Los trabajadores están dispuestos a comenzar una huelga indefinida como último recurso, ante la situación desesperada en la que se encuentran, tras más de cinco meses sin cobrar y con un Expediente de Regulación de Empleo a la vuelta de la esquina.
Manuel Campoy volvió a mostrar ayer su preocupación por los rumores que aseguran que el Centro Dora Reyes cerrará sus puertas una vez que la Fundación consiga cobrar la deuda que mantiene con el Ayuntamiento de Cádiz y pueda pague las nóminas atrasadas a los trabajadores. Y es que los medios de comunicación se han hecho eco de estos rumores y el equipo de Gobierno sigue sin confirmar ni desmentir.
El secretario de Acción Sindical de CCOO indicó que a los trabajadores ya no les queda otra salida más que la huelga: “Lo hemos intentado todo. Hemos mandado escritos, nos hemos manifestado todos los días a las puertas del Ayuntamiento y seguimos igual, hasta ahora nadie se ha puesto en contacto con nosotros”.
Hasta el momento, lo único que saben es que el centro Dora Reyes va a cerrar, pero el albergue saldrá a concurso y la empresa que lo explote contratará a parte de los trabajadores.
Mientras tanto, las familias que no tienen recursos y son atendidas por Dora Reyes como los sintecho que cada noche acuden al Centro de Transeúntes también están a la espera de una resolución. Los trabajadores siguen yendo cada día. “Quieren cobrar, aunque sea el paro. Van cada día al trabajo y les cuesta el dinero”, destaca Campoy.
Pero en este caso, cobrar no lo es todo. A esto se une el miedo al despido. Si finalmente se confirman los rumores y el Centro Dora Reyes cierra sus puertas, la plantilla se verá reducida.
Los trabajadores no serán las únicos afectados, ya que de ser así, decenas de familias sin recursos se verán literalmente en la calle. El centro se puso en funcionamiento a principios de 2004 y es propiedad del Ayuntamiento de Cádiz.
Atiende como centro residencial a mujeres con sus hijos (desde los 0 años), que se encuentran en situaciones extremas, sin recursos sociales ni familiares, muchas de ellas víctimas de malos tratos. Se les facilita el acceso a los recursos con el objetivo de normalizar su situación y conseguir su autonomía e integración social a través de una intervención adecuada a las necesidades de cada una de las unidades familiares.
La Fundación ofrece todos los servicios propios de un centro integrador: alojamiento, cuatro comidas, escolarización de menores, programas educativos. La plantilla está dotada de personal cualificado como psicóloga, trabajadora social y monitoras, que intentan dar solución a diario a los múltiples problemas de las familias en exclusión social.
