De la polémica surgida esta semana en torno a Urbaser hay dos aspectos que no cuadran: de un lado, los datos económicos que maneja la plantilla no son los que, según el Ayuntamiento, se han pactado; del otro, cómo piensa Urbaser mantener y mejorar el servicio, como también aseguran fuentes municipales, con 125 personas menos. Lo que parece evidente es que al Gobierno local no le ha cogido por sorpresa el anuncio de la concesionaria de poner en marcha un ERE: “Nosotros solo hemos hecho un planteamiento general para reducir el coste del servicio, sin que afecte a la calidad del mismo, y ahora es la empresa la que debe buscar la fórmula para hacerlo”, ha expuesto la alcaldesa, María José García-Pelayo.
En todo caso, el Ayuntamiento habla de un recorte del 20%, no del 25, y de una reducción económica de 3,5 millones de euros anuales, no de 5,5 millones, como asegura la plantilla que le ha trasladado la empresa. Es más, dentro de ese recorte el Ayuntamiento no solo invita a la empresa a que realice un mejor control del gasto en materiales, sino que contempla la eliminación de la penalización que pesa sobre el coste del servicio, “desde el momento en que el Ayuntamiento se compromete a pagar su factura mensual puntualmente”, explicó la alcaldesa.
En este sentido, García-Pelayo ha explicado que, hasta ahora, “cualquier empresa que venía sabía que este Ayuntamiento pagaba, pero tarde y mal, por eso el servicio tenía un coste más caro. Ahora lo que le decimos a las empresas es que a partir de enero del próximo año les vamos a pagar a tiempo, pero a cambio me reduces el presupuesto y me lo ajustas a la realidad, porque no me sobrecargas con la penalización”.
La alcaldesa, que insiste en haber desarrollado toda la negociación con Urbaser “al más alto nivel”, también ha resaltado que “la empresa en ningún momento ha decidido romper el contrato o plantear una denuncia ante las nuevas condiciones, sino cumplir con el mismo, que consiste en lograr que la ciudad esté limpia. Ni nos han puesto objeciones, ni consideran que el recorte presupuestario tenga que significar que la ciudad vaya a estar menos limpia, como se está diciendo”.
Pelayo subraya que el nuevo presupuesto “es el que podemos pagar todos los meses”, en alusión a que es un aspecto que Urbaser ha tenido que contemplar después de un par de años en los que no percibió un euro del Ayuntamiento.
“Pido diálogo para evitar despidos”
La alcaldesa no ha querido entrar a valorar la decisión de la empresa de responder al recorte con el anuncio de un ERE, aunque sí ha pedido “diálogo y que se trabaje sobre la premisa de mantener el servicio y la totalidad del empleo. Para ello todos deben hacer un esfuerzo durante la negociación, ya que es mejor el diálogo que ir a una huelga”. En este sentido, García-Pelayo se aferra al compromiso de la empresa de que la ciudad esté limpia, algo que no cuadra con el hecho de hacerlo con 125 personas menos.
