José Luis Rodríguez Zapatero ha sido, en mi opinión, uno de los presidentes más de izquierda/izquierda de la La revista ‘Intramuros’ acaba de publicar un número íntegramente dedicado a la obra y la personalidad literaria de Francisco Umbral; y el poeta Emilio Arnao ha sacado el ensayo titulado ‘Umbral o el contradiós’.


Francisco Umbral fue un escritor fascinante. Construyó su descomunal obra periodística y literaria desde el ‘yo’. Incluso en las biografías que escribió -Larra, Lorca, Cela, Valle, González Ruano, Ramón- había mucho de su propia vida. Umbral inventó un personaje de sí mismo, recreó su vida, nos engañó con palabras: Con una escritura hermosísima.
Resulta llamativa la insistencia de Anna Caballé, crítica literaria, profesora universitaria y biógrafa de este autor en ’Francisco Umbral, el frío de una vida’ (Espasa Calpe 2004), en su insistencia en que Francisco Umbral nació en una Inclusa en Madrid, hijo de madre soltera, y que él escondió este dato durante toda su vida. Incluso llega a lamentar en su artículo en ‘Intramuros’ que sobre su libro cayó “un plúmbeo silencio”.
Ocurre que no se puede hacer un libro, o construir varios artículos y ensayos sobre una simple partida de nacimiento de alguien que ganó el Príncipe de Asturias y el Cervantes, entre otros muchos premios, y cimentó una obra monumental en número y espectacular en calidad literaria, hasta el punto de que en Umbral se confunden la vida y la obra. Umbral vivió para escribir. E hizo ‘El hijo de Greta Garbo’, inmensa novela de tintes autobiográficos sobre su madre, mujer admirable, que le inculcó el amor por los libros. Umbral es el hijo de Greta Garbo, eso es lo que siempre nos hemos creído sus lectores, no el hijo, que también, de una señorita de Valladolid, cultivada y madre soltera, que murió en plena posguerra de hambre y tuberculosis, como se recoge en los registros oficiales. “Mamá entre los zarzales, entre moras (…), mamá entre aquel frondor de espacio en oro, cogiendo moras, recolectando moras, cómo vestía de blanco…”. Así empieza ’El hijo de Greta Garbo’ (Destino, 1982). El libro arranca con dos citas: “Asusta pensar que nuestra vida es un relato sin fábula ni héroe” (Ossip Mandelshtam), y “para que no te quedes huérfana de hijo” (Luis Rosales). Greta Garbo nunca estuvo huérfana de hijo. Ella aún vive, hermosísima, en las estanterías de las librerías. Como ella hubiera querido. Como su hijo quiso. Lo demás es ’Sálvame’’ con letras.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN

Zapatero
Pasión inútil
Visítanos en Facebook
Visítanos en X
Recibe tu periódico a través de Whatsapp
RSS
NEWSLETTER