En una rueda de prensa celebrada en la capital italiana, el ministro justificó su decisión en el hecho de poder defenderse del escándalo, por el que no figura siquiera en la lista de indagados por la Fiscalía de Perugia, que se encarga del asunto.
“En esta situación que no deseo a ninguno yo me debo defender. Para defenderme no puedo continuar siendo ministro, como lo he sido en estos dos años, como creo que sobre esto también vosotros sois buenos testimonios”, dijo Scajola.
“He sido ministro en estos dos años sin escatimar esfuerzos. He dedicado todas mis energías, todo mi tiempo, cometiendo errores, pero siempre pensando en hacer el bien. En estos dos años he emprendido acciones importantes, que creo han sido importantes para el crecimiento de Italia”, añadió.
Según las revelaciones de los medios de comunicación italianos, en ningún caso confirmadas ni por las autoridades de Perugia ni por el propio ministro, hace unos años se compró un apartamento próximo al Coliseo de Roma a nombre de Scajola con cheques bancarios emitidos por el arquitecto Angelo Zampolini.
Este arquitecto, al que se investiga por supuesto blanqueo de dinero, es próximo a Diego Anemone, uno de los detenidos el pasado febrero por la supuesta trama de corrupción en la concesión de las obras para grandes eventos celebrados en Italia, entre ellos la cumbre del G8 que en principio se iba a celebrar en la isla de La Magdalena y que después se trasladó a L’Aquila.
De hecho, la Fiscalía de Perugia trabaja sobre la hipótesis de que el dinero que Zampolini pudo blanquear, y con el que se sospecha que se pudo comprar el apartamento de Scajola en Roma, provenga de Anemone, quien supuestamente organizó una fiesta sexual para el jefe de la Protección Civil, Guido Bertolaso, a cambio de favores en las concesiones de obras públicas.