La Virgen del Rocío sale este domingo en procesión por las calles de su pueblo Almonte, un particular encuentro que la pandemia ha retrasado dos años y que supone la antesala del tan esperado regreso de la imagen a su santuario, en la aldea del Rocío, para la celebración de la romería.
Ese momento se producía poco antes de las 7.30 de la mañana y, desde entonces, una vez alcanzada la Plaza de la Virgen del Rocío, la también conocida como la Blanca Paloma recorre las calles de la localidad entre una marea humana.
En Almonte no cabe un alfiler, las ganas de Rocío se respiran, se sienten y se viven en todos los rincones en los que los vítores y las palmas al paso de la Virgen no dejan de sonar.