Además de la lógica reflexión tras un ejercicio para olvidar y un fracaso mayúsculo tras confirmarse el pasado sábado que los dueños del Ramón Sánchez Pizjuán no defenderán el pabellón patrio allende nuestras fronteras la temporada que viene, los rectores nervionenses tendrán que acudir por enésima vez al mercado para cubrir dos posiciones que tanto tiempo llevan huérfanas de elementos de la calidad que exige un conjunto de la exigencia del sevillista. Hablamos del lateral derecho y del central, dos puestos que tras las respectivas marchas de Daniel Alves y Javi Navarro necesitan como agua de mayo recambios de verdadero nivel competitivo.
Los más de 40 millones de euros ingresados tras el traspaso del brasileño al Barcelona tienen mucho menor valor cuando se analiza cada uno de los futbolistas contratados para hacerle olvidar. Konko costó casi nueve millones y se tuvo que marchar por la puerta de atrás por culpa de una actitud impropia de un profesional. La misma suerte corrió su compatriota Dabo. Y eso que arribó a la capital hispalense con la carta de libertad bajo el brazo. Sin embargo, su precio no debe servir de atenuante para no suspender su etapa blanca. Su marcha fue tan necesaria como lógica. Sergio Sánchez, ahora en el Málaga, también resultó un fiasco. Por el mismo camino va Coke, cuyas prestaciones están muy lejos de las que Del Nido vaticinaba lo llevarían a vestir la casaca del combinado nacional.
Muchos euros malgastados para encontrar un ‘2’ solvente... y para que se siga echando de menos a Javi Navarro. La lista de los elegidos para suplirlo, tan larga como cara. Aquivaldo Mosquera, al que ya Juande Ramos puso en entredicho nada más llegar, costó mucho (casi nueve millones de euros) y rindió muy poco. Como la cesión de Boulahrouz, tan reprochable como inexplicable. Algo más hizo Squillaci, aunque su salida tras la llamada del Arsenal ensombrece al que más cerca ha estado del exfutbolista levantino. ¿Y Spahic? Inédito desde ni se sabe cuándo y muy lejos del jugador que una zaga como la blanca demanda...
Otros intentos domésticos para ambas posiciones tampoco dieron el rendimiento deseado. A David Prieto le pasó factura lo ocurrido ante el Athletic de Bilbao en la Copa, en Cala nunca se ha confiado realmente... mientras que a Bernardo se le mandó a Santander nada más saberse que tampoco estaba a la altura.