago, por ejemplo, en 25.000€, se pierden casi 16.000€ en desgravaciones fiscales, por lo que sería más rentable maximizar los pagos hasta ese límite fiscal.