Estamos vivos de milagro”, escribió Francisco Umbral. El cuerpo humano es efectivamente un complejo sistema de relojería. El fallo en una sola pieza puede provocar que todo el mecanismo se desmorone. “Esa corporeidad mortal y rosa”, escribió el poeta. Y un dicho popular apunta a que la vida es lo que pasa mientras hacemos otros planes.
Le ha ocurrido a Tito Vilanova, entrenador del Barcelona, al que un éxito sorprendente había conducido en pocas semanas a la cima del fútbol y de los récords. Tito Vilanova ha recaído en su enfermedad, un tumor en la glándula parótida, del que tendrá que ser operado urgentemente.
Tito ha pasado en pocas horas de luchar contra el Atlético de Madrid para conseguir tres puntos importantes en la Liga, a luchar contra la muerte. Tito, sin duda, estaría elaborando la estrategia para abordar la visita del Barça al Real Valladolid el sábado, pero la vida, esa feroz dictadura a la que cantaba Luis Eduardo Aute, lo conduce a la camilla de un quirófano en la que su última imagen antes de la intervención será la de un anestesista clavándole una aguja en un brazo. Luego se dormirá rápidamente, sin darse cuenta, en un dormir profundo y pesado en el que no se sueña nada, un dormir acogedor pero artificial: en todo caso malo.
La tarde del sábado los goles de la Liga repicarán en el transistor, pero Tito Vilanova estará atrapado en una sonda bajo la luz tenue de la habitación del hospital. Tal vez en ese momento recuerde que es el entrenador que ha conseguido el mejor arranque de un equipo en toda la historia de la Liga.
Pronto, en las telerrosas del fútbol se debatirá sobre lo que puede pasar con el Barça en los siguientes partidos sin Tito Vilanova en el banquillo. Pero lo realmente importante, claro, es qué pasará con la vida de Tito Vilanova, que siempre tuvo ojos de niño grande y enfermo.
Lo más seguro es que en el hospital haya un médico anónimo y sabio que acudirá en su rescate, como Messi hace en los partidos de fútbol. Tito Vilanova se lo merece. Porque sobre todas las cosas ha demostrado que es una buena persona.
La escritura perpetua
Tito
Estamos vivos de milagro”, escribió Francisco Umbral. El cuerpo humano es efectivamente un complejo sistema de relojería

- Luis Eduardo Siles
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