Por una parte, diez personas han muerto y 37 han resultado heridas como consecuencia de la explosión de dos bombas en el distrito de Ciudad Sadr, en el noreste de la capital. Un explosivo había sido colocado en una motocicleta aparcada y el otro era una bomba artesanal plantada junto a una carretera.
Ciudad Sadr es el feudo del movimiento chií Ejército del Mehdi, del clérigo Muqtada al Sadr, que combatió en su momento a las tropas iraquíes y estadounidenses y actualmente es un firme aliado del primer ministro, el chií Nuri al Maliki.
Por otra, al menos 15 personas han muerto y 32 han resultado heridas a causa de la explosión de dos coches bomba en Kadhimiya, un distrito del noroeste de Bagdad cuya población es también mayoritariamente chií, según un nuevo balance policial. Aparte, la Policía ha hallado y desactivado de otros dos explosivos en la capital.
La nueva oleada de atentados se ha producido en pleno recrudecimiento de la violencia religiosa, después de que Nuri al Maliki ordenase, el pasado 18 de diciembre, la detención de un vicepresidente suní, Tareq al Hashemi, y solicitase al Parlamento el cese de su viceprimer ministro, el también suní Salé al Mutlaq.
Cuatro días más tarde, y muy pocas fechas después de la salida de las tropas estadounidenses de Irak, al menos 72 personas murieron a causa de una serie de atentados contra objetivos chiíes en Bagdad y alrededores.