Después de hacer por carretera más de 3.300 kilómetros, este jueves han llegado a Santiago de Compostela medio centenar de refugiados procedentes de una "zona muy castigada" de Ucrania, un grupo que ha traído hasta Galicia una expedición liderada por el Equipo de Investigaciones Políticas de la USC, en colaboración con Aga-Ucraína, y del que la mitad son niños.
Visiblemente cansados, los refugiados han bajado del autobús que los ha traído a Galicia pasadas las 12,30 horas, en compañía de miembros de Bomberos, Protección Civil, el alcalde de Ares, Julio Iglesias, y las tres investigadoras y profesoras de Políticas de la USC que han liderado la expedición, Erica Jarai, Paloma Castro y Nieves Lagares; que han destacado que se trata de personas que "lo han pasado muy mal y van a necesitar tiempo para estar bien".
"Hay que pensar que ellos tenían una vida totalmente normal, como la que podemos tener nosotros, y que, literalmente, me han dicho que se levantaron un día con una guerra", ha contado Paloma Castro, una de las investigadoras.
El convoy (un autobús y dos furgonetas) hizo los 3.300 kilómetros que separan Galicia de un punto a 100 kilómetros de la frontera polaca con Ucrania cargados de ayuda humanitaria. Allí, se encontraron con otro autobús fletado por las autoridades ucranianas con los 51 refugiados que debían trasladar hasta Galicia, con el que intercambiaron los productos que llevaban.
Todos los refugiados recogidos proceden del entorno de Lviv, una "zona muy castigada" por la guerra. Iniciaron su camino el lunes: "Ellos venían muy cansados, algunos habían pasado previamente por algún refugio y otros simplemente habían tenido que abandonar sus casas, que habían sido ocupadas por el ejército ruso", ha dicho Erica Jarai.
En total, de los 51 refugiados --parte de ellos viajan todavía en dos coches en ruta-- aproximadamente la mitad son niños. También hay un chico que pudo salir del país por ser diabético y un hombre mayor, que viaja con su mujer y su hija. Excepto en dos casos --uno con familia en País Vasco y otro en Marbella--, no tienen nexos con España.
PASARÁN UNOS DÍAS EN SANTIAGO
Tras llegar a Galicia, los refugiados pasarán ahora entre siete y 10 días en Santiago de Compostela, donde el Ayuntamiento les proporcionará alojamiento y manutención. También intervendrá para agilizar la obtención de las cartas de refugiado, en colaboración con la Policía.
A partir de ahí, en una acción coordinada por el alcalde de Ares, Julio Iglesias, diferentes ayuntamientos de ferrolterra se harán cargo de los refugiados y les buscarán un alojamiento estable, así como "todos los servicios necesarios".
También se ha habilitado un dispositivo del Sergas para hacerles un chequeo médico y PCR y se ha coordinado con el refugio de animales de Santiago una acción para dejar en cuarentena y examinar los animales que han viajado con ellos.
LA INTENCIÓN ES REGRESAR
Durante el viaje, han contado las investigadoras, han procurado "transmitirles confianza y apoyo", así como proporcionarles alimento y cualquier cosa que precisasen para su bienestar, sobre todo en el caso de los refugiados más jóvenes, de solo dos y cuatro años.
"Ellos, poco a poco, en ese trayecto, nos iban contando algunas de sus historias. Es gente que lo ha pasado muy mal y van a necesitar tiempo para estar bien", ha destacado Erica Jarai.
Entre las cosas que resultan prioritarias para ellos ahora es comunicarse con los maridos y padres, que se han quedado en Ucrania, una situación "muy preocupante", y adaptarse a la nueva situación con "mucho apoyo".
Sin embargo, a medio y largo plazo, confían en volver a su país. "Ellos necesitan, quieren volver, para ellos esto es temporal y lo que quieren es volver y cuanto antes mejor. Ellos están confiados en que haya pronto una resolución", ha zanjado Jarai.
14 REFUGIADOS EN RIBEIRA
Por otra parte, el Ayuntamiento de Ribeira (A Coruña) ha informado de que ya son 14 los refugiados ucranianos acogidos en este municipio, donde les están prestando, además de alojamiento, atención social, sanitaria, educativa y lingüística.
La concejala de Servizos Sociais, Ana Barreiro, y la jefa de servicio de este Departamento, Francisca Vidal, han mantenido una reunión con Rubén Lijó, que el pasado fin de semana trajo a dos personas desde este país.