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Huelva

La espectacularidad y esencia de Doñana vuelven a traspasar límites con la Saca de Yeguas

Almonte ha recuperado después de dos años de pandemia una tradición con más de 500 años que lleva miles de equinos a la aldea de El Rocío

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Saca de Yeguas.

Saca de Yeguas.

Saca de Yeguas.

Almonte ha recuperado después de dos años de pandemia la Saca de las Yeguas, una tradición con más de 500 años a la que los "yegüerizos" han dado perdurabilidad en el tiempo posibilitando que la esencia de Doñana traspase sus límites con la llegada de miles de equinos hasta el núcleo almonteño.

Este domingo, de nuevo, como cada 26 de junio, la espectacularidad de esas yeguas que viven en estado semisalvaje en las marismas de un espacio Patrimonio de la Humanidad, acompañadas de sus potros, ha podido ser disfrutada por todos los que han querido acercarse a distintos puntos de un recorrido que concluirá bien entrada la tarde.

Las tareas relacionadas con la Saca, una de las tradiciones más antiguas de Andalucía que este 2022 ha cumplido 518 años, comenzaron el pasado viernes cuando los ganaderos, conocidos como 'yegüerizos', se adentraron en la marisma para proceder a la recogida de los animales, en torno a 2.000, de la entraña de Doñana, y agruparlas en tropas.

Una vez realizadas estas tareas ha sido a primera hora de este domingo cuando esas tropas han ido abandonando de forma progresiva la marisma dando inicio a un recorrido caracterizado por la mezcla de sensaciones y emociones que no deja a nadie indiferente.

Y es que presenciar este acontecimiento supone un despertar de los sentidos, percibiendo, en el momento de paso de los animales, su característico olor y oyendo su relinchar unido al golpeo de los cascos de las yeguas y las voces de los yegüerizos.

Uno de los puntos que más expectación congrega es el paso ante las puertas del Santuario Nacional de la Virgen del Rocío para su bendición, que este año ha concitado a miles de personas, según ha indicado la alcaldesa de Almonte, Rocío del Mar Castellano, quien ha remarcado la singularidad de este acontecimiento "único".

La gran afluencia de personas ha motivado que desde el Ayuntamiento, en colaboración con la Guardia Civil, la Policía Nacional adscrita a la comunidad autónoma de Andalucía y la Policía Local se haya puesto en marcha un dispositivo para garantizar la seguridad de todos los espectadores.


Entre todos ellos, en ese punto de paso que supone la ermita, por el que ha desfilado alrededor de las 10.45 horas la primera de las tres tropas previstas, ha estado el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, quien ha destacado que "lo que hoy vamos a vivir, después de casi tres años esperándolo, es uno de los acontecimientos más importantes que forman parte de nuestra cultura, de nuestra historia; son más de 500 años ya que esta tradición proviene del siglo XVI, del 1504.

"Hoy volvemos a vivir un momento histórico y estoy muy feliz del ambiente que hay en el Rocío, que nos vuelve a recordar todo lo bueno que tiene nuestra tierra, en este caso relacionado con el mundo del caballo, con nuestra romería, nuestra historia y nuestro patrimonio", ha remarcado.

Asimismo, ha destacado el hecho de que con esta celebración hoy "estamos otra vez en el centro de la atención nacional e internacional de todo lo que es el sector turístico y eso es empleo y riqueza y lo que deseo es que sigamos disfrutando durante muchísimos años más de estas tradiciones".

Tras el paso por el Santuario aún restan varios kilómetros hasta Almonte donde tiene prevista la llegada para alrededor de las 19.30 horas.

Para facilitar la entrada, las tres tropas se dividirán tras el sesteo -almuerzo y descanso- en diez y las yeguas y los potros, junto con los ganaderos, recorrerán las calles de la localidad hasta alcanzar el recinto de Huerta de la Cañada, donde se celebrará el Certamen Ganadero desde el 27 al 1 de julio.

De esta forma Almonte, después de tres años de espera, está disfrutando y haciendo disfrutar a foráneos de esta tradición ancestral cargada de espectacularidad, única en Andalucía, que representa, además, la simbiosis entre el hombre y Doñana.

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