El Heraldo Real, una figura que irrumpía hace relativamente poco tiempo en el panorama social navideño de Arcos, celebró el martes su particular cabalgata de ilusión, un divertido pasacalles que partiría de la parroquia de San Pedro Apóstol. Encarnado por la conocida cofrade Ana Macías, el Heraldo Real, lograba transmitir su ilusión a los numerosos niños que la acompañaron hasta el Paseo de Andalucía, donde concluiría el novedoso acto. Ya lo mencionaba el propio Heraldo coincidiendo con su visita a las carrozas de la cabalgata oficial, que lo importante de estos días son los niños y no el COVID, pensando seguramente en la cantidad de medidas que es preciso mantener en este tipo de actos.
El alcalde agradeció desde el templete del Paseo la participación en este acto precabalgata, así como el uso masivo de la mascarilla como no podía ser de otro modo. Fue la ocasión en la que Isidoro Gambín haría entrega simbólica de las llaves de la ciudad para permitir la entrada de los Reyes Magos el día después. La música animó la cita a ritmo de charanga con el clásico “Navidad, Navidad, dulce Navidad...”.
El Heraldo Real de Sus Majestades ofreció casi un pequeño pregón donde reflejó cómo simbólicamente entran la ilusión y la felicidad en Arcos. Explicó cómo y por dónde llegó a la ciudad de la que se quedó prendada por su belleza y sus monumentos, de su río... “Cuando vi todo esto no pude cerrar los ojos”. Y es que su trabajo era en este sentido, transmitir a su vez esta ilusión a los Reyes Magos.
Pero fue especialmente emocionante cuando se refirió a las luces que brillan en el interior de un hogar donde las familias aguardan la llegada de los Reyes. El Heraldo dijo que la salud ha sido el regalo más demandado y satisfecho, y anunció que dejará un montón de ella en Arcos, pero también balones, la fuerza del rey Gaspar, ricos caramelos, y Baltasar -el pequeño más grande- con la ternura que lo caracteriza, para repartir peluches. Pero dentro de su prudencia, el Heraldo Real no quiso adelantar más de la cabalgata, y terminó pidiendo que siguiéramos esa luz que brilla en el firmamento. Pidió prisas al alcalde para recibir las llaves de la ciudad y terminaría con un mensaje para que los sueños se hagan realidad. Fue, sencillamente, precioso.
