El presidente de EEUU, Barack Obama, envió sus condolencias al pueblo polaco por lo que consideró una pérdida “devastadora para Polonia, para Estados Unidos y para el mundo”. Además, calificó a Kaczynski de un “distinguido hombre de Estado” que era “ampliamente admirado en EEUU como un líder dedicado a impulsar la libertad y la dignidad humana”.
La canciller alemana, Angela Merkel, expresó su “absoluta consternación”, y agregó que le “echará también de menos Alemania”. El presidente alemán, Horts Köhler, recordó la larga trayectoria del fallecido político, como “luchador comprometido por una Polonia libre”.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, en cuyo país ocurrió el accidente, dijo que “Rusia comparte el dolor de Polonia” y señaló que ha ordenado a su Gobierno que realice, en estrecha colaboración con Polonia, una exhaustiva investigación del accidente.
El Gobierno español, que presidencia este semestre la Unión Europea, lamentó profundamente la muerte de Lech Kaczynski, a quien calificó “como una de las figuras más relevantes de la historia contemporánea” de su país.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, lamentó la muerte del presidente polaco, del que destacó su “ardiente patriotismo”. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, definió la muerte del jefe de Estado polaco como una “trágica noticia” y afirmó que comparte “con el corazón” el luto de Polonia.
“Polonia es un país amigo y yo era personalmente amigo del presidente. Es un grave luto que golpea a este país amigo y de este luto participamos con el corazón”, dijo Berlusconi.
El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, resaltó el “compromiso europeísta” de Kaczynski, de quien dijo que era un “patriota polaco”, pero que a la vez sentía “un fuerte compromiso con la Unión Europea y sus valores de libertad y solidaridad”.
El ex presidente polaco y Premio Nobel de la Paz, Lech Walesa, se unió a las muestras de dolor y afirmó que su país ha perdido a “su elite” política y comparó esa perdida con la tragedia de Katyn, hace 70 años.
Walesa recordó que en el accidente murió además del presidente la “elite de la nación”, justo cuando se dirigía a las conmemoraciones en memoria de los soldados polacos muertos por los servicios secretos de Stalin, en 1940.
“Es un lugar maldito”, coincidió el asimismo ex presidente Aleksander Kwasniewski, en alusión a la cercanía con Katyn, donde se perpetró la matanza.
“En 1940 murió ahí la elite militar polaca, ahora lo hizo la de la actual república”, dijo Kwasniewski.
El Papa Benedicto XVI expresó su “profundo dolor” por el deceso del presidente de Polonia, y recordó que junto a él viajaban obispos de varias confesiones religiosas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se mostró conmocionado por la muerte del presidente Kaczinski, de quien dijo que “sirvió a su país y a su pueblo con distinción y convicción, y mereció el respeto internacional”.
El primer ministro británico, Gordon Brown, elogió la aportación del gobernante polaco a “la libertad e independencia” de su país.