Ufano siempre había querido ser alcalde de su ciudad. Lo había intentado de todas formas y maneras. La suerte no le acompañaba, aunque eso sí, durante largas temporadas había logrado ser un socio útil y decisivo, lo que le había reportado poder e influencia. En esta ocasión y ante la proximidad de las elecciones municipales, había vuelto en olor de multitudes, él y cuatro más, a su partido de siempre, una pequeña organización, modelo bonsái, en la que nuestro hombre lo era todo, el pasado, el presente y el futuro.
Desde el reingreso de Ufano en las filas de Puñeteros Asociados, la militancia había incrementado en un cien por cien, con lo que ya habían alcanzado la inimaginable cifra de diez, que ni a soñar que se echaran hubieran conseguido de no ser por nuestro popular personaje. El y los suyos aspiraban dentro de su modestia a ocupar escaño en el Ayuntamiento, y ser de nuevo un partido bisagra, decisivo para quien quisiera ostentar el poder. Con tal fin andaba de un lado para otro cerrando posibles acuerdos a diestra y siniestra, con su bolsa dispuesta a la subasta, y cuyas condiciones pasaban siempre por ocupar un lugar preeminente en el gobierno local y provincial.
En su campaña contaba con escasos recursos, al menos eso parecía, pero había algunos medios de comunicación que le trataban generosa e incluso espléndidamente, y lograba obtener espacios para difundir su imagen e ideas aunque solo fuera utilizando falsos argumentos y una retórica demagógica. Además a través de su temido blog, El Perverso Anónimo, descargaba sus resentimientos y lanzaba todo tipo de difamaciones, infundíos, mentiras y mezquindades sobre sus potenciales adversarios, a la vez que le servía como órgano de propaganda en la que su impacto, seducción y sensación de poder eran mucho mayores de lo que parecían.
El candidato Ufano estaba seguro que de nuevo sería crucial su papel en la configuración del futuro gobierno municipal, y ya se había comprometido financieramente con aquel de los partidos mayoritarios que él pensaba que podía ganar en esta ocasión.
Entre la decena de sus militantes, que eran la dirección del Partido, el Comité de Campaña y estrategia había estudiado sus fortalezas y debilidades. Creían que había un electorado puñetero esperando que se le motivara, pensaban que tenían perfectamente identificados los problemas de la ciudad y sus oportunidades electorales.
Incluso nuestro Ufano Candidato, en su limitación de líder de Puñeteros Asociados, había definido, de manera realista sus objetivos primarios de campaña, salir él y al resto de la lista que le den…, ya que según su leal saber y entender, estando él, estaban todos.
Apenas quedaban tres meses para el día D y la hora H, para que los ciudadanos y ciudadanas depositaran su voto en las urnas, y nuestro Ufano estaba convencido de que sus resultados iban a ser excelentes, con lo que nuestro aspirante a edil intentaba aparecer ante la gente como una persona ideal llena de virtudes y sin ningún defecto, lo que naturalmente sonaba a falso y artificioso y rompía la mejor de las estrategias la del SUM, o lo que es lo mismo Sea Usted Mismo.
Nuestro Ufano, no sé si era consciente que el pueblo llamo es tremendamente inteligente y perspicaz, y no solo escucha las palabras, observa las imágenes, sino que es capaz de leer entre líneas y ver más allá de lo que le quieren vender, y él aunque no lo quisiera admitir era un producto conocido, gastado y caduco.
Curioso Empedernido
Ufano candidato

- Juan Antonio Palacios
- Curioso Empedernido
Publicado: 16/02/2011 ·
10:51
Actualizado: 16/02/2011 · 10:51