Según los datos recabados por este diario, un 49% de los algecireños encuestados por la Policía Local saca a su perro con la bolsita en la mano para recoger, más tarde, los excrementos del suelo. La otra mitad, por contra, sigue dejando sus regalitos a los demás viandantes.
Asimismo, los agentes que han tomado parte en esta campaña comprobaron que dos de cada tres algecireños -exactamente el 66% de la p0blación encuestada-, sujetaba siempre a sus perros con una correa cuando los sacaban a la calle.
Precisamente era en esos dos aspectos en los que se pretendía incidir con esta campaña, que dio comienzo a mediados del pasado mes de noviembre y que se desarrolló hasta el 4 de diciembre. El objetivo, concretamente, era “comprobar el estado en el que estos sacan a sus mascotas a la calle”, manifestaron en su momento desde la Delegación de Seguridad Ciudadana.
Esta campaña fue puramente informativa, y por tanto no se tramitaron denuncias ni se practicaron sanciones de ningún tipo a los propietarios que incumplían la normativa. Todo ello a pesar de que, inicialmente, se advirtió a los reincidentes que podían ser susceptibles de sanción.
La campaña permitió a los agentes efectuar un total de 93 entrevistas a otros tantos propietarios de canes en toda la localidad. La idea era comprobar, asimismo, el grado de molestias que causaban a los vecinos las prácticas incívicas de algunos ciudadanos.
Concienciados
María Sánchez, jubilada algecireña, asevera que en los 14 años que lleva conviviendo con su can “siempre he recogido sus excrementos”. Antes de que se generalizase la utilización de unas bolsitas específicas de plástico, “solía hacerlo con servilletas”, e incluso “me llevaba dos, por si se le ocurría hacer sus cosas más de una vez”.
Para esta ciudadana, campañas como esta “tendrían que haber salido muchos años atrás, no sólo con las caquitas de perro, sino también con las colillas y papeles que se tiran al suelo”.
Manuel Calero, por su parte, comienza ahora a conocer sus obligaciones como propietario de un perro al sacarlo a la calle. “La verdad es que no nos han formado en eso”, reconoce. Siempre solía llevar su perro suelto, sin correa, y no acostumbraba a llevar la bolsita para sus necesidades.
Un empleado de limpieza como Carlos Torres conoce muy bien las responsabilidades de los ciudadanos a la hora de mantener la calle limpia. El, con la suerte de vivir en el campo, no tiene necesidad de utilizar estas bolsitas y cuenta con una mayor libertad para llevar a su perro sin ataduras, analiza la situación en las zonas urbanas. “Cada vez es más raro ver a alguien que no recoge los excrementos del perro o que vaya sin la correa”, indicó.
Por último, Mercedes Alcaraz indicó tajante que “yo nunca bajo al perro sin bolsa y mucho menos sin correa”. Además, suele aprovechar para bajar con su hijo y pasar un rato divertido en la calle.
