La mitad de las muertes se registró en las ciudades de Niteroi y Sao Gonzalo, vecinas de Río de Janeiro, donde han sido contabilizados 46 muertos, mientras que en la ciudad de Río son 33 las víctimas fatales según la información de los bomberos.
El resto de los fallecimientos ocurrió en otras localidades cercanas a Río de Janeiro.
Prácticamente todas las víctimas murieron sepultadas por toneladas de tierra que cayeron sobre las viviendas que habitaban en las laderas de las colinas de Río de Janeiro y municipios vecinos, según las autoridades, quienes pidieron a la población que desalojara las zonas consideradas de riesgo.
"Probablemente habrá más muertes, ya que hay varios puntos de deslizamientos donde todavía estamos trabajando", dijo el secretario de la Defensa Civil de Río, Sergio Cortés, al canal de televisión Globo.
Cortés informó además de que ocho bomberos quedaron heridos durante las tareas de rescate en varios barrios de Niteroi, una de las ciudades más afectadas por la tragedia.
Además del elevado número de muertos, toda el área metropolitana de Río de Janeiro quedó sumida toda la jornada de ayer en el caos por las inundaciones que bloquearon el tráfico de vehículos, impidieron la apertura del comercio, y paralizaron prácticamente todas las actividades en varias ciudades.