Campo de Gibraltar

La lucha antiterrorista, en la agenda de Sánchez para Marruecos tras el caso de Algeciras

El presidente del Gobierno viajará los días 1 y 2 de febrero para una cumbre

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  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. -

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, certificará en la cumbre con Marruecos del 1 y 2 de febrero la nueva política que ha impulsado en las relaciones con este país y pese al frente común de críticas que, por el fondo o por la forma, mantienen sus socios de coalición, sus aliados parlamentarios y la oposición.

“Está resuelto a eliminar las aristas que han condicionado la relación bilateral convencido de que es bueno para España y también para Marruecos”, afirman a Efe fuentes de Moncloa sobre la disposición de Sánchez en torno a los vínculos con el vecino del sur.

La legislatura actual tendrá un lugar destacado en la historia de esa relación por el giro dado por Sánchez en la posición española sobre el Sáhara Occidental.

Una nueva posición que se desveló en la carta que envió al rey Mohamed VI y en la que consideraba la propuesta de autonomía presentada en 2007 por Marruecos ante el conflicto del Sáhara como la base “más seria, creíble y realista” para resolverlo.

Fue un punto de inflexión para encauzar las relaciones tras la crisis diplomática a cuenta de la hospitalización en España y bajo identidad falsa del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, que fue respondida por Marruecos con una llegada masiva de migrantes irregulares a Ceuta sin que las fuerzas de seguridad de este país hicieran nada por evitarlo.

Antiterrrorismo
Pero pese a esa avalancha de críticas, Sánchez está decidido a mantener su posición y dar continuidad a la hoja de ruta marcada en la declaración de los dos países con motivo de su visita de abril a Rabat y que el Gobierno afirma que seguirá dando resultados concretos.

La cumbre del 1 y 2 del febrero será la número 12 entre España y Marruecos, llega casi ocho años después de la última celebrada, incluirá un foro empresarial en el que intervendrán el presidente del Gobierno y su homólogo marroquí, Aziz Ajanuch, y en ella se firmarán una veintena de acuerdos.

Habrá un compromiso renovado en la lucha contra el terrorismo yihadista una semana después de que un joven marroquí que tenía una orden de expulsión de España asesinase al sacristán de una iglesia de Algeciras e hiriese a otras cuatro personas en un acto que el juez vincula con el salafismo yihadista.

Sánchez explicará también que entre sus prioridades para su presidencia europea en el segundo semestre de este año pretende impulsar una cumbre de líderes europeos y de los países de la vecindad sur en un momento de especial tensión entre Marruecos y la UE por la reciente resolución de la Eurocámara.

Aduanas de Ceuta y Melilla
La Reunión de Alto Nivel (RAN) de esta semana pretende sellar de forma definitiva que todo eso ya es pasado y que se consolida un nuevo camino encauzado durante el encuentro de abril en Rabat entre Sánchez y Mohamed VI.

Un encuentro cargado de simbolismo porque el monarca marroquí invitó al presidente del Gobierno a participar en el “iftar”, la comida de ruptura del ayuno por el ramadán.

Fruto de esa cita fue el acuerdo de reabrir de forma gradual y ordenada las fronteras terrestres en Ceuta y Melilla y la puesta en marcha de sendos puestos aduaneros de mercancías.

Nueve meses después, la apertura de esas aduanas comerciales se pretende concretar esta semana una vez que, el pasado viernes, Ceuta y Melilla realizaran las primeras pruebas piloto para su establecimiento.

Será la primera vez que habrá una aduana comercial en Ceuta, y la de Melilla se reabrirá después de que Marruecos la cerrara de forma unilateral en agosto de 2018.

Son “resultados tangibles y concretos” que las fuentes del Gobierno resaltan como muestra de que se está haciendo lo correcto en la relación bilateral, como creen que lo evidencia también el descenso en el número de inmigrantes irregulares procedentes de Marruecos.

Pero los argumentos no convencen ni a Unidas Podemos, ni a los aliados que están sosteniendo al Ejecutivo en el Parlamento durante la legislatura, ni a una oposición encabezada por el PP que se queja de que una cuestión que considera de estado como la política con Marruecos haya dado un giro de 180 grados sin contar con este partido.

Sin ministros de Podemos
La parte no socialista del Gobierno ha querido plasmar su rechazo negándose a participar en la cumbre, por lo que la delegación encabezada por Sánchez no contará ni con su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ni con ninguno de los otros cuatro ministros de la cuota de Podemos.

A la espera de confirmación oficial, fuentes diplomáticas han avanzado a Efe que doce ministros viajarán junto al presidente del Gobierno: las vicepresidentas primera y tercera, Nadia Calviño y Teresa Ribera, respectivamente, y los titulares de Asuntos Exteriores, Interior, Justicia, Industria, Transportes, Inclusión Social, Agricultura, Educación, Cultura y Ciencia.

Por su parte, los reproches de aliados como el PNV, ERC o EH Bildu por el apoyo a las tesis marroquíes sobre el Sáhara volvieron a ponerse de manifiesto esta semana en una sesión del Congreso en la que el PP acusó al Gobierno de moverse en las relaciones con Marruecos “como un elefante en una cacharrería” y, a la vez, provocar una crisis diplomática con Argelia en un momento especialmente delicado desde el punto de vista energético.

También hay una crítica unánime a que los eurodiputados socialistas (con el respaldo expreso de Sánchez) no apoyasen una resolución adoptada el pasado 19 de enero por el Parlamento Europeo.

Una resolución que pide a Marruecos respetar la libertad de expresión y liberar a periodistas condenados a la vez que reclama restringir el acceso a la Eurocámara de representantes marroquíes mientras se investiga el caso de corrupción “Catargate”, en el que presuntamente estaría implicado el país magrebí.

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