“Teníamos el deber de llevar a cabo ese intento” porque había un ultimátum para asesinarle, dijo el presidente, anticipándose ya a las críticas que han empezado a surgir entre algunas de las fuerzas de la oposición que, unánimemente, han condenado el asesinato de Germaneau.
Sarkozy calificó el asesinato del ciudadano francés de “bárbaro y odioso.”
Germaneau, de 78 años, fue “asesinado a sangre fría” por “gente que no tiene ningún respeto por la vida”, dijo el jefe del Estado francés al término de la reunión de urgencia del consejo de seguridad y defensa que convocó en el Elíseo para analizar el caso de este ciudadano francés.
Sobre él pesaba un ultimátum de los terroristas que, según Sarkozy, no era más que “el anuncio de un asesinato programado”.
La máxima responsable del Partido Socialista (PS), Martine Aubry, subraya en un comunicado que deberán aclararse las “espantosas” condiciones de su retención y ejecución, mientras que el Partido de Izquierda (PG) va más allá y critica la intervención militar de Francia en una operación llevada a cabo “sin mandato internacional”.