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'Sí, quiero'

El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha aceptado la petición de la cúpula del PSOE para presentarse a las primarias.

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  • Zapatero felicita a Rubalcaba. -
"Os estoy diciendo que sí". Ha sido la frase que esperaban escuchar los dirigentes socialistas de boca de Alfredo Pérez Rubalcaba una vez que a él se habían entregado para intentar la difícil misión de salir victoriosos de la próxima cita con las urnas.

Después de una travesía de apenas dos meses desde el anuncio de José Luis Rodríguez Zapatero de que no optaría a la reelección, la nave socialista ha tocado puerto tras haber hecho agua en las urnas el pasado domingo día 22.

Es tiempo de intentar reparar las grietas que esas elecciones y los efectos de la crisis les han provocado, y antes de proseguir su periplo han ungido a su nuevo timonel negando las acusaciones de que han recurrido al "dedazo".

Rubalcaba ha querido dar confianza, ha asegurado que se cree la victoria frente a Mariano Rajoy, ha pedido a sus compañeros que se lo crean también y ha instado a trabajar en consecuencia.

Y lo tendrá que hacer cohabitando con la persona a la que sustituye, aunque con la incógnita de si dejará alguna de sus múltiples responsabilidades en el Gobierno.

Otra duda es si en el plazo de veinte días será ya el candidato oficial o tendrá que esperar algo más debido a que algún militante quiere echarle un pulso bastante desigual.

Este sábado ha quedado atrás la posibilidad de un Congreso que habría supuesto el relevo de Zapatero al frente del partido, y esta semana quedó aparcado un duelo democrático, pero fratricida, con Carme Chacón.

La ministra de Defensa ha asistido a la reunión del Comité Federal sin haber cambiado el serio semblante con el que el pasado miércoles anunció que no optaría a las primarias para preservar la unidad del partido.

Eso no ha impedido que se sumara al largo aplauso con el que la cúpula socialista ha cerrado la intervención de Rubalcaba pese a que el ya candidato, y al contrario de lo que han hecho Zapatero y todos los "barones" socialistas, no le ha dedicado la más mínima mención.

Chacón dijo no aunque confesó que quería, y este sábado ha quedado claro que Rubalcaba, aunque nunca dijo sí, nunca dijo no y él también quería.

Ahora, más mando para él. "Alfredo, estos no saben aún el poder que tú tienes", comentaba José Bono las pasadas navidades en la cena con los periodistas parlamentarios y jugando con ventaja por ser depositario del secreto de Zapatero de que no acudiría a la reelección.

Bono continuó con un juego de palabras sobre si Rubalcaba era la liebre eléctrica que engaña a los perros y que se prestó a todo tipo de interpretaciones. Se ha confirmado que es la liebre socialista, sin apellidos.

A sus dotes velocistas ha apelado Zapatero para la victoria: en sus tiempos mozos corrió los cien metros en menos de once segundos, y ahora, en diez meses, es capaz de ganar las elecciones.

Zapatero ha advertido de que queda un hercúleo trabajo para cambiar el modelo económico en España, y el mismo calificativo podría usarse para ese reto de Rubalcaba.

Si fieles a la mitología, Hércules, entre otras tareas, tuvo que matar a un león, a una hidra y a unos pájaros, capturar un jabalí, una cierva y un toro, limpiar unos establos, y robar unas yeguas, al sucesor quizás se le antoje algo más cercano su objetivo.

Para conseguirlo, hay que llegar a los ciudadanos y transmitir confianza y la sensación de que se es sincero. ¿Lo sería cuando le dijo públicamente a Zapatero que esperaba que este sábado ganase el Barcelona la final de la Champions?

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