El trabajo, que no ha nacido con el ánimo de ver acumularse el polvo sobre suspáginas guardado en un cajón, ha comenzado a ser mostrado -y entregado- a quienes, en principio, más pueden valorarlo y, sobre todo, más pueden hacer por cambiar la situación de abandono y desidia en la que se encuentra. El documento está siendo presentado a los responsables de la Agencia Andaluza del Agua, entidad que tiene las competencias sobre el río.
Pero si bien es cierto que las autoridades políticas son las que tienen la última palabra a la hora de tomar medidas -muchas de las cuales, ya se ha dicho desde estas mismas páginas, no suponen desembolso alguno-, no es menos cierto que desde otros muchos colectivos (ecologistas, vecinales, culturales...) se puede -y se debe- ejercer la presión necesaria para que los poderes públicos actúen.
En el fondo, el principal problema que padece el Guadalete es la desidia y el desinterés que provoca en las administraciones públicas que, no considerándolo un elemento que despierte el interés ciudadano y por tanto no siendo un elemento generador de votos, lo relegan a un plano inferior en las prioridades de actuación.
Por eso es necesario que Ecologistas en Acción continúe con la difusión del documento de diagnóstico sobre el Guadalete y que siga manteniendo reuniones con los responsables políticos directamente vinculados a la gestión del agua. Pero no es menos importante que este colectivo abra cuanto antes (está en sus planes según han manifestado alguna vez)una segunda vía de difusión del documento encauzada hacia los ciudadanos, a través de sus representantes. Es necesario que asociaciones de vecinos, centros educativos, asociaciones culturales y de cualquier otro tipo se impliquen en la exigencia de actuación, única manera que garantizará la intervención de la administración en el río.