Esa misma directriz de silencio regía en la comisaría de Clermont-Ferrand, adonde habrían sido trasladados Iñaki Iribarren Galbete y Eider Uruburu Zabaleta tras su captura en la pequeña localidad de Chadrat, a una decena de kilómetros al sur de la ciudad.
Un testigo de la detención explicó que en la operación participaron agentes de la Subdirección Antiterrorista (SDAT) y del cuerpo de elite de la policía RAID, que rodearon el coche de los presuntos etarras.
Según el sitio de internet de La Montagne, Christian Arsac había salido a dar una vuelta con su familia y cuando volvía a casa, hacia las 22.30 hora local (21.30 GMT), vio un coche a la entrada del pueblo que se había quedado inmovilizado en una cuneta y una persona en su interior.
Arsac acudió en ayuda de esa persona, pero al cabo de tres minutos un policía le pidió que se fuera y, un momento más tarde, una veintena de agentes del RAID rodeaban el vehículo.
De acuerdo con el relato del ministro español de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el momento de su arresto los ahora detenidos iban “a retirar dinero” a un zulo de ETA.
Los vecinos de Chadrat habían constatado desde el pasado verano la presencia de varias personas en una casa del pueblo que eran guardias civiles que efectuaban vigilancia.