Fue un Sábado de Pasión distinto, aunque tremendamente alegre, para la ya afortunamente muy numerosa familia de la salesiana Hermandad de La Redención. Los cofrades que se miran en las caras del Señor, de María Auxiliadora y de Madre de la Iglesia mostraban una sonrisa especial porque el Gobierno municipal realizaba el acto institucional por el que se nominaba la plaza, frente al Santuario y al propio colegio Manuel Lora Tamayo, Nuestro Padre Jesús de La Redención, como un regalo por la mayoría de edad de una corporación que nacía el 8 de diciembre de 2004, aunque muchos años antes antiguos alumnos ya la habían puesto en marcha pero todavía sin el refrendo oficial de su constitución como hermandad penitencial que era el anhelo inicial que finalmente se conisguió gracias al decreto del desaparecido don Juan del Río.
El Señor de la Redención, el Señor de Icovesa, ya tiene su plaza en un momento importante de una cofradía que ha ido dando pasos de gigantes desde su erección canónica. Este año crece un veintitantos por ciento en sus filas nazarenas, ha visto incrementada su nómina de hermanos en un número de más de setenta que verán colmada sus integraciones con la puesta de medallas que se llevará a cabo a la hora del Ángelus del Día del Amor Fraterno, antes de que se celebren los Oficios, a las 13 horas, en un guiño de la Obra Salesiana, y en concreto del director de Jerez y Rota, don Mario Pardos, a la conexión que existe entre centro y hermandad para que haya tiempo suficiente para organizar el cortejo que partirá poco antes de las 18 horas para pasear por las calles de su barrio, como Señor de Icovesa que es, y encontrarse con La Candelaria antes de adentrarse en Lealas camino de ese Carrera Oficial que finalizará con la estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral.
La Redención, el Señor de la Redención, el Señor de Icovesa está llenando de salesianidad todo su entorno porque ese mismo día se le puso una calle al afamado farmacéutico Ángel Aumesquet Mendaro que me susurrró al oído que “siempre seré salesiano, pasé siete años de mi vida en el Colegio de Utrera y eso jamás se me olvidará”. Tanto que ya hay miembros de su familia que se han hecho hermanos de una hermandad, La Redención, la del Señor de Icovesa, que ha encontrado su sitio, por derecho y hechos propios, en la Semana Santa de Jerez.
