El jefe del Ejecutivo ha contactado por teléfono con los portavoces y los dirigentes de los partidos minoritarios, en especial, con CiU y PNV, en busca de su respaldo para sacar adelante la reforma constitucional con el máximo consenso posible. Todos ellos tienen hasta este jueves para presentar sus enmiendas parciales.
Los jeltzales reclaman que se incluyan el derecho a decidir y un reconocimiento a los territorios forales, para que puedan emitir deuda. Los convergentes piden que la Carta Magna recoja los límites a la solidaridad. PP y PSOE harán todo lo posible para lograr los apoyos, aunque Zapatero reconoce que hay "algunas cosas difíciles de incorporar en este proceso de reforma".
No obstante, el presidente señaló este miércoles que sus propuestas podrían tener "algún espacio" en el posterior desarrollo legislativo, que "tendrá un trámite de diálogo y negociación". Zapatero considera que CiU está de acuerdo "con el fondo" de los cambios, el principio de estabilidad financiera. En su opinión, las discrepancias convergentes tienen que ver con su "configuración normativa".
El dirigente piensa que la formación catalana está haciendo "una interpretación incorrecta" del "impacto" que tendrá la reforma en "el autogobierno y la autonomía financiera" de su Comunidad. El socialista aclaró que el proceso no tiene que ver "con la distribución territorial del poder", sino que trata de llevar a la Constitución "lo que hay en la ley" para "hacer más fuerte" el principio de estabilidad presupuestaria en "el conjunto de las administraciones".
Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, hizo este miércoles unas duras declaraciones sobre una posible ruptura del proceso constitucional. Zapatero le pide que no abuse "de los adjetivos en los discursos políticos" y que imponga "el sentido de la responsabilidad en un momento tan decisivo para el conjunto de España".
"Espero que actúen con moderación, que es una de las señas de gala que exhiben, y se mantengan dentro de la legítima discrepancia", mantuvo el presidente. En la misma línea, Elena Valenciano, directora de la campaña electoral del PSOE, explicó a Onda Cero que... "Duran i Lleida es una persona muy seria y sabe perfectamente que necesitamos enviar un mensaje potente de confianza".
Así, corroboró que el partido del Gobierno pretende entablar un diálogo sin excluir a ningún grupo: "Ahora se abre un proceso normal de enmiendas y negociación parlamentaria y lo razonable es hablar con todo el mundo". "Espero que podamos conservar este consenso constitucional", afirmó la socialista.
Como Zapatero, Cristóbal Montoro, coordinador de Economía del PP, reclamó "prudencia" en los discursos políticos y mostró su disposición a abordar "el mayor acuerdo político posible para llevar adelante la reforma". El dirigente explicó que PP y PSOE están "abiertos a las presencias e iniciativas de otras formaciones". Por eso, aún no hay un "pacto cerrado".
El 'popular' hizo hincapié en que "lo que está en juego es la credibilidad de España como miembro del euro" y aclaró: "El planteamiento de la reforma no es el triunfo de ninguna ideología, sino la aplicación de reglas comunes y de sentido común, como equilibrar las cuentas públicas".
Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, coincidió con él: "Ahorrar no es de derechas o de izquierdas". Además, "entre los manirrotos que defienden una deuda excesiva y los fanáticos del déficit cero, están los socialdemócratas".
La estabilidad presupuestaria es, para él, "un dogma progresista". En su opinión, la diferencia entre ideologías radica en cómo se gasta el dinero, cómo es la política fiscal y a quién se le suben los impuestos.
ZAPATERO AGRADECE LA LABOR DE RUBALCABA
El aspirante a La Moncloa se encargó de convencer a los sectores socialistas que dudaban de la idoneidad de la reforma. Esto generó rumores sobre una posible brecha entre él y el presidente del Gobierno, algo que Zapatero desmintió de manera rotunda: "Hay más cercanía que nunca". El mandatario agradeció "la tarea fundamental" del que fuera su mano derecha.
Rodríguez Zapatero piensa que "es normal y lógico" que surgiese el debate en las filas del PSOE. No obstante, Rubalcaba consiguió "una amplísima, por no decir unánime, comprensión" de unas medidas que van a dar "resultados positivos para la confianza, la estabilidad y el futuro de la credibilidad de España", en su opinión.
Valenciano también destacó la labor del candidato: "Nadie puede dudar que Rubalcaba ha cogido el toro por los cuernos". No sólo se refería a la tarea de convencer a los 'barones' y a los diputados del PSOE de que las medidas son adecuadas, sino a los "elementos de flexibilidad" que el socialista introdujo en el acuerdo.
El aludido sabe que no todo el mundo respaldará la reforma y que algunos sectores de la sociedad no la aceptan, pero... "Lo que ha pasado en Grecia no lo quiero para mi país, aunque eso me cueste votos".
ENMIENDAS DEL PNV
Josu Erkoreka, portavoz del PNV en el Congreso, explicó este miércoles el contenido de las enmiendas que ha presentado. Los jeltzales quieren que la Carta Magna reconozca "los territorios forales", de modo que éstos puedan emitir deuda pública, junto al Estado y las comunidades autónomas.
El dirigente criticó a Patxi López, lehendakari, por no haber reclamado la inclusión de este concepto: "No ha tenido tiempo, al parecer, para salir a la palestra pública y defender, como tenía que haber hecho, esta singularidad vasca". La enmienda busca "corregir un grave defecto del texto consensuado".
Si no se consigue, "podría provocar graves perjuicios a los territorios forales". Erkoreka se refiere a que el texto "constreñiría su capacidad financiera y fiscal, hasta el extremo de equipararla a la de las entidades locales que, en el proyecto de reforma constitucional que se ha remitido a la Cámara, está limitada al mínimo".
A su juicio, "si el PP y el PSOE hubieran optado por un procedimiento más abierto, con más transparente y más participativo, es probable que este defecto que acusa el artículo 135 no se hubiese producido". El nacionalista censuró que los partidos llevasen las negociaciones "en secreto, a puerta cerrada y de espaldas, no sólo a la ciudadanía, sino también al resto de grupos parlamentarios".
Su segunda enmienda reclama que la Constitución contenga el derecho de autodeterminación del pueblo vasco. Los jeltzales quieren que éste designe su estatus "libre y democráticamente", dotándose de "un marco propio o compartiendo, en todo o en parte, su soberanía con otros pueblos". El fin último es que las instituciones autonómicas sean "las únicas legitimadas para impulsar su ejercicio".
Erkoreka explicó que la formación nacionalista quiere trasladar al texto constitucional "una reivindicación secular del nacionalismo vasco", algo que también defienden "otros sectores sociales y políticos" no nacionalistas como "mera expresión del principio democrático".