La fuerza ISAF de la OTAN anunció que las tropas británicas abandonan el conflictivo distrito de Sangin, en la provincia sureña de Helmand, cuyo control militar asumirán ahora las fuerzas de EEUU, algo posible gracias a los últimos refuerzos enviados por Washington.
Este “reajuste táctico”, tal y como lo describió la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), permitirá que las fuerzas británicas se puedan desplegar en otros puntos de Helmand, provincia en la que la fuerza aliada ha rediseñado su estrategia en varias ocasiones.
En febrero, miles de tropas internacionales y afganas lanzaron una ofensiva antitalibán en Marjah y aledaños, al oeste de Sangin, pero el mando militar ha admitido las dificultades de las autoridades afganas para instalarse en estas zonas de tradicional dominio talibán.
A la espera de otra campaña militar en la vecina provincia de Kandahar, el bastión espiritual de los insurgentes, las autoridades achacan el aumento de la violencia a la llegada de más miembros de Al Qaeda y al inicio de operaciones en zonas bajo control insurgente.
El portavoz del Ministerio afgano de Defensa, el general Zahir Azimi, aseguró a Efe que en Afganistán permanecen “más o menos” activos entre 20.000 y 30.000 insurgentes.