De acuerdo con ese rotativo, el hombre, de 52 años, advirtió el pasado septiembre durante unas vacaciones en Croacia a dos de sus amigos más cercanos de sus deseos de “coger un arma” y “matar a todos” cuando se refirió a varios conflictos que mantenía con familiares y amigos. “Por supuesto, no le creímos. Le dijimos que no fuera tonto”, señaló Bob Cullen, amigo del homicida.
“Cuando estaba borracho, solía cambiar de humor y se volvía melancólico. Tenía un lado oscuro”, recordó Bob Cullen.
El pasado miércoles, el taxista se embarcó en un trayecto de dos horas en su coche a lo largo del cual fue disparando, con una escopeta y un rifle con mirador para los que poseía licencias, a personas aparentemente escogidas al azar y de forma premeditada.