La Junta de Andalucía contactará y se ha ofrecido a mediar con la dirección de la planta sevillana de Cargill, dedicada a la molturación de semilla de girasol y la de aceite embotellado, para evitar el cierre de dichas instalaciones, ante lo que aboga por establecer alternativas, como un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) o incluso la posibilidad de vender la empresa, apuntada por los trabajadores.
La delegada territorial de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Aurora Cosano, se ha reunido este martes con representantes del comité de empresa y representación de sindicatos a nivel provincial de CCOO y UGT, de forma que ha escuchado a los trabajadores de Cargill y se ha ofrecido a llamar a la empresa y ser intermediaria a la hora de negociar.
Fuentes de la Delegación Territorial han indicado a Europa Press que Cosano espera hablar con la empresa para que "cuente el porqué de la situación de cierre", y aboga por "arbitrar fórmulas y alternativas de viabilidad que permitan el mantenimiento del empleo y se logre evitar el cierre".
Las fuentes de la Junta han indicado que "se intentara que se negocie entre las partes y se hallen fórmulas alternativas al cierre, que pueden pasar por un expediente temporal de empleo". "Incluso los trabajadores hablan de la posible venta de la empresa como alternativa", han agregado las fuentes.
Por su parte, fuentes sindicales valoran que la Junta "nos dé todo su apoyo y nos ha reconocido que no entiende por qué se quiere cerrar la fábrica", por lo que aplauden que el Gobierno andaluz "vaya a contactar con la empresa porque no haya comunicado qué pensaba hacer".
Los trabajadores, que esta tarde se concentran en la Plaza Nueva, van a pedir también cita con el delegado de Agricultura, toda vez que este conflicto "afecta al campo andaluz".
Asimismo, el próximo sábado 2 de febrero los trabajadores de la planta de Cargill preparan una concentración para el siguiente sábado 9 de febrero organizar una manifestación.
El cierre de estas instalaciones afectará a 101 trabajadores --97 en Sevilla y cuatro en Córdoba--, que comenzarán el próximo jueves 31 de enero a negociar con la compañía las condiciones de sus despido, según han apuntado a Europa Press fuentes sindicales.
La planta de Sevilla, en el barrio de San Jerónimo, lleva abierta desde 1984, si bien "hace dos años la empresa se deshizo de la parte de refinería de aceite a cambio de accionariado en otra empresa de Palos de la Frontera (Huelva)" y, desde entonces señalan las mismas fuentes, "han dejado caer" la envasadora. "Pasamos de ser el número dos a desaparecer del mercado", apuntan.
Ante esta situación, los trabajadores que rechazan los argumentos de la empresa para el cierre de la planta --falta de rentabilidad-- están preparando una serie de movilizaciones, hasta el punto de que "no descartan llegar a una huelga".
