No hay manera de que entre la pelotita. El Málaga se estrelló una y otra vez contra sus propias debilidades. Empezó mal y terminó siendo superior a un equipo de liguilla de ascenso como la Ponferradina de Jon Pérez Bolo, pero se acabó el partido con ese sabor de boca que te deja un final sin el premio merecido. Para colmo, Juande salió lesionado en la primera parte. El joven Andrés Caro ocupó su lugar con una actuación muy correcta y valiente. Y el equipo dejó su portería a cero en un gran trabajo defensivo, sí, pero por otro lado… el dichoso gol. Un quiero y no puedo de manual. Brandon remató al palo en la más clara, en una jugada que debió ser penalti. Con 37 puntos, los de Natxo se alejan del descenso a pasos cortos.
El comienzo del Málaga puede resumirse en la pitada unánime el equipo a los tres minutos de partido, porque el equipo se parapetó en su campo. El balón ni lo olía. Y claro, las dos ocasiones claras de la Ponferradina llegaron y dos grandes paradas de Dani Barrio alejaron el peligro. Sobrevolaba una sensación de ver a once jugadores en un estadio que no es el suyo, con esa cobardía de planteamiento de jugar a domicilio. Tres, cuatro contraataques que se acabaron difuminando, nada más en los primeros 25 minutos. Jairo Samperio, Febas, Vadillo y Brandon, incapaces de conectarse entre sí. “Málaga, échale huevos”, se escuchó un par de veces.
Cuando el Málaga enlazó dos cabalgadas consecutivas, aunque con imprecisiones en los últimos metros, se lo creyó, y el engranaje empezó a funcionar. Un esquema con el comodín posicional de Escassi, que era un central más cuando se salía desde atrás y un pivote cuando se defendía en campo propio. Por fin, la Ponfe ya no era tan dueña absoluta de la pelota. Pero las ocasiones sí llevaban la firma de El Bierzo. José Naranjo perdonó otra clarísima y ya iban tres.
Cosas del destino, Juande volvió a lesionarse y antes del descanso entró el canterano Andrés Caro, que por fin iba a tener minutos de importancia obligado por la situación. “¡A por ellos!”, acompañado de un aplauso casi unánime, fue el desenlace de la primera parte. Ya ven ustedes que nunca es como empieza, sino como acaba. Y el Málaga acabó asediando con centros desde todos los flancos, pero la puntería es la que hay. Muy pobre.
Nada más empezar la segunda parte, Brandon se topó con el palo en un remate en el área por el que pidió penalti. Se necesitaba el primer tiro a puerta para descorchar las siguientes: Vadillo con un tiro raso, Cufré y Escassi desde fuera. A pesar de ser mejor que la Ponferradina de los exmalaguistas Iván Rodríguez, Cristian y Erik Morán, se necesitaban cambios. Natxo González metió de golpe a Chavarría, Roberto y Javi Jiménez, aunque quizá llegaron algo tarde. Kevin estuvo calentando durante minutos para nada.
Con diez minutos por delante y un Málaga cada vez con menos ideas de ataque, el partido fue muriendo. Las ocasiones se intentaron hasta el final, ya sea en tres saques de esquina que fueron gasolina para la afición y algunos centros a la desesperada en busca de las cabezas de Chavarría y Roberto. Pero la Ponfe supo aguantar y rascó un punto que les sabe mejor a ellos y no tanto al Málaga, aunque enlace tres partidos seguidos sin perder. Si en las próximas semanas sigue el estancamiento en la faceta goleadora, al malaguismo le tocará sufrir de más.
Ficha técnica:
Málaga CF: Dani Barrio; Víctor Gómez, Lombán, Juande (Andrés Caro, 35’), Cufré (Javi Jiménez, 77’); Escassi; Jairo (Paulino, 63’), Febas, Jozabed, Vadillo (Roberto, 77’); Brandon Thomas (Chavarría, 77’).
SD Ponferradina: Amir, Iván Rodríguez, Copete, Pascanu, Ríos Reina; Agus Medina, Erik Morán, Cristian (Saverio, 58’), Naranjo (Ojeda, 58’); Edu Espiau (Baeza, 74’), Sergi Enrich (Yuri, 64’).
Árbitro: García Verdura. Amonestó con amarilla a Andrés Caro del Málaga y a Pujol, Ojeda e Iván Rodríguez de la Ponferradina.
Incidencias: Partido de la jornada 31 de LaLiga Smartbank disputado en La Rosaleda ante 11.378 espectadores.