San Fernando

De Municipales a Policías Locales (1840 - 2023). En su 183 aniversario (II)

Segunda entrega de la serie sobre la historia de la Policía Local de San Fernando contada por Juan José Maruri

Publicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
  • Imágenes de antaño de los orígenes. -

22 de mayo de 1860 "Municipales”. Para que el servicio de vigilancia pública, que desempeñan los municipales pueda  llevarse con la posible precisión y regularidad, el ayuntamiento acordó que de entre los siete dependientes que en el día de hoy existen de dicha clase, se nombre de entre ellos a un cabo, con el haber de 10 reales de vellón de jornal diario, el cual cele del cumplimiento de todas las disposiciones emanadas de esta alcaldía y sus tenencias, quedando los seis municipales restantes, distribuidos entre las tres demarcaciones, mientras no sea posible aumentar esta fuerza, cual lo exige el crecimiento del vecindario.

Exigiendo el aumento que ha tenido el vecindario de esta ciudad, y que el servicio de vigilancia pública que hacen los pocos municipales que existen en ella, se redoble y practique con regularidad y esmero, es indispensable que, en cada una de sus tres demarcaciones en que nuestra población está dividida, se establezca una casilla de seguridad y vigilancia, en la que aquellos municipales tengan su parada, para estar prontos a prestar el necesario auxilio a los vecinos que lo demanden. A cuyo fin acordó el ayuntamiento, el establecimiento de dichas casillas, y que se consigne en el presupuesto adicional, la cantidad de 1.200 reales de vellón, para el pago de sus alquileres, por los seis meses que restan del presente año. Se trató de regular el servicio que desempeñan los siete guardias municipales con los que cuenta este ayuntamiento. Y así se acordó.

“Propuesta y elección del cabo de municipales”. En el citado cabildo, fue aprobado el siguiente punto: Para que el servicio de vigilancia pública que desempeñan los municipales, y pueda llevarse este con la posible precisión y regularidad, acordó el ayuntamiento, que de entre los siete dependientes que existen en dicha clase, se elija y nombre a uno por cabo de los restantes, con el haber diario de 10 reales. El cual celará por el cumplimiento, de todas las disposiciones que emanen de esta alcaldía y sus tenencias.

“Nombramiento del cabo de municipales”. Seguidamente y de la terna presentada y formada por los Municipales aspirantes a ocupar dicha plaza, en la que se encontraban los siguientes: Antonio Bolaños, Francisco Guisado y Joaquín Álvarez Pedreño. La sección la componían por entonces solo siete miembros.

En el mismo acto, el alcalde nombró para ocupar el cargo de cabo responsable de dicha sección, al municipal Joaquín Álvarez Pedreño entre los aspirantes en la terna antes citada, con el haber anual de 3.650 reales de vellón, y en virtud del real decreto de fecha 28 de noviembre de 1851; y a quién se puede con total exactitud definir como al primer jefe y responsable de la por entonces guardia municipal. Este fue destituido por insubordinación, por el propio alcalde el 12 de agosto de 1866.

Así quedó la plantilla de la primera sección de la guardia municipal, el día 22/05/1860.

Cabo: Joaquín Álvarez Pedreño. Nombrado municipal (07/05/1859). Cabo (22/05/1860).

Municipales:

Juan Mosquero. Nombrado municipal 30/09/1840. Cesado 1843. Repuesto 01/01/1855.

Manuel Zarzuela. Nombrado municipal 30/09/1840. Cesado 1843. Repuesto 01/01/1855.

Pedro Quintana. Nombrado municipal 30/09/1840. Cesado 1843. Repuesto 01/01/1855.

Bartolomé Ponce. Nombrado municipal 28/02/1852.

Manuel Páez. Nombrado municipal 30/09/1840. Era el más antiguo por entonces en su cargo.

Antonio Bolaños. Nombrado municipal 30/09/1840. Revalidado 13/08/1857.

Francisco Guisado. Nombrado municipal 24/03/1860.

A partir de entonces cada sección de serenos y de la guardia municipal de esta ciudad, dependieron respectivamente del alcalde como lo es en la actualidad, aunque orgánicamente cada una de ellas lo era de su cabo primero responsable, hasta la unificación de ambas secciones, que se produjo en 1868 dentro de la Guardia Local de San Fernando

También poco a poco se fueron nombrando los primeros miembros de la nueva sección de la guardia rural isleña, cuya misión fue la de vigilar y proteger los espacios rurales existentes en los extramuros de la población. También se comenzaron a nombrar otros nuevos empleados municipales y privados, dedicados a la vigilancia de espacios públicos y privados: alamedas, mercados, vías públicas, zonas privadas, salinas, haciendas, etc. Los primeros tenían haberes públicos, mientras que los restantes eran sostenidos por particulares y hacendados de quienesaquellos dependían.

25 de agosto de 1861. “Matadores de animales dañinos”. Se acordó consignar en el próximo presupuesto municipal la suma de 200 reales de vellón para el pago a los matadores de animales dañinos; especialmente de perros rabiosos y vagabundos.

2 de octubre de 1862. Se anunció la inminente visita a nuestra ciudad, de SS. MM los Reyes de España.

23 de abril de 1863.“Sobre la creación de la plaza de comandante de la guardia municipal”. El ayuntamiento acordó estimar necesaria, el crear una plaza de comandante de la guardia municipal, y dotarla con el haber anual de 6.000 reales de vellón. Esta fue la primera intentona fallida, de crear dicha figura, mediante la cual se agruparían en un solo cuerpo, las diferentes secciones existentes de las fuerzas del orden público locales (serenos, municipales y guardería rural), bajo el mando de una única jefatura.

1864. Hasta dicho año, ambas secciones prestaban sus servicios en diversos puntos equidistantes entre sí de nuestra geografía Local, denominadas casillas de vigilancia o de seguridad pública o comisarías de barrios; de las que existían tres, una en cada demarcación en la que esta se subdividía y que se iluminaban de noche, con lámparas de aceite. La ubicación de cada una de estas lo fueron en los siguientes lugares: en el Barrio de la Casería de Ossio (Plaza de San Juan), en las Calles Realy en la de San Rafael esquina a la de Gravina.

En dicho año, un sereno percibía anualmente 2.920 Reales de Vellón; por lo cual no se les había aumentado sus salarios, y de igual modo asimismo lo percibían los antes citados miembros de la guardia local, vigilantes de paseos y jardines y guardas rurales; y así lo percibirían hasta la llegada del año de 1868.

1867. Nicolás Martínez Venzo dirigía como músico mayoruna banda de música de la cual dispone e integrada por músicos particulares, y bajo las órdenes de este cuerpo capitular. Este había sido nombrado guardia municipal; pero su servicio lo prestaba al frente de dicha banda. En cabildo de la citada fecha, este había solicitado se le conserve en su destino de músico mayor de la misma que dirige. Dicho asunto se trató en cabildo del 7 de febrero de 1867, acordándose que se le concedan los permisos que pueda necesitar, cada vez que haya de actuar.

Se vio y leyó la instancia suscrita por Manuel Ildefonso Palomino en su nombre y en representación de numerosos colonos de nuestras zonas rurales, solicitando la urgente creación por su necesidad, de la guardería rural en esta población, por el abandono de nuestras zonas rurales y la escasa vigilancia en las mismas, lo que ha llevado y prosigue en la diaria comisión de toda clase de delitos en dichas zonas. Se acordó y aprobó incluirla en el próximo presupuesto municipal, y que los salarios de estos empleados una vez sean nombrados, serán sufragados por parte de los propios colonos.

17 de mayo de 1867. “Igualación de sueldos de los inspectores de serenos. Se acordó que la nomenclatura de cabos se sustituya por la de inspectores; tanto en la sección de serenos como de la guardia municipal”.

Aquellos servidores públicos, desde tiempos remotos tenían colocadas en lugares estratégicos de nuestra población unas modestas dependencias denominadas casillas o comisarías de barrios. Estas consistían en el mayor de los casos en accesorias y pequeñas dependencias, cuyo arrendamiento corría a cargo del propio ayuntamiento.

 

“De las comisarías o casillas de vigilancia y seguridad de los barrios de nuestra ciudad, al nuevo cuartel sito en el ayuntamiento”.

Este apartado está especialmente dedicado al periodo turbulento vivido en nuestra Nación, comprendido entre los años 1868 y 1874; periodo conocido dentro de nuestra historia como el Sexenio democrático o revolucionario. Durante el mismo se produjeron cambios muy significativos y notables dentro de la convulsa historia de nuestras fuerzas del orden público locales. Dicho periodo convulso en la historia de España, y en especial dentro de nuestra comarca gaditana. El cual cesó tras la instauración de la monarquía a finales del mes de diciembre del año de 1874 (pronunciamiento del general Arsenio Martínez Campos, dado en Sagunto, Alicant) en España, en la figura de S.M. el rey Alfonso XII y de una nueva época plagada de cambios sociales y políticos sustanciales, en los que la propia fuerza municipal se benefició de ello.

13 de febrero de 1868.“Cuartel para la guardia local”. El alcalde corregidor de esta ciudad, Federico Botella manifestó que, al tratarse de llevar a efecto el acuerdo hecho en sesión de fecha 30 de enero de 1868, mediante el cual se acordó que el cuartel para albergar a la guardia local que ha de organizarse se estableciera en el departamento de esta casa capitular ocupado por la escribanía de Francisco del Castillo, juzgado de paz y registro de la propiedad, para lo cual se dirigieron las convenientes comunicaciones a los interesados. Acordándose se dirijan las correspondientes comunicaciones a los responsables que ocupan dichas oficinas citadas, para que respectivamente las vayan desalojando, para que estén desocupadas a partir del próximo día 1 de marzo, con el fin que ha quedado manifiesto.Habiéndosele por otro lado hecho presente, por los mismos, los graves perjuicios que se les iba a originar. Indicando que pudiera también habilitarse para cuartel, la nave contigua a la cárcel, entre esta y el callejón de tránsito público. Que en su virtud y por sí era reconocer el mencionado local contiguo a dicha cárcel, de parte del maestro titular de obras. El cual había manifestado que en efecto podía prepararse para cuartel, por tener esta capacidad suficiente, por lo cual y atendiendo a la conveniencia de que el referido cuartel, esté lo más inmediato posible a la cárcel, por hallarse esta sin custodia alguna, lo hacía presente para que la corporación resolviera lo que estimara más al propósito.

Así fue el establecimiento del cuerpo policial local, en las viejas dependencias en las que permanecieron quienes nos precedierony muchos de los que las conocimos en la planta baja del ala derecha del palacio municipal isleño, durante un total de 135 largos años, hasta la construcción de la nueva y moderna jefatura de la policía local, ubicada en los terrenos de la antigua Salina de la Magdalena, que se inauguró el 23 de marzo de 2003.

5 de marzo de 1868. “Nueva guardia local, propuesta para sus nombramientos”. El alcalde corregidor presidente, manifestó de que, habiendo expirado el término de 30 días, que por edictos se señalaron para la presentación de instancias a tener ingreso en el cuerpo de la nueva guardia local de esta ciudad, conforme con lo prevenido en el reglamento para la misma, aprobado por el gobernador civil de la provincia. Se estaba en el caso de proceder a la propuesta mediante a la formación de las preceptivas ternas, para la elección y el nombramiento de jefe, sargento, cabos y guardias. Según lo que dispone el art. 9 del citado reglamento. A cuyo fin se trajeron a la vista, todas las solicitudes que al efecto habían sido presentadas, y habiéndolas examinado todas ellas por parte de este cuerpo capitular fueron separadas las que, según los informes, a continuación de las mismas, carecían los interesados de alguno o algunos de los requisitos, que el reglamento exige. Y seguidamente se procedió a hacer con las restantes solicitudes aprobadas, las respectivas propuestas en la forma siguiente:

1ºresponsable) Para el empleo de jefe. Gerónimo Gómez y Flores. (1º jefe responsable del cuerpo). Y no habiéndose presentado para ocupar este empleo, más solicitudes que la de Gerónimo Gómez y Flores “capitán retirado del cuerpo de carabineros”, a quien este ayuntamiento propuso para la provisión de la citada plaza. Se trató del primer jefe responsable del cuerpo bajo la denominación de “Guardia Local de San Fernando”. En cuyo cuerpo se unificaron todas sus secciones bajo su mando (guardia municipal, serenos y guardería rural). Curiosamente en este periodo aparecen por primera vez identificados muchos de sus agentes con sus respectivos números de identificación.

Para el empleo de Sargento. Se nombró a Antonio de la Vega Vázquez, actual inspector de la sección de serenos. Se trató del primer nombramiento de sargento en el cuerpo, posteriormente equiparable al de brigada, y actualmente al de subinspector.

Para el empleo del cabo 1º. Se nombró a Francisco Dalmán y Simó.

Para el empleo del cabo 2º. Se nombró a José Fernández Gallardo. Los empleos de caboshoy en día son equiparables al de oficial.

Para las plazas de guardias. En atención a no haberse presentado suficientes instancias, para completar estas plazas por parte de individuos que reúnan los requisitos exigidos en el reglamento. Y no ser por tanto posible formar las oportunas ternas, para cubrir las 38 plazas convocadas y que deberán de proveerse por haber tan solo 38 solicitudes que optan a ocuparlas, por igual número de individuos conceptuados como aptos para ello; tras el estudio y examen de todas las solicitudes presentadas, y por este ayuntamiento se acordó proponer y nombrar a los considerados como aptos.

6 de marzo de 1868. Nombramientoentre otros numerosos agentes,de Gerónimo Sanjorge como guardia local Nº 1 preferente, con el haber anual de 300 escudos; quién posteriormente llegaría a “cabo primero y segundo comandante de la fuerza municipal”. Los nombrados poseyeron en el mayor de los casos y por vez primera, sus correspondientes números de placas identificativas.

18 de septiembre de 1868. Estalla el alzamiento nacional, o revolución denominada “la gloriosa, o septembrina”. Tras el último cabildo celebrado el día 14 de abril del citado año, no se celebró otro hasta el día 21 de septiembre del mismo; según consta en el cuaderno de cabildos correspondiente al año de 1868. Recordar que el 18 de septiembre de 1868 se produjo un nuevo alzamiento nacional, y la proclamación de una nueva época que pasó a la historia bajo el nombre de La Gloriosa, y cuyos hechos se desarrollaron en Cádiz y San Fernando, y que motivó el destronamiento y exilio de España de la Reina Isabel II, y una nueva forma de gobierno en toda nuestra Nación. Se crearon las llamadas juntas revolucionarias en los ayuntamientos, y también en el de esta ciudad.

Entre los numerosos acuerdos adoptados por la junta revolucionaria, fue el de extinguir a todos los componentes de la por entonces fuerza municipal de seguridad o guardia local.

23 de septiembre de 1868. Este ayuntamiento tras los recientes sucesos acontecidos cesó en bloque y se constituyó en junta revolucionaria.Presiden los vicepresidentes de la junta revolucionaria de esta ciudad Juan García de la Vega, Agustín de Burgos, y Ramón Cuesta. Entre los diversos vocales (regidores) aparece Federico Mota y Francés, quién formó parte de la comisión nombrada de guerra (delegación de seguridad ciudadana).

Esta junta revolucionaria acordó aprobar 14 plazas vacantes en la nueva guardia local que se va a crear en esta ciudad. En sesión del 26 de septiembre de 1868 se acordó restablecer nuevamente el cuerpo de serenos, en idénticos términos e igual número de efectivos que lo estaban con anterioridad a su extinción.

25 de septiembre de 1868. Se acordó la creación de una compañía denominada “Tiradores de la Libertad”, formada por jóvenes de esta población que soliciten formar parte de ella, bajo las órdenes del teniente coronel de artillería Manuel de la Cruz Calderón.

De igual modo esta junta revolucionariaacordó por unanimidad la disolución de la guardia local de esta ciudad, procediéndose a retirarles las armas a todos sus miembros. Asimismo, se acordó crear catorce plazas de municipales para la prestación del servicio, en los mismos términos que anteriormente estaban establecidos, antes de la creación de la extinguida guardia local.

El motivo de tal disolución de la fuerza municipal, según consta, lo fue por cobardía. Y todo ello consistió en como el jefe responsable de la misma, al frente de un reducido grupo de subordinados y con un ínfimo armamento, se encontraban en aquellas jornadas defendiendo el palacio municipal. El cual fue rodeado y asediadopor un considerable número de fuerzas del ejército gubernamental, fuertemente armado y disponiendo de artillería, intimando su rendición. ¿Y díganme, que posibilidades tuvieron aquellos hombres para no hacer otra cosa?

Asimismo, se acordó crear 14 plazas de municipales para efectuar el servicio, en los mismos términos que anteriormente estaban establecidos, antes de la creación de la recién extinguida guardia local.

Al encontrase llenas y saturadas de presos las cárceles de esta ciudad, entre los cuales existen muchos por delitos de poca importancia y que llevan largo tiempo de prisión en estas. Una vez vistas las causas seguidas contra los mismos, y resultando no probados o solo fundados en leves indicios sus delitos cometidos en su mayor parte. Esta junta considerando, y en uso de su soberanía, el poder sobreseer en las causas de escasos méritos, y en atención a las especiales circunstancias. Acordó el sobreseimiento de las causas seguidas en el juzgado de primera instancia de esta ciudad, sea cual fuere el estado en que se encuentren, y la puesta inmediata en libertad respecto de los siguientes individuos:

Matías Fernández, imputado por el hurto de una camisa. Manuel Muñoz Leal, por vagancia. Manuel Torres Pané, por el robo de unos alcauciles. Juan Baro Piñero, por vagancia. Vicente Huerta, por el hurto de una gallina. Rafael Toscano, por vagancia. Juan Gabiño González, por estafa. Rafael Duro, por el hurto de un sombrero. Manuel Gómez Álvarez, por el hurto de unos bolitos. Francisco Soto Mayor, por desobediencia a los municipales. Andrés Lorenzo García, por estafa. Antonio Rubio, José Rubio y Nicolás Rubio (hermanos), Manuel Morales y Bartolomé Oliva, todos por sospecha de hurto. Manuel Manzorro, por allanamiento de morada simple. Antonio Fernández Nieto, por lesiones. Antonio Pimentel, por el uso de cédula ajena (DNI). Antonio Moreno Morales, por el hurto de dos décimos de billetes de lotería. Nicolás de las Cuevas, hurto de unos bolitos. Francisco Sánchez Clausé, por el hurto de una libra de patatas y de una lechuga. Antonio Barrera Quintero, y Juan Orzo Barrera, por hurto de patatas. Ana Rodríguez, Encarnación Foncubierta y María Castillo, por estafa leve. Gerónimo Maña, por desobediencia a los municipales. Cristóbal Fort Navarro, el cual está cumpliendo dos meses de condena. José Muñoz Jiménez, por sospecha de hurto. Y con el objeto de que pueda ser aplicada esta gracia se extenderá certificación de este particular, la cual será remitida con oficio, al juez de primera instancia del juzgado de este partido judicial.

26 de septiembre de 1868. Se acordó por parte de esta junta revolucionaria, el restablecimiento del cuerpo de serenos en la ciudad, en los mismos términos y número que estos lo estaban anteriormente.

Se dio cuenta de la solicitud de los antiguos serenos, en la que pretenden su reposición. Y la junta quedó en utilizar sus servicios, cuando sea conveniente.

Nuevamente tras la disolución de la entonces guardia local isleña, se crean de modo independiente entre sí las secciones de serenos y de la guardia municipal.

28 de septiembre de 1868. “Nombramiento de una nueva sección de serenos”.  La comisión nombrada para proponer al personal de la sección de serenos propuso y fueron aprobados los siguientes individuos:

Para cabo primero responsable de la sección de serenos:a José Fernández. Cabo segundo a Eduardo Ruíz. Para Serenos a un total de 20 propietarios, y a 5 como suplentes.

“Nombramiento nueva sección de municipales”. De igual modo la comisión nombrada para proponer al personal de la sección de municipalespropuso y fueron aprobados los siguientes individuos:

Para cabo primero responsable de la sección de la guardia municipal:a Francisco Dalmán y Simó. Como cabosegundo a Esteban Iglesias. Para municipales a un total de 12 en propiedad.

29 de septiembre de 1868. Instancia presentada por parte de Pilar Buendía, solicitando le sean entregados los muebles que en la misma instancia relaciona. Los cuales tenía unos dados en alquiler para su uso a Federico Botella “alcalde corregidor presidente que anteriormente lo fue de este ayuntamiento”, y que se conservan en las habitaciones que este ocupó dentro de la casa capitular. Y de otros muebles y enseres que había vendido fiados para amueblar el despacho de la comandancia de la suprimida guardia local, lo cual aún no se le habían abonados. En su vista y considerando la junta, ser justa la referida solicitud, se acordó se le entreguen a la requirente, los indicados muebles y enseres.

14 de octubre 1868. “Responsabilidad de los ayuntamientos, en la conservación de las vías férreas”. Se dio cuenta de un oficio remitido por el gobernador civil de esta provincia, de fecha 11 del mes en curso, trasladando el del gobernador militar de la misma del día 9 del citado mes, en el que se manifiesta no serle posible, y por las causas que expresa en el mismo, el poder facilitar el armamento y municiones que se le habían solicitado, para proveer con todo ello a las secciones de municipales y serenos de esta ciudad. Y el ayuntamientoacordó quedar enterado de todo ello.

9 de noviembre de 1868.El alcalde segundo, Fernando Cornet, hizo presente que creía muy conveniente y necesario la creación de un cuerpo de bomberos en la ciudad, para atender los casos de incendios y demás calamidades públicas que se produzcan en toda la población.

30 de noviembre de 1868. “Sobre la reorganización de la fuerza ciudadana”. Se dio lectura al decreto orgánico de la fuerza ciudadana de los “Voluntarios de la Libertad”, fechado el 17 de este mes, y publicado en el B.O Nº 270. Y seguidamente fue también leído otro decreto del día 24 del presente mes, publicado en el B.O Nº 274, en el cual se previene, que inmediatamente se proceda a rectificar el alistamiento de la fuerza ciudadana de los “Voluntarios de la Libertad”, que exista armada. Ya que sus respectivos distritos municipales, sea cual fuere el estado de su organización, arreglándose a las prescripciones del decreto antes citado.

21 de diciembre de 1868. “Casilla de vigilancia de la Casería de Ossio”. Se acordó por parte de este ayuntamiento, pase a examen de la comisión de hacienda, del gasto causado en el pasado mes de octubre, por parte del depositario de propios, de los dos escudos del arrendamiento de la casilla de vigilancia que existe en el barrio de la Casería de Ossio y que abarca toda la población de San Carlos.

28 de enero de 1869. “Voluntarios de la libertad, compañía de escopeteros salineros”. Se dio cuenta de un oficio de la comisión de guerra, suscrito por parte del presidente de la misma, al que acompaña una relación de individuos vecinos todos de esta ciudad mayores de 21 años, de reconocida honradez y buena conducta, que desean formar una compañía de “Voluntarios de la Libertad de Escopeteros Salineros”. Se acordó se convoque a los indicados individuos para el domingo próximo día 31 a las doce horas en esta sala capitular a fin de que, ratificándose en su alistamiento y en número suficiente, con arreglo al citado decreto, puedan proceder en oportunidad al nombramiento de jefes, según corresponda.

Secciones de municipales, serenos, y guardias rurales. En los mismos términos se dio cuenta de una exposición de la comisión de guerra, encargada de informar sobre las instancias presentadas en solicitud de ocupar plazas en las diferentes secciones de que se compone la guardia municipal. En cuya exposición se hace cargo de lo resuelto, por parte de la junta revolucionaria, después de acordar la disolución de la guardia local para reorganizar nuevamente la citada guardia municipal, con las antiguas denominaciones de municipales, guardias rurales, y serenos. Admitiéndose como generalmente sucede en casos anormales, individuos que, aunque honrados, no reunían las condiciones necesarias para el desempeño del servicio especial de su instituto, por cuyo fundamento y demás razones que la citada exposición expresa, acompaña la comisión tres relaciones, una señalada con el número primero que contiene a los individuos que, en su sentir deben de ser dados de baja y de alta, y que se enumeran detalladamente; aunque para abreviar el tema se suprime este dato y que afecta a los responsables y a las secciones de municipales, serenos y guardería rural.

Reglamento para municipales y serenos. Se vio y trató sobre los proyectos de reglamento para las secciones de municipales y serenos. Y el ayuntamiento acordó, pasen a la comisión de guerra, para que se ocupe de su arreglo, y los presente con su parecer, para la sesión del próximo sábado.

Se acordó convocar para el domingo próximo 31 del presente mes, a las 12 de la noche, a los voluntarios mayores todos de 20 años de edad y vecinos de esta población, que deseen alistarse en la compañía que se va a crear, con el nombre de “Voluntarios de la Libertad deEscopeteros Salineros”, por lo necesario y útil para la defensa de las zonas anegadizas, salinas y marismas de esta población, y por el conocimiento práctico de tales terrenos que poseen dichos individuos, por efecto de la reorganización de la milicia ciudadana.

30 de enero de 1869. Municipales y serenos: Se vieron y trataron las renuncias y nombramientos de estos.

Guardas rurales:se aumentan en dos nuevos miembros. La sesión tuvo por orden del día, el verificar y ratificar el nombramiento de los individuos contenidos en la lista que en la sesión pasada del 28 del presente mes, había presentado la comisión de guerra, para la formación de una compañía de “Voluntarios de la Libertad”, titulados “Escopeteros Salineros”, junto a sus jefes y en un número total de 46 miembros.

6 de octubre de 1869. El alcalde primero accidental manifestó que, entre algunas disposiciones motivadas por las actuales circunstancias, se había visto obligado a adoptar para la conservación del orden público en esta población, entre otras; la de haber ordenado que se mantenga durante toda la noche encendido, el alumbrado público de toda nuestra población. También se acordó, por parte del alcalde, se solicite del comandante general de marina de este departamento, se sirva dar las oportunas órdenespara que una de las lanchas de vapor de guerra se sitúe en el caño de San Pedro (Caño de Sancti Petri), y lo recorra durante las noches, con el fin de evitar de que algunas de las partidas armadas, que circulan por los pueblos comarcanos, se introduzcan en esta población por algunos de los puntos del referido caño.

De igual modo se acordó que para la mayor vigilancia y seguridad pública, se establezcan patrullas nocturnas,que además de los serenos que continuarán prestando sus servicios, se recorran las calles en cada distrito a cargo de un concejal. El cual estará en todo momento auxiliado por vecinos de su total confianza y bajo su responsabilidad, que se presten para todo ello de forma voluntaria e invitados que sean para ello, y dotarlos con las armas que cada uno de aquellos pueda llevar de su propiedad, para realizar el indicado servicio. La corporación se dividió entre los cuatro distritos de nuestra ciudad, en unión de varios vecinos de estos puntos o demarcaciones, y creando en todos ellos las oportunas patrullas nocturnas.

Finalmente, y como medida de conveniencia para la conservación del orden público en toda la población, se acordó, que mientras no se determine otra cosa, que duerma la sección de municipales en esta casa consistorial, y que conserve de entre ellos un vigilante, a fin de que esta fuerza, esté unida y disponible para responder ante cualquier evento o adversidad que se les requiera.

El alcalde primero presidente accidental, manifestó se había visto obligado a adoptar, para la conservación del orden público en la población, la conservación del alumbrado público durante toda la noche, mientras prosigan las actuales circunstancias que lo motivan. Y así se acordó.

Considerando el ayuntamiento que las particulares circunstancias por las que se atraviesan, con motivo del levantamiento de varias partidas en la provincia, todo lo cual exige una particular vigilancia y precaución para la conservación del orden en la ciudad. Y que el mal estado del armamento que poseen las secciones de municipales y serenosno permite el poder hacer frente con dichas fuerzas a cualquier alboroto que se pudiera producir en nuestra población. Acordándose se le reclamen eficazmente al gobernador civil de esta provincia, por si se sirve hacerlo a la autoridad militar de la misma, y del comandante general de marina de este departamento, el pedido de 60 carabinas con sus respectivas municiones correspondientes, para ser estas distribuidas entre los miembros integrantes de la referida fuerza municipal. Quedando obligada esta corporación a devolverlas, una vez que las indicadas circunstancias especiales por las que se atraviesan, hayan cesado.

2º) 28 de enero de 1872. Antonio Buada Fernández, comandante de la guardia municipal. Nombrado como tal en dicha fecha.Citándose al entonces y como al segundo comandante como tal nombrado de la reorganizada guardia municipal Antonio Buada Fernández. Este presentó su renuncia voluntaria al citado cargo del cual causó baja el 6 de julio de 1872. Sobre su nombramiento no existen datos concretos, ya que de los cuadernos de actas capitulares faltan gran parte del periodo de los años de 1871 y 1872; se presume fuese nombrado en el de 1871 y dentro de tan turbulento periodo de nuestra por entonces convulsa historia local y nacional (Sexenio democrático o revolucionario, 1868-1874). Tras el cese del primer responsable de la fuerza municipal, Gerónimo Gómez y Flores, acontecido tras el estallido de la revolución denominada La Gloriosa (18 de septiembre de 1868), y concretamente el 23 de septiembre de 1868 en que se reorganiza la fuerza municipal. Una vez producida la unificación de las secciones de la guardia municipal y de serenos, en un solo cuerpo de seguridad local, bajo la denominación de guardia municipal. Y de su nombramiento producido el 22 de abril de 1868, nuevamente ambas secciones se separaron entre sí, al mando cada una de ellas de sus respectivos cabos primeros responsables. Tras el nombramiento del comandante Antonio Buada Fernández, nuevamente se unificaron ambas seccionesdentro de la nueva Guardia local recién creada.

3º) 7 de julio de 1872. Ramón Balboa, comandante accidental. Orden dada en el día de ayer por el alcalde, en la cual se acordó el nombramiento del cabo primero de la sección de municipales de Lázaro Clemente Berruezo; quien se hizo cargo de la jefatura tras la dimisión del anterior responsable y también cabo primero Ramón Balboa quien presentó su dimisión el mismo día. Bajo su mandato quedaron nuevamente refundidas ambas secciones deen el día de ayer por el alcalde, en la cual se acordó el nombramiento del cabo primeor de la sección de municipales de Ramón Balboa; quien se hizo cargo de la jefatura tras la dimisión del anterior comandante Antonio BuadaFernández, que la presentó el día 6 del citado mes. Ramón Balboa presentó su dimisión como tal el 10 de agosto de 1872; en su lugar fue nombrado al siguiente día el también cabo primero Lázaro Clemente Berruezo.

4º) 10 de agosto de 1872. Lázaro Clemente Berruezo, comandante accidental. Orden dada serenos y municipales. Cesó por renuncia el 17 de septiembre de 1872.

6 de septiembre de 1872.“Uniforme de la guardia municipal”. La comisión de guerra presentó el diseño que considera debe de ceñirse el nuevo uniforme de la guardia municipal de nuestra ciudad. Exponiendo las modificaciones que cree deben de hacerse al mismo. El ayuntamientoacordó su conformidadcon el nuevo uniforme presentado, produciéndose discusión tan solo acerca de si como el diseño indica y la comisión propone, si había de sustituirse el actual sable que portan por el bastón de estoque con hoja de espada que se propone. Y habiendo llamado el alcalde a la votación sobre el particular que se trata en este punto, se verificó del siguiente modo: se emitieron junto al del alcalde un total de nueve votos, dando como resultado el de 5 a favor del bastón de estoque y 4 en favor del sable. Por lo que, a resultas de la votación, quedó acordado para el uso de la guardia municipal con el nuevo uniformeel empleo del bastón estoque que la comisión de guerra propone, en vez del uso del sable que actualmente usan la expresada fuerza.

9 de septiembre de 1872. “Registro de pordioseros”.  Se trató sobre la relación remitida en tal sentido por el jefe de la guardia municipal, y formado en virtud de la orden emitida por el alcalde el pasado día 14 de agosto. Y tras observar en dicha relación que no están comprendidas las mujeres que también imploran la caridad pública en esta población. Este ayuntamiento acuerda ordenar al jefe de la guardia municipal, que lo forme nuevamente e incluya a las mujeres en dicha relación, con objeto de formar posteriormente un registro completo de todos los pordioseros de ambos sexos, que sean vecinos de esta población. Y que después verificarán los alcaldes de sus respectivos barrios, respecto al verdadero estado de pobreza de cada uno de aquellos inscritos en tal registro. A quienes se proveerán, y a los que resulten con méritos para ello, de una lata numerada que llevarán en el brazo, con objeto de que los dependientes de la autoridad, no les pongan impedimento alguno al mendigar. Quedándoles a estos terminantemente prohibido el implorar la caridad después de la puesta de sol. Y últimamente que, notándose mucha afluencia en nuestra población, de pobres forasteros a los cuales se les observa estar pidiendo limosnas por nuestras calles, se extreme el celo por parte de laguardia municipal, a fin de que ejerzan la mayor vigilancia posible sobre estos sujetos, y los hagan salir de nuestra población. Y respecto a los que ejerzan dicha actividad y sean vecinos de esta ciudad, sin estar autorizados y sin la mencionada lata preceptiva; los pongan inmediatamente a disposición del alcalde a los efectos oportunos.

14 de septiembre de 1872.“Débito a la Marina por las carabinas que esta facilitó para la guardia local”. Se vio y leyó el oficio remitido de parte del intendente de marina de este departamento marítimo, de fecha 7 del mes en curso, manifestando en el mismo, que el día 10 del pasado mes de junio trasladó el emitido por parte del interventor del citado departamento de fecha 28 de mayo último, relativo al descubierto en que este ayuntamiento se encuentra, respecto a la hacienda de marina, por el armamento y artificios de fuego (municiones) que les fueron facilitados por parte del arsenal de la Carraca en el año de 1868, a la extinguida guardia local de esta ciudad, y cuya liquidación asciende a un total de 370 escudos con 380 milésimas. En vista de todo, este cuerpo capitular acordó, se le responda al intendente de marina, que en atención a que la causa de la pérdida de las mencionadas carabinas y sus municiones, lo fue durante la pasada revolución acontecida el 18 de septiembre de 1868, en la que el pueblo se apoderó de todas ellas tras asaltar este ayuntamiento y demás dependencias. Y con las cuales muchos de aquellos que las tenían en su poder, pasaron con ellas a Alcolea a defender la causa que proclamaban, donde es de notoriedad quedaron algunas de dichas armas. Y en consideración al exhausto estado en que se encuentran actualmente las arcas municipales de este ayuntamiento, espera que según y en circunstancias análogas ha sucedido, se les den de baja a las citadas carabinas y sus municiones de referencia, como lo tiene entendido esta corporación, se verificó con las armas de dotación de la fragata Zaragoza, en aquella pasada época.

5º) 17 de septiembre de 1872. Miguel Chorat, comandante accidental, primer mandato 1872. Orden dada en el día de ayer por el alcalde, en la cual se acordó el nombramiento del cabo primero de la sección de municipales de Miguel Chorat; quien se hizo cargo de la jefatura tras la dimisión del anterior responsable y cabo primero Lázaro Clemente Berruezo, que la presentó el día 6 del citado mes. Bajo su mandato quedaron nuevamente refundidas ambas secciones de serenos y municipales. Miguel Chorat cesó como tal, el día 7 de noviembre de 1872.

6º) 23 de febrero de 1872. Francisco Núñez López, comandante accidental, primer mandato 1873. Orden dada en el día de ayer por el alcalde, en la cual se acordó el nombramiento del cabo primero de la sección de municipales de Francisco Núñez López; quien se hizo cargo de la jefatura tras la dimisión del anterior responsable y también cabo primero Miguel Chorat, que la presentó el 21 del citado mes. Cesó por renuncia el 25 de febrero de 1872.

7º) 26 de febrero de 1872. Miguel Chorat, comandante accidental, segundo mandato 1872. Orden dada en el día de ayer por el alcalde, en la cual se acordó el nombramiento del cabo primero de la sección de municipales de Miguel Chorat; quien se hizo cargo de la jefatura tras la dimisión del anterior responsable y cabo primero Francisco Núñez López, que la presentó el 25 del citado mes. Cesó el 6 de junio de 1873.

1 de marzo de 1873. “Creación de una compañía de escopeteros en esta población”. Se trató de una solicitud presentada por numerosos vecinos de nuestra población, para crear una compañía bajo la denominación de “Escopeteros de la República”, para celar por la seguridad de este pueblo. Acompañado de una relación de individuos que, en su caso habrán de componerla. Se acordó acceder a tal pretensión. Hacer constar de que el armamento de dicha compañíaserá costeado por los propios individuos que la compongan.

4 de marzo de 1873. “Voluntarios de la República”. Se dio cuenta de una circular remitida por el gobernador civil de la provincia, fechada el día 1 del corriente, e inserta en el B.O Nº 50, recomendando a los ayuntamientos que muestren el mayor celo e interés, en el cumplimiento del acuerdo adoptado por parte de la asamblea provincial, en su sesión celebrada el pasado 27 de febrero último, para que se lleve a cabo en los pueblos de esta provincia, la inmediata organización de los batallones de voluntarios, como la más firme defensa de las instituciones, y del orden público. Y en la que se dictan las condiciones que han de reunir los ciudadanos, para inscribirse en el alistamiento, y de las reglas que habrán de observarse para su citada organización. Acordó el ayuntamiento, se fijen los correspondientes edictos, desde luego, y convocando a la ciudadanía al referido alistamiento.

6 de junio 1873. Bajo la alcaldía del ciudadano Federico Mota Francés; se acordó lo siguiente: se nombraron comisiones y permanentes,entre otras, las de guerra y policía urbana.

A propuesta del ciudadano presidente, se acordó por parte del cuerpo capitular, que la comisión de guerra, presente en la sesión de mañana, un estado de las municiones, correajes, cornetas, tambores y banderines, que falta para la milicia, como asimismo que se inspeccione el estado, en que se encuentran la bandera del batallón de Guillén Martínez.

“Alguaciles de la república”. Se acuerda por unanimidad modificar el nombre de la hasta entonces guardia municipal, por el de “Alguaciles de la República”. Para ello habría que reducir el número de sus miembros que pasarían a ser de nueve, de los 22 actuales. Estos se emplazarán para reunirse en asamblea, el próximo lunes a las 22.00 horas, a efectos de que por parte de todos ellos acuerden el eliminar los trece individuos que habrán de sobrar de dicho número total, y ser estos dados de baja.

8º) 19 de junio de 1873. Francisco Núñez López, cabo primero, jefe encargado de ambas secciones. Segundo mandato1873. A propuesta del alcalde, se acordó pasar oficio al presidente de la unión federal de obreros de esta ciudad, al comandante de la milicia local y al presidente del partido republicano federal, para que concurran todos, al local que anteriormente fue intendencia de marina, hoy cuartel de la milicia (actual escuela de suboficiales de la armada), a efectos de elegir durante los próximos días 25, 26 y 27, a los 31 individuos, que han de desempeñar las plazas de serenos y municipales. Así lo acordó este ayuntamiento, y de igual modo el nombrar nueve plazas más, para suplentes de estos elegidos. Como cabo jefe encargado de ambas secciones, fue elegido Francisco Núñez Gómez. El cual cesó el 2 de agosto de 1873.

A propuesta del ciudadano presidente, esta corporación acordó telegrafiar al ministro de marina, en el día de mañana, solicitándole el envío de cuatro cañones para la brigada de artillería que se está organizando en esta localidad. Y el ayuntamiento así lo acordó. Uno de aquellos cañones fue el causó la muerte del isleño alcalde Federico Mota Francés, al estallareste durante la pasada revuelta cantonal acontecida en nuestra ciudad.

9º) 2 de agosto de 1873. José Megías Martínez, inspector jefe de la fuerza municipal. Por último y al objeto de que dicha fuerza municipal, sea un modelo de moralidad y disciplina, como asimismo garantía del orden, de la propiedad y de la seguridad individual, en la parte que es respectiva a su instituto. Este ayuntamiento acordó nombrar a José Megías Martínez, regidor síndico de este ayuntamiento desde el día de hoy (2 de agosto de 1873), coronel graduado, y teniente coronel retirado del cuerpo de Infantería de Marina, como inspector de dicha fuerza, a fin de que la reglamente y organice. Quedando a sus inmediatas ordenes, para todo cuanto tenga relación con el objeto indicado. Se puede definir este nombramiento como el de la unificación en una misma persona como jefe responsable máximo de las secciones de la fuerza municipal (guardia municipal y serenos; además de la guardería rural). En cabildo celebrado el 24 de enero de 1874, se le aceptó la dimisión que presentó.

3 de agosto de 1873. “Reorganización de la guardia municipal”. Con el objeto de reorganizar las secciones de serenos, municipales y rurales de esta ciudad, el ayuntamiento acordó publicar y fijar edictos anunciando esta necesidad, así como la de no admitir más solicitudes que aquellas, cuyos interesadosserán licenciados del ejército o de la armada. Y que al mismo tiempo se hiciera saber en el referido edicto, de que el número de que habrán de contar las referidas secciones será de 13 sujetos para la de municipales, y 22individuos para la de serenos. Fijándose el plazo para la admisión de instancias, será el de ocho días a contar desde el de mañana.

13 de agosto de 1873.Bajo la alcaldía de La Herrán se acordó: una vez finalizada la pasada revuelta cantonal,el alcalde manifestó, que una vez finalizado el plazo y la presentación de solicitudes para ingresar en la guardia municipal, y terminado su trabajo la comisión de guerra encargada de inspeccionar las licencias. Creía llegado el caso, de ocuparse del nombramiento de los miembros de la sección de la guardia municipal, serenos y rurales. Comenzandopor el nombramiento de los cabos responsables de las referidas secciones. Eligiéndose de entre los solicitantes, aquellos que la corporación juzgase más aptos. Procediéndose seguidamente a un detenido examen de las condiciones particulares de cada individuo, y por unanimidad quedaron elegidos y nombrados:

Francisco Dalman Simó. Se nombró cabo primero responsable de la sección de la guardia municipal.

Francisco Jurado Gómez. Se nombró cabo primero responsable de la sección de serenos.

Seguidamente se puso a discusión la manera y forma de proceder, a la elección de los individuos que habían de componer las secciones de serenos y municipales. Y puesto que la comisión encuentra en todos méritos para cubrir dichas plazas. El ayuntamiento acordó se proceda a un sorteo, y verificado el cual, dio el siguiente resultado:

Guardias municipales. Fueron nombrados trece miembros.

Serenos. Fueron nombrados veinte miembros.

Guardas rurales.Para el extramuro norte se nombró a Esteban Gutiérrez. Y para el extramuro sur se nombró a Ángel García Infantes.

Suplentes de ambas secciones. Fueron nombrados diecisiete miembros.

La historia y evolución del cuerpo local de seguridad, es larga y extensa de relatar. Y por todo ello omitiré aportar más datos para centrarme a partir de este punto en enumerar la larga lista de los responsables jerárquicos que ha tenido el mismo, ya unificado definitivamente hasta nuestros días, y que suman un total de 69.

14 de febrero de 1874. El alcalde presidente dio cuenta a la corporación, del parte de fecha 12 del presente mes producido por parte del cabo segundo de municipales, en el cual le manifestaba que por el municipal Vicente Picó, el cual había abofeteado al soldado de Infantería de Marina Juan Aranda Solar, cuando se encontraban ambos en el interior del teatro de las cortes de esta ciudad. Y añadiendo de que, en virtud de un hecho tan punible, lo cual podría traer y producir resentimientos y enfrentamientos entre la tropa de este y la guardia municipal, habiendo por todo ello decretado la suspensión de empleo del referido municipal Vicente Picó, y el nombrar interinamente en su lugar a Manuel Ruíz Galán, hecho que ponía en conocimiento de esta corporación, para que en su vista acordase lo más conveniente y acertado. La corporación que ya tenía conocimiento del citado hecho, y aprobó la conducta del alcalde; confirmando en su destino al referido Manuel Ruíz Galán.

10º) 6 de abril de 1874. José BuadaSabariego, inspector jefe de la guardia municipal, y regidor de este ayuntamiento (1874-1875).Tras los graves sucesos recientemente acontecidos, que motivó el cese de la anterior corporación, y el nombramiento de una nueva. Fue elegido y nombrado regidor síndico José BuadaSabariego; luego 5 teniente de alcalde. Este fue seguidamente nombrado inspector jefe de la fuerza municipal durante su mandato político, para que se encargue de organizar y reglamentar al personal bajo sus órdenes, de las respectivas secciones de la guardia municipal, serenos y rurales. El 4 de marzo de 1875 se propuso y así se aprobó, la disolución de la fuerza municipal (secciones de la guardia municipal, serenos y guardería rural), por el mal cumplimiento en sus funciones, de todos los individuos que la integran.

12 de septiembre de 1874. Se vio la instancia que hizo José María Lora, sombrerero residente en esta ciudad. El cual solicita el abono de los gastos del viaje que realizó a Sevilla en el pasado mes de marzo, cuya cuenta asciende a 39 pesetas. Y cuyo motivo fue la compra de diversos sombreros tipo tricornio, destinados a la fuerza municipal de este ayuntamiento. Y cuyas gestiones practicó por encargodel mismo. Se desestimó al no existir constancia oficial de ello.

9 de noviembre de 1874. Se acordó aprobar la cuenta que asciende a 20 pesetas, por la confección de pelotillas con estricnina, para matar perros vagabundos en esta ciudad en el pasado mes de mayo. Estas solían ser repartidas por los municipales y serenos, y especialmente por los conceptuados como matadores de animales dañinos; a quienes se gratificaban por tales trabajos.

4 de marzo de 1875. Se propuso y así se aprobó, la disolución de la fuerza municipal (secciones de la guardia municipal, serenos y guardería rural), de todos los individuos que la integran,por el mal cumplimiento en sus funciones.

Seguidamente se aprobaron los siguientes puntos:

1º) Que se disuelva completamente la fuerza municipal.

2º) Que se nombre a un jefe militar, y que este lo sea en general de todas las expresadas secciones.

3º) Que a dicho jefe se le encomiende el nombramiento de todos sus subordinados, para lo cual será previamente oído el parecer del alcalde y demás miembros de esta corporación municipal, en dicho sentido.

4º) Que no se admitan en este cuerpo, más que a individuos que tengan reconocidos y prestados servicios militares; y que a tal efecto presentes sus respectivas licencias.

5º) Que de entre aquellos aspirantes, serán preferidos y elegidos los casados que alcancen mejor nota, y a los cuales no se les reconocerán ningún vicio, como el de la embriaguez o el del juego.

6º) Se les exigirán que todos los aspirantes sepan leer y escribir.

Y una vez terminada la lectura de esta moción, el alcalde manifestó que, si se aprobaba la citada proposición, le parecía conveniente que el jefe de dicha fuerza fuese José Navarrete y Peral. Persona de rectitud y muy conocida en toda nuestra provincia, por los muchos y buenos servicios que tiene prestados a la causa del orden público en toda ella, para nombrar, organizar y reglamentar sus nuevas secciones, es propuesto para comandante de la fuerza municipal de esta ciudad. El citado y nombrado, ostenta el cargo de “teniente graduado de capitán de la guardia civil”, el cual percibirá el haber anual de 1.145,73 pesetas; este cesó el día 30 de octubre de 1879. En dicha fecha también cesó el por entonces inspector y responsable de la citada fuerza, el regidor sindico José Buada.

 Y que a tal fin se suprima a un cabo de la sección de municipales, asignando al que quedará de estos dos que existen en la actualidad, un sueldo diario de 3 pesetas. Así como a los respectivos cabos de la sección de serenos que también son dos, y a quienes se les reducirán sus haberes diarios a tan solo 2 pesetas. Y que en las secciones tanto de municipales como en la de serenos, constase cada una de estas con 20 individuos, y señalándose para cada uno de aquellos, del jornal mensual de 75 pesetas; así como de los actuales 4 guardas rurales. Con la obligación a todos estos, de tener que costearse por su cuenta sus respectivos uniformes, y de tenerlos siempre limpios y en buen estado de decencia, de cuyo modo se obtendría una mayor economía anual de unas 2.100 pesetas.

11º) 4 de mayo de 1875. Francisco Navarrete y Peral, comandante en propiedad (1875-1879). Nombrado como tal por el alcalde José María de la Herrán, en atención a los méritos y servicios aportados por el reseñado solicitante al citado cargo,con el haber anual de 1.145 pesetas con 73 céntimos, y en uso de las facultades que le concede la presente ley municipal, y con arreglo al artículo 6 del Real Decreto de 28 de noviembre de 1851. Entre sus méritos presentados, había alcanzado el grado de teniente graduado de capitán de la Guardia Civil. Bajo su mandato un guardia municipal percibía anualmente un total de 912,50 pesetas, al igual que asimismo lo recibía un sereno, guarda rural, guarda o vigilante de los paseos públicos, e incluso un vigilante de la ronda de consumos.

A partir del nombramiento del comandante de la guardia municipal Francisco Navarrete y Peral, ya nunca volvió a desintegrarse ni a fragmentarse la fuerza local del orden público en nuestra ciudad. Sucediéndole en el cargo una pléyade de responsables hasta el día de la fecha de forma ininterrumpida, del siguiente modo y bajo el número de orden reseñado en el cargo. Cesó el 30 de octubre de 1879.

11 de abril de 1876. Se dio lectura a una circular remitida por el gobernador civil de la provincia a primeros del mes en curso, expresando de que habiéndose acordado por parte del gobierno de S.M., el aumento de la fuerza de la guardia civil en toda nuestra península, al objeto de poder atender a la custodia de la riqueza rural y forestal en toda ella, esperaba del celo de esta corporación municipal, de que en unión de la junta de asociados, fijase la cantidad con que se proponga atender el sostenimiento de la fuerza que se destine a tan importante servicio, y debiendo para todo ello de tenerse en cuenta, de que con dicha guardia civil, ha de ser inútil la guardería de campo oficial actual. Y por consiguiente pueden destinarse al aumento de la citada guardia civil, todas las economías que producirá la supresión de aquella, y de algo más en recompensa del buen servicio que con ello se habrá de establecer. Seguidamente tomó la palabra el alcalde, para demostrar el resultado de tan beneficioso servicio público, y de que el principal objeto de todo ello es el garantizar lo más pronto posible nuestra riqueza rural. Pero que al mismo tiempo le pareció prudente, de que antes de contraer ningún compromiso, debía de quedar aclarado de que dicha nueva fuerza, no se hallaría sujeta a las atenciones o necesidades políticas del país, sino puramente al del servicio local. Y que una vez quedó discutido suficientemente este particular, y por unanimidad se acordó por parte de esta junta, se sustituyeran a los actuales cuatro guardas rurales que existen en la actualidad, junto a los cuatro guardias municipales, todos los cuales ejercen dichas labores rurales en todo nuestro término municipal, con igual número de ocho guardias civiles todos estos de segunda clase, que son los que disfrutan de igual sueldo que los ocho individuos que habrán de ser cesados y suplidos por estos, todo lo cual causará a este ayuntamiento el sostén de su coste. Y que se informe de ello al gobernador civil, como así lo ha acogido esta junta con tanto entusiasmo, el pensamiento de que desearía en bien del servicio, fuese posible el poder sustituir a toda la fuerza municipal de esta ciudad, con efectivos del benemérito cuerpo de la guardia civil. Pero que antes de efectuarse la sustitución de los ocho guardias municipales con los que cuenta esta ciudad, debe de quedar perfectamente aclarado y consignado, de que estos miembros de la guardia civil solo habrán de prestar el servicio local que les esté a encomendados actualmente a los actuales guardias municipales. Y que, en ningún caso, estén estos obligados a la concentración de mayor número de dicha fuerza, y que esta sea costeada por parte de este cuerpo capitular. Pues de otro modo podría darse vigilancia de los importantes puntos, en que dichas cuatro parejas habrán de prestar sus crecientes servicios, lo cual sería gravísimo, dada la importancia de esta ciudad, y de abundar en ella elementos disolventes que ya le han traído algún que otro día de luto. Acordándose así y acto seguido, aprobarlo por unanimidad.

29 de abril de 1876. Teniéndose en cuenta lo expuesto por el alcalde, y lo avanzada de la presente estación, como el haberse dado ya algún que otro caso de rabia de canes en la ciudad. Se acordó que por parte de los agentes de esta alcaldía (guardias municipales y serenos), se proceda al igual que lo hicieran en pasados años, a distribuir entre el vecindario que así se los reclamasen, la correspondiente estricnina o bolitas, para la extinción de todos aquellos perros que se encuentren sin bozal, sueltos y vagabundos en la población.

15 de marzo de 1877. Según se supo por parte de un informe emitido el día 12 del mes en curso por el gobernador civil de esta provincia, sobre la llegada de S.M. el rey a la ciudad de Cádiz, lo será entre los días 17 al 19 del presente mes. Y que a tal fin se personarán en Cádiz, una comisión en representación de este ayuntamiento y ciudad de San Fernando. (Seguirá...)

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN