'Un año, una noche' suma tres nominaciones a los Goya, que llegan tras alzarse con cuatro premios en los Feroz y tres en los Premios Gaudí. En el caso de los Goya, entre las candidaturas está la de 'Mejor Guión adaptado' a la que optan conjuntamente Isaki Lacuesta (también director de la cinta), Isa Campo y el gallego Fran Araújo, con el que charla Europa Press sobre el terrorismo, el trauma y el dolor.
La cinta es una adaptación de la novela 'Paz, amor y death metal', del español Ramón González, uno de los supervivientes del atentado yihadista ocurrido en la sala de conciertos Bataclán, en París, en noviembre de 2015. En la novela, González narra cómo vivieron él y su pareja la noche de los hechos y cómo afrontaron las secuelas psicológicas y emocionales que provoca experimentar una situación de ese calibre.
"Ha sido un proceso de escritura muy complicado porque, además de estar basado en una novela, al mismo tiempo está basado en hechos reales, y no solo en el atentado, sino también todo el año siguiente, en el que procesan todo lo ocurrido. Nos interesó mucho la historia real, sobre todo después de conocerlos a ellos. Y decidimos que ahí había una historia que queríamos contar", explica.
Retratar algo así, insiste Araújo, requiere un respeto y un cuidado especial. "Queríamos hacerlo con respeto, cuidado y responsabilidad para que ellos se sintiesen representados en lo que hacíamos. Han estado muy implicados, han participado en los guiones, en los rodajes, han visto la película. Que hayan estado tan implicados también es una forma de demostrar que estábamos haciendo algo que tenía sentido", comenta.
Esa implicación, y aprobación explícita, era vital no solo por lo traumático y sensible de lo representado, sino también por los cambios propuestos por los guionistas en la adaptación. Y es que la novela se centra, "en un 80%" en la propia noche de los atentados, mientras que al trío de guión les interesaba mucho más reflejar qué ocurre después.
"Hablar del pasado cercano siempre es más complicado que hacerlo del pasado lejano, sobre todo porque siempre hay gente afectada", reconoce. Pese al mayor protagonismo del trauma posterior en la película, Araújo destaca que rodar las secuencias de Bataclan les generó "bastante preocupación y cuidado; eran muy complicadas".
"Había afectados viendo las escenas por los monitores. Había un esfuerzo colectivo enorme por tener cuidado y se les enseñó antes el montaje final, sobre todo para hacer algo que fuese justo y ponderado con ellos", insiste.
Cómo transmitir sin mostrar "fue uno de los grandes debates". "Aquí Isaki dirigió magistralmente lo que está dentro de plano y lo que está fuera de campo. Poder vivir con ellos, desde lo que ven. Cómo conseguir contarlo con el grado de intensidad suficiente para que tú entiendas el trauma que generan esas imágenes sin verlas", detalla.
La otra gran modificación viene de la mano de los personajes principales, Ramón y Mariana. En la novela, él es el protagonista y solo la conocemos a ella por lo que él narra, dejando entrever que enfrentan el shock de formas diamentralmente opuestas. "En la peli son coprotagonistas, incluso ella un poco más", comenta Araújo.
La Mariana original es argentina, pero en 'Un año, una noche' se convierte en Céline, una joven francesa. "Nos interesaba también que fuese francesa por un tema de cercanía al atentado, que ha marcado enormemente a la sociedad francesa. Nos parecía interesante ver cómo el desde fuera y el desde dentro, que te pase en tu país o que te pase fuera. Al final incide en lo que se habla en la peli de que se trata siempre a las víctimas del terrorismo como un todo homogéneo cuando no es así. Cada víctima es un individuo que lo procesa y lo vive de forma diferente", defiende Araújo.
Incide además --apunta el guionista-- en la desmitificación del argumento del nacionalismo. "Siempre lo llevamos a eso, al 'nos han atacado', como país. Y al final en Bataclán había 30 nacionalidades diferentes. Estaban en Francia pero al final la gente afectada era muy diversa, no era solo francesa", argumenta.
Las derivadas políticas detrás de un atentado y las consecuencias que deja en la sociedad afectada fueron otros de los retos, imposibles de evitar y muy difíciles de retratar en pantalla "sin caer" en el sensacionalismo o el sectarismo. Para ello se sirven de personajes secundarios que rodean a los protagonistas --familia, amigos, policías, psicólogos-- "y que representan, cada uno a su forma, las diferentes posturas en torno a un suceso de estas características".
Fran Araújo competirá junto a Isaki Lacuesta e Isa Campo por el cabezón a 'Mejor Guión Adaptado'. No será el único gallego que acudirá a Sevilla el próximo fin de semana como nominado a los Premios Goya 2023. Junto a él, lo harán Javier Gutiérrez y Luis Tosar en la categoría de 'Mejor actor principal'; Diego Anido y Luis Zahera en 'Mejor actor de reparto'; las películas de animación 'Unicorn Wars' y 'Demos de Barro'.
Además, en las tres categorías de cortometrajes hay representación gallega. 'La entrega', de Pedro Díaz, 'Memoria', de Nerea Barros y 'Amanece la noche más larga', de Carlos Fernández de Vigo, están nominadas a mejor cortometraje de ficción, documental y animación, respectivamente.
Fran Araújo comenta que, aunque la vida en cines de la película ya se ha terminado, "los premios siempre ayudan y al final no es lo mismo estar entre una de las películas del año que no estar". "Además, a nivel humano es una alegría muy grande porque nos ha costado muchísimo hacer esta película y que la gente la valore siempre da alegría".