Jerez

A Galván se le escapa la puerta grande en Algeciras

Orejas para Galván y Sánchez en la novillada de Feria. Barberá se va de vacío.

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  • Galván, en Las Palomas. -
Plaza de Toros de Las Palomas. Jueves 23 de junio. Novillada.
GANADERÍA

Novillos de María del Carmen Camacho. De correcta presentación, en general descastados, sin clase, aunque nobles, excepto el último, de buen juego. El primero fue devuelto por inválido y sustituido por otro del mismo hierro. Por orden de salida, pesaron 440, 425, 410, 430, 465, 450 y 470 kilos.
DIESTROS
Salvador Barberán. De grana y oro. Pinchazo, estocado y descabello. Ovación. En el segundo, pinchazo, estocada y cinco descabellos. Silencio.
David Galván. De azul y oro. Estocada algo tendida y oreja tras aviso. Tres pinchazos, estocada, vuelta al ruedo tras aviso.
Miguel Ángel Sánchez. De burdeos y oro. Pinchazo, estocada trasera. Silencio. Estocada, oreja.
INCIDENCIAS
Presidente: Francisco Ortiz, asesorado por Carlos Álvarez.
Entrada: Menos de un cuarto.

La novillada de Mari Carmen Camacho, descastada, sin clase y sin fiereza, excepto el último, que dio mejor juego, poco ayudó a la terna de novilleros, aunque, en algunos momentos, alguno de ellos debieron acordarse de que ser novillero es algo más que estar con voluntad en el ruedo. Hay que salir a dejarse la piel, pelearse y aplicar la máxima de que tiene que tener en esto del toro valor, inteligencia y ganas de triunfar.

El festejo rompió en el segundo de la tarde, donde nuevamente David Galván dio la dimensión de ser un novillero con fondo, quietud y personalidad. La faena a sus dos novillos, al primero manso, que no repetía, fue de mucho mérito. Precisamente, torear al manso es lo que hizo. Lo sometió y le cuajó una serie de derechazos muy templados de trazo largo, enroscándose el novillo a cada muletazo, llegando la emoción y la vibración a los tendidos.

En el último, dejó ir la Puerta de la Feria por pinchar por tres veces, pero de nuevo dio una lección de cómo hay que torear a un novillo también rajado, sin clase, pero que pronto le dio David el pitón izquierdo, y sobre él basó una faena de gran calado, llevándolo muy cosidito en cada muletazo. El público le obligó a dar la vuelta al ruedo tras el aviso. La Puerta Grande está ahí y David la tendrá en su momento, porque está en la línea de los grandes, pero ahora el carretón es el que manda.

Miguel Ángel Sánchez sustituyó a José Monje, anunciado en principio, tras quedar lesionado en un tentadero. Banderilleó bien a sus dos toros, con soltura. En el último, ofreció un par de banderillas a su peón, Corruco de Algeciras, siendo brillante al tercio. Con su primero, que brindó al ex alcalde Tomás Herrera, puso voluntad y estuvo con ganas, pero el novillo, soso, no le dio más opciones. Salió con muchas ganas en el sexto, recibiéndolo con dos largas cambiadas. Brindó a los empresarios Curro Mateo y José Luis Lara, y su labor, que tuvo un principio esperanzador, no terminó de cuajar, aunque en su haber dejó buenas tandas con la mano derecha. Mató de gran estocada, y ahí fue la oreja.

Salvador Barberán volvió a brillar con su corte de toreo elegante, sobre todo con la zurda en su primero, un toro con la fuerza justa, que brindó a su padre, y que vino a menos. Con el otro, que picó el que hacía puerta, apenas tuvo faena de brillo. Se le vio con decisión, pero no terminó de ganarse al público.

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