Francisco Umbral (1935-2007) publicó en 1996 una monumental biografía, apasionada y apasionante, brillantísima, sobre Ramón María del Valle-Inclán, que reedita ahora la colección Austral. El reencuentro con un libro de Francisco Umbral siempre supone un hecho feliz. Umbral escribió muchísimo: más de cien libros. En sólo un año llegó a publicar siete. Hay, naturalmente, abundancia de páginas desechables en la amplia obra de Umbral, pero muchos de sus libros merecen ser rescatados. Entre ellos, las biografías que hizo de García Lorca, Larra, Delibes o Gómez de la Serna. Otras, como la dedicada a Cela, son prescindibles.
Umbral, claro, escribió biografías nada académicas -la Academia no lo quiso-, siempre desde enfoques inéditos e insólitos, personalísimos, en las que muchas veces hablaba de sí mismo a través de la persona biografiada, como él mismo reconoció.
Umbral escribía como nadie. Su muerte dejó un vacío que no se ha cubierto. Era el escritor/escritor. La pasión por el idioma. La búsqueda permanente y desesperada de un estilo. Como decía aquel personaje teatral de Valle: un cráneo privilegiado.
Umbral se crecía -todavía más- cuando escribía de los autores a los que admiraba. En ‘Valle-Inclán’, los botines blancos de piqué’ (Austral, 2012), Valle aparece despojado de los tópicos que permanentemente lo persiguen y revestido de una lectura nueva. Hay en el libro mucho de Valle y algo de Umbral. “Fue Valle una catástrofe sentimental, un enamorado del amor, un amante difícil de su esposa, Josefina. Fue un soneto roto de un poeta literario, demasiado literario, urgido siempre por la prosa, su gran armónium”.
Umbral en Valle y Valle en Umbral. Acaba de reeditarse un libro de Umbral, decíamos, y al leerlo se confirma, emocionadamente, sí, que Umbral escribe cada día mejor.
La escritura perpetua
Umbral/Valle

- Luis Eduardo Siles
- La escritura perpetua
Publicado: 24/01/2012 ·
22:00
Actualizado: 24/01/2012 · 22:00