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La dimensión social de la escolarización (III)

Al pensar en la escolarización y sus múltiples problemas es necesario preguntarse sobre cuántos intereses socio/culturales, empresariales o laborales confluyen en la planificación y ejecutoria de la escolarización. Este asunto no es menor, aunque parece que la normas sobre escolarización lo obvian.

La definición de la oferta educativa que se realiza en una determinada localidad es un reflejo de la actual red de centros. ¿Cuáles fueron los criterios que hicieron emerger esta red en su formulación presente? Nos encontramos con intereses de tipo “socio/cultural”, por no llamarlos en ocasiones “segregacionistas”.

Igualmente es posible que las construcciones escolares obedezcan a criterios meramente económicos, y que estos funcionen coordinadamente con el efecto de “calentamiento” que zonas recién urbanizadas precisan para mejorar el precio de las viviendas. En el primer caso nos referimos a la conformación de zonas de escolarización coincidentes con determinadas barriadas socio económicamente más desfavorecidas.

El impacto negativo de la escolarización de un porcentaje altamente significativo de alumnos, procedentes de las llamadas “familias de riesgo”, es casi imposible de paliar en estos centros educativos que no cuentan con recursos diferentes a otros centros, que no están afectados por esta “problemática”.

Esta situación se complica aún más cuando nos encontramos ante institutos de Secundaria (sin postobligatoria) que reciben a esa población de varios centros similares. Curiosamente, la mayoría de los institutos conocidos por esta problemática son del tipo “sin postobligatoria”, cuando en ocasiones el Instituto de Postobligatoria (aquel que ofrece bachillerato o ciclos formativos), está cercano y recibe alumnos de “otro tipo”.

Además, recibe menor número de alumnado con dificultades socio culturales porque tiene una determinada configuración en la red de centros: Poca secundaria obligatoria y más bachilleratos o ciclos formativos. La diferencia de tipos de institutos en la red pública se ha venido cuestionando porque, de hecho, impide superar los déficits zonales y crea espacios escolares “guetizados”, que sin resolver nada, agravan las situaciones.

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