Un acuerdo entre el comité de empresa y la dirección de Urbaser en el que se garantiza el mantenimiento de todos los puestos de trabajo y que la plantilla deberá aprobar en la tarde de este jueves en asamblea puso fin en la tarde noche de ayer a 20 días de una huelga en la recogida de la basura que ha salido demasiado cara a todos los ciudadanos. “Lo importante es que hemos salvado 125 puestos de trabajo y por eso estamos contentos”. Con estas palabras, el presidente del comité de empresa, Juan Manuel Cazalla, confirmaba el fin de un duro conflicto y la vuelta a la normalidad. Y es que, una vez que la asamblea ratifique el acuerdo, para lo que no debe de haber ningún problema, “nos pondremos a limpiar todo Jerez”, añadió. No obstante, esto ocurrirá por la tarde, ya que por la mañana los trabajadores tienen que “cerrar algunos flecos del acuerdo” con la empresa, por lo que continuarán los servicios mínimos del 50% y será por la tarde cuando la cuadrilla de limpieza esté a pleno rendimiento.
En cuanto a los detalles del acuerdo, finalmente los 4,3 millones que aproximadamente el Gobierno municipal recortará del servicio a partir de enero de 2013, serán costeados a través de modificaciones en el convenio colectivo hasta el 31 de diciembre de 2005 a partir de amortizaciones de plazas y otros conceptos, y una rebaja de la masa salarial de los trabajadores del 10%, también en los próximos tres años. Mientras que el personal asumirá esos más de tres millones, la empresa aportará el otro millón que resta para completar el ajuste planteado por el Consistorio.
La propia alcaldesa, María José García-Pelayo, comparecía en rueda de prensa a última hora de la tarde para contar los detalles de una reunión que se alargó durante más de cuatro horas y que tuvo varios conatos de acabar como el rosario de la aurora. “En todo este tiempo hemos sido prudentes porque entendíamos que era un conflicto interno en el que el Ayuntamiento no tenía que intervenir; pero ahora que ya ha pasado, quiero decir que desde esa prudencia hemos estado en contacto permanente con trabajadores y empresa. No hemos estado ajenos a las conclusiones de las reuniones, que no estaban siendo lo favorable que esperábamos”, añadió.
Por ello y precisamente ayer, en la misma tarde que el delegado del Gobierno andaluz prácticamente daba por hecho que una reunión a cuatro bandas en el día de hoy será clave para poner fin a este conflicto, la alcaldesa y su gabinete de “crisis” se plantaban en la misma reunión. “Nos llegó que el acuerdo que esperábamos para hoy (por ayer) no iba por buen camino y como nosotros no miramos para otro lado e igual que apoyamos a Urbaser en las labores de limpieza contratando otra empresa, hemos dado la cara para impedir que un día más se acabara sin acuerdo y que volviéramos a pasar otra noche como la de ayer. Por ello, nos fuimos allí y le pedimos a las dos partes que nos escucharan”, añadió.
Finalmente, como resaltó, la “generosidad” y el “esfuerzo” de ambas partes derivó en un acuerdo “formal” que deberá hacerse efectivo esta tarde y que “no supone ningún coste para el Ayuntamiento, porque se han alcanzado las cifras que se planteaban al inicio de la negociación”. De hecho, Pelayo aseguró ayer que si antes no ha habido acuerdo ha sido “porque no había conceptos claros entre las dos partes debido a cuestiones secundarias, pero estamos enormemente satisfechos porque se pone fin a un conflicto muy duro para la ciudad”.
Más de 3.000 toneladas de basura
El acuerdo alcanzado in extremis no podrá acabar con las estampas desoladoras que presenta Jerez en diferentes puntos del casco urbano y los graves disturbios que todavía ayer, cuando los gobernantes informaban del acuerdo, continuaban. El propio delegado de Seguridad, Javier Durá, aseguraba a las nueve de la noche que en esos momentos ardían cinco contenedores, si bien durante todo el día la quema de estos fue continuada. Según sus estimaciones, el vandalismo de estos dos últimos días, que ya ha derivado en una detención de un menor de 17 años que fue sorprendido in fraganti quemando un contenedor, costará a los jerezanos 150.000 euros, (cada bombo cuesta 1.000 euros), sin contar los que ardieron durante todo el día de ayer. Con estos graves disturbios, la presencia de agentes de la Policía Nacional se reforzaba tanto a la hora de escoltar a Tragsa, que volvía a limpiar, como para evitar incidentes en los barrios más complicados.
Macetazos y piedras contra los bomberos
Macetazos, naranjazos, botellines y hasta piedras, así recibieron algunos vecinos desde sus ventanas o a pie de calle de algunos barrios de Jerez en la madrugada de ayer a los bomberos y agentes de la Policía desplazados a los puntos más calientes del conflicto para sofocar los incendios registrados en los contenedores. Los efectivos sólo estaban haciendo su trabajo, dado que, como apuntan desde el Consorcio Provincial de Bomberos, no pueden dejar de actuar en este tipo de fuegos ante la posibilidad de que estos se extiendan a vehículos o a otro tipo de mobiliario urbano. Sin embargo, en la mañana de ayer algunos vehículos tuvieron que ser objeto de reparaciones después de que las pedradas acabaran fracturando las lunas de los camiones.
Además, las 115 salidas registradas en el Parque de Bomberos, en una madrugada complicada en la que llegaron a producirse hasta 35 incendios simultáneos, obligaron a llamar a personal que no estaba de servicio después de que los funcionarios estuvieran desbordados por los avisos de quema de contenedores y no dieran abasto.
En total, aunque los disturbios con mayores consecuencias vienen desde los dos últimos días, no hay que tener en cuenta que desde la noche previa a la jornada de huelga general, en la que ya ardieron los 15 primeros contenedores, hace ahora una semana, en el Consorcio Provincial de Bomberos han contabilizado más de 300 intervenciones de los bomberos para sofocar incendios de containers. Pero aunque el acuerdo llegó a última hora del día, ello no evitó que hasta las nueve de la noche se hubieran registrado hasta 25 salidas por incendios relacionados con mobiliario urbano, la mayoría relacionados con basura y contenedores, prácticamente a la par. Mientras se anunciaba el acuerdo, ardían otros cinco.
