Entre el lado oscuro y luminoso de nuestras vidas hay veces que ni somos ni estamos, pero la gran tragedia es no saberlo, y tener que pedir un perfil prestado, que puede llegar a inquietarnos entre ansiedades e incertidumbres. El ruido imperante nos desorienta y para encontrar ideas y desarrollarlas necesitamos volver a encontrarnos con el silencio en una atmósfera que nos permite crear y sintonizar con nosotros mismos y los demás.
Vamos descartando rumores y buscando certezas recorriendo un camino de aceptación de las dudas y las críticas. Muchas veces sin llegar al final, tenemos que volver a empezar, superando miedos y temores, desmarcándonos de posturas inflexibles.
La fantasía de algunos actores sociales es desbordante en su orgullo y sin límites en su soberbia, de tal manera que en la mayoría de las ocasiones se creen más que nadie, que buscan confrontaciones y presumen de sacar conejos de la chistera o haciendo de lo paraísos, infiernos a la carta, acuñando el lema de ”cuanto peor, mejor”
Ese creativo que en su búsqueda irrumpe en territorios inexplorados de las artes y de las letras, y se encuentra con esa hoja en blanco que es la Inteligencia Artificial, donde con tecnología e imaginación, quizás todo sea posible y no nos damos cuenta que nosotros como seres humanos estamos en el centro de este proceso.
Lo mejor y lo peor del retorno al silencio, es que podemos ganar todo y no perder nada o viceversa, que el resultado final depende mucho de lo que nosotros hagamos más que de lo que piensen los demás, generando y regenerando ángeles y demonios, lobos y ovejas , piezas sueltas y otras que encajan , prisas y aplazamientos.
En ese juego con el silencio, es mejor callarnos que dedicarnos a decir disparates. Es reconfortante actuar de acuerdo con nuestros valores, pero no intentar imponerlo a los demás . Todo será más fácil y agradable si somos respetuosos y tolerantes, escuchando lo que dicen los otros.
No es aconsejable dedicarnos a provocar a quienes nos rodean con comentarios fuera de tono. Es un juego peligroso, que no hace amigos, ya que se pueden enfadar contigo, si los dejas en evidencia. Desde nuestro silencio creativo podemos contemplar en directo toda la realidad a todas horas, desde la más cercana a la más lejana.
Observamos como hay mucha gente a las que casi nadie escucha, y que lo que ayer era portada de todos los informativos hoy ha desaparecido y ha sido sustituido por otra noticia, un personaje por otro, una guerra por otra. Asistimos mientras que estamos sentados en torno a una mesa a como seres humanos explotan, vigilan, estafan, extorsionan, castigan e incluso matan a otros como ellos.
Son seres como nosotros , que forman parte de la gran legión de anónimos, y a veces quedan reducidos a pura estadística, cifras, números y guarismos que llenan desde sus soledades sin hacer ruido , porque el sistema hace ya tiempo que los sitúo fuera del círculo de los que consumen, hablan y deciden.
Desde nuestro retorno al silencio hay quienes son pregoneros del poder, y no permiten que la verdad les estropee ninguna noticia o reportaje por el que ya han cobrado su soldada, se aplican para que las infamias puedan ser conocidas por hazañas , son aquellos que acusan sin fundamento o condenan sin pruebas, o que en el colmo de su bien pagada obediencia, se convierten en cómplices o títeres del jefe de turno desde la sumisión o el silencio.