Llegó el momento más esperado de los carnavaleros, la Gran Final del COAC que da inicio al Carnaval en las calles gaditanas. Una final que se caracterizó por no contar con ningún descanso. Pero el nivel fue muy alto y eso hizo que la sesión, aunque larga, no se hiciera pesada.
La Final empezó ya con muy buen nivel, con dos tangos del coro de Julio Pardo que gustaron en el teatro. El primero, en defensa del habla de Cádiz y, el segundo, una preciosa letra dedicada a Julio Pardo padre, que nos dejó el pasado año por Carnavales. Ellos le dicen que aquí siguen, manteniendo el coro al que dedicó su vida.
Después llegaron las risas con la chirigota revelación de este Concurso, Te he dicho 1.748.654 veces que no soy exagerao (Los exageraos), que volvió a sorprender con sus cuplés, aunque repitió algunos, pero el teatro se divirtió. Además, las letras de pasodoble fueron de reconocimiento a Gueli Villegas y a esos gaditanos que durante la semana de Carnaval aguantan los inconvenientes de la fiesta y aplauden que se haya priorizado la venta de entradas para la Final a los gaditanos.
La primera comparsa de la noche fue Los sacrificaos. Una maravilla de pase en un año muy bueno del autor que quiere ser aspirante a todo. Con una crítica a la sanidad pública andaluza y otra a los coros, a los que acusan de ser la reina de la fiesta presentó este autor sus credenciales.
El camping más divertido volvió a abrir las puertas en la Gran Final para celebrar la boda entre el cubano y la santera pese al agobio y el rechazo del Penas. El enlace lo oficializó el Fransi-copata, que se bebió algo que lo cambió completamente y empezó a ver la vida de colores. El tema libre fue repetido, pero con el arte de estos cuarteteros el público volvió a disfrutar.
Vuelta al coro con Los iluminados, que realizó un buen pase aspirando también muy alto. Dedicaron su segunda letra de tango para realizar un precioso homenaje a Eduardo Bablé, que forma parte de este coro, y a Miguel Ángel Fuertes, que se jubilan los dos este año. Va a estar la cosa reñida al final de la sesión en el fallo del jurado.
La chirigota La callejera invisible sorprendió sobre las tablas del Falla al presentar un repertorio novedoso de principio a fin. Y es que en Semifinales se escaparon de la cárcel y ahora vuelven a la fachada de Correos. Esta iniciativa que será valorada, seguramente, de forma muy positiva por el jurado del Concurso. Lo sabremos con el fallo que presenten.
Una de las comparsas más esperadas de cada año es la de Ares, y más en la Gran Final, cuando suele realizar sus mejores pases. Eso sucedió una vez más con dos pasodobles de muchísimo nivel, uno a Andalucía y otro a Juan Carlos Aragón, al que cuenta cómo siguen las cosas en el Carnaval. Mucha emoción en el teatro con esta letra. Sin duda, el mejor pase de La oveja negra.
La familia más carnavalera, Los Cocos de Cadi, repitió la parodia del trío, pero apareció el abuelo, que por fin tuvo protagonismo y dijo la noticia importante que llevaba tres pases atrás intentando soltar. El tema libre fue inédito, que tuvo como protagonista al abuelo, al que su nieto le contó todas las novedades. Finalmente, el Garrapata se autoproclamó pregonero.
Superado el ecuador de la final llegó el coro de Luis Rivero que presentó dos letras muy reivindicativas. Este fondo marino aún tenía mucho que decir y, en su primer tango realizaron una fuerte defensa del coro, su modalidad. Podría servir como respuesta al pasodoble presentado por la comparsa de Jona horas antes. El segundo tango, una reivindicación para que Andalucía se haga valer.
A la chirigota del Selu le costó conectar con el público. El primero de sus pasodobles lo dedicaron a los marcianos y sus avistamientos con un recado final para el gobierno y el segundo, al cante flamenco y su procedencia. El grupo mascó letra.
El joyero llegó a la Final pisando fuerte también, con dos letras que gustaron al teatro. El primer pasodoble contó la historia de una pareja que se separa porque se acaba el amor, pero saben que sus hijos son lo importante. El segundo, una letra muy bonita describiendo el joyero de todo carnavalero que guarda agrupaciones históricas.
El cuarteto del Gago siguió contando las aventuras de estos punkis, aunque la parodia fue repetida. La tanda de cuplés, a Rafa Nadal, a la princesa Leonor, que está siguiendo los pasos del padre y a Froilán, que está siguiendo los pasos del abuelo Juan Carlos y dicen que a ver si le pega un tiro a la hermana. Sacan un mensaje en pancartas, “No es literal. Es carnaval”.
El último coro de la noche, ya madrugada, fue el coro libertario, que nos abrió las puertas del Restaurante Cádiz para seguir defendiendo a El gremio. Los tangos, mucho mejor que los cuplés, fueron una crítica a Pablo Iglesias y otra a Antonio Burgos.
Llegaba El Grinch de Cái y el público lo sabía, que aclamaba al pregonero. La chirigota llegó con un primer pasodoble en el que, utilizando el ejemplo de las entradas de la Final, dijeron al alcalde de Cádiz, Bruno García, que priorizara siempre al gaditano. El segundo, a todos los pregoneros que ellos consideran que tiene la ciudad.
Llegó el momento de cerrar la Gran Final y fue la comparsa del Chapa, Los colgaos, la agrupación a la que le tocó poner el punto final a este COAC 2024 y lo hicieron de una maravillosa forma con un pasodoble en el que realizaron una crítica a todas aquellas personas que no valoraron a Juan Carlos Aragón cuando estaba vivo y ahora dicen echarlo de menos al mismo tiempo que recuerdan las promesas que desde el Ayuntamiento hicieron cuando falleció y que nunca llegaron a cumplir. Broche de oro para este Concurso.