La cifra de fallecidos por el seísmo de 8,8 grados se eleva a 723, además de 19 desaparecidos, y la de damnificados a dos millones, a los que el gobierno trata de socorrer con las medidas anunciadas el domingo por la presidenta Michelle Bachelet.
Este lunes comenzó el envío desde Santiago al sur de raciones alimenticias cuya característica es que sólo necesitan ser calentadas antes de consumir, dijeron los responsables del programa.
También se procura normalizar la conexión vial entre Santiago y el sur de Chile, y el aeropuerto de Santiago será reabierto las próximas horas a los vuelos nacionales. Según el Ministerio de Obras Públicas, las salidas de vuelos internacionales podrían reanudarse el viernes.
Entre tanto, han aumentado las llegadas de vuelos del exterior, dado que las pistas y sistemas de control no sufrieron daños.
El ministro de Hacienda, Andrés Velasco, anunció el aplazamiento o suspensión de pagos tributarios en las regiones afectadas.
En el sector minero, la estatal Corporación del Cobre (Codelco) y la británica Anglo American reabrieron sus minas situadas en la zona afectada y que representan, en conjunto, una producción de alrededor de un millón de toneladas anuales de ese metal.
Pese al toque de queda decretado en la provincia de Concepción, los habitantes de localidades como Chiguayante, San Pedro de La Paz, Hualqui y Lota, así como en Coronel, en la vecina provincia de Arauco, vivieron una noche de terror, según dijeron a los medios personas acosadas por grupos de antisociales que pretendían saquear sus casas.
En Chiguayante, un hombre murió por un balazo en un aparente enfrentamiento entre saqueadores y vecinos, aunque la policía chilena afirmó que se trató de una riña por motivos ajenos a la situación de emergencia.