Poco después de conocerse la esperada pero no menos trágica noticia del fallecimiento de Miki Roqué, la solidaridad espontánea y las nuevas formas de comunicación provocaron un movimiento imparable para desde Sevilla, junto al estadio Benito Villamarín, trasladar todo el dolor de la afición del Real Betis para que llegase lo más alto posible a ese tanatorio de Tremp (Lérida), donde los restos mortales del entrañable jugador verdiblanco descansaban ya junto a los más allegados.
El asunto se concretó en que ayer por la tarde, se produciría una concentración de seguidores. Y pese al día, pese a la hora (20.00 horas), pese al calor africano, varios centenares de béticos se dieron cita en esa explanada para, desde el corazón, dar ese penúltimo adiós a uno de los héroes del último ascenso.
Esa fue la respuesta popular. La institucional, pues a esperada. No hubo un rincón del mundo relacionado con el fútbol que no tuviera un detalle que mínimamente aliviara el dolor que sienten los familiares del futbolista. Una expedición al más alto nivel del Betis (José Antonio Bosch Valero, Rafa Gordillo, Pepe Mel, el doctor Tomás Calero... a los que se unió desde Italia el presidente Miguel Guillén), se trasladaron a Lérida ayer por la mañana, para estar cerca de esos padres rotos.
Precisamente, a lo largo del día se conocía, con la advertencia de que la familia de Roqué quiere el mínimo movimiento posible, que será en la parroquia de la Mare de Déu de Valldeflors de Tremp (Lleida) donde este mediodía a las 12:00 horas se celebre el funeral de querido Miki.
Desde Polonia, los jugadores y el cuerpo técnico, algunos que conocían personalmente a Miki Roqué, se decidía guardar un minuto de silencio antes del entrenamiento de la tarde. En rueda de prensa, Xabi Alonso, compañero suyo en el Liverpool, se emocionaba de forma evidente cuando recordaba al desaparecido. “Ya cuando conocí la noticia de su enfermedad fue un mazazo. Yo que lo conocía pues lo sentí mucho. Es una pena que un deportista tan joven se tenga que marchar. Era un chaval fantástico y mis pensamientos estarán con él el miércoles”.
Cesc Fábregas estaba en Londres (Arsenal) mientras Miki vivía en Liverpool, pero pese a no conocerlo directamente, recordaba que “sabía que a veces hacía ejercicios de recuperación en la instalaciones del Barcelona B. Puyol me ha hablado muchas cosas buenas de él. Eran de la misma zona y tenía mucho trato con él y con su familia. Si había ya motivos de sobra para ganar esta Eurocopa, pues ahora, por la pérdida de dos personas tan queridas como Manolo Preciado y Miki Roqué, tenemos todavía más ganas de hacerlo. Es una gran injusticia de la vida”.
Brazaletes negros
La Federación se está moviendo para dar un último homenaje a Miki. Se ha pedido a la UEFA que permitan lucir brazaletes negros ante Portugal, y aunque se decidirá mañana, ya lo denegaron cuando murió Manolo Preciado.
