Amante del vino de Jerez y de la costa gaditana desde que llegase a ella a finales de los 60, Jan de Clerck, belga de nacimiento pero gaditano y para más señas roteño de adopción cumple hoy setenta años. Con la perspectiva que da una trayectoria de más de cuarenta años en el sector hotelero en Andalucía y la sabiduría que aportan los años, sumado a un carácter emprendedor y decidido, el empresario hace balance con Rota Información de este periodo caracterizado por el éxito de su cadena de hoteles.
- Cumple usted 70 años, y más de la mitad de ellos los ha pasado usted aquí, en la provincia de Cádiz, con su familia y sus hoteles. ¿Qué balance hace del tiempo transcurrido?
—El tiempo ha pasado muy rápido, y podríamos decir que mi vida ha sido toda una aventura: yo llego aquí en el año 69, así que llevamos 44 años en Rota. Y si tuviese que repetir mi vida, haría exactamente lo que he hecho, aunque lo que sabe uno ahora no corresponde con lo que sabía cuando era joven, eso no es tan fácil, pero he sido muy feliz aquí en Rota, y seguimos trabajando mucho y sigo peleando mucho hoy día porque sigo trabajando en lo que me da la gana, me siento bastante cómodo, pero aún preocupado por el desarrollo de las cosas. Estoy implicado en mi trabajo y espero estarlo hasta que me muera.
- ¿Se definiría entonces usted como una persona activa, aventurera, sin miedo a tomar las decisiones que hay que tomar?
—Miedo no tengo, pero cada día soy más respetuoso, porque me he dado cuenta de que para cada cosa hay generaciones. Ahora mismo la nueva generación tiene unas ideas diferentes. Cuando empezamos aquí, yo tuve la suerte de trabajar con un turismo más “romántico” por así decirlo, era todo corazón, voluntad y empuje, Ahora la ley de los números, las proyecciones, los estudios previos… todo es más complicado. Los medios de comunicación, la modernidad a través de internet y la forma de comunicarnos ha cambiado mucho la vida a nuestro gremio. Internet es importantísimo, y o te modernizas o mueres. Es un mundo que ya no domino tanto, y por tanto se lo dejo a mis hijos.
- Ellos han sabido tomar el testigo, comprender esta idea y desarrollarla para adaptarse a los nuevos tiempos.
—Creo que estamos haciendo una buena labor en ese sentido, en ese aspecto yo no hago nada porque no lo entiendo. Vengo de la época del turismo romántico, como he dicho.
- Usted llegó a Rota y tomó las riendas de un negocio que no funcionaba. Aplicó una fórmula que sigue funcionando hoy día, a pesar de que como dice las cosas han cambiado mucho. ¿Cuál es el secreto de la cadena de hoteles HACE para que sigan siendo exitosos?
—Creo que hemos sentido el ambiente que había y hemos podido adaptarnos. Hemos trabajado muchísimo, pero he de decir que siempre he tenido la suerte de tener buenos activos y equipos, y grandes colaboradores. Estoy muy agradecido a todos los que han trabajado en distintas épocas conmigo, y a los que lo hacen en la actualidad, aunque los últimos cinco o diez años todo nuestro concepto de negocio, comercialización y de defender el producto se ha modernizado mucho, pero en cualquier época he tenido un equipo muy bueno y muy fiel, y merecen mucho mi agradecimiento.
- Para usted siempre ha tenido especial importancia rodearse de un buen equipo.
—Mucho, mucho. El personal siempre he querido que tenga contacto directo conmigo, antes mucho más que ahora, porque me muevo mucho de un hotel a otro y he de repartir el cariño. Pero esto es muy importante: sin un buen equipo no puedes llegar a ningún sitio. Yo he tenido grandes trabajadores y buenos productos, porque nuestros hoteles están dotados cada uno de su carácter propio, tienen su cariño especial, sus cosas… así creo que nos dan la posibilidad de marcar un poco la diferencia en este mercado turístico que es complicado porque hay abundancia y más camas de lo que necesitamos debido al boom inmobiliario. Muchas personas de la inmobiliaria, tanto constructores como promotores han pensado que tenían que hacer hoteles porque eran más rentables o lo que fuese, reinvirtiendo en este tipo de inmuebles para luego vendérselos a cadenas sin ser hoteleros. Han creado camas no necesarias, y esto ha estropeado mucho la labor de los auténticos hoteleros.
- Al final son los clientes los que encuentran y son capaces de apreciar ese valor añadido que usted comenta que poseen los hoteles HACE.
—Esto es lo que queremos: un carácter especial, marcar la diferencia y por encima de todo ofrecer un buen servicio al cliente. En eso insistimos mucho a nuestro equipo: la amabilidad, la atención al cliente, es primordial. Yo prefiero un camarero torpe y amable, que uno super listo que es desagradable. Lo ideal es que tuviese todas las virtudes, pero nos acercamos más a la perfección con la amabilidad. Antes el gremio de la hostelería no estaba formado por profesionales con formación específica como ahora. Ahora encontramos a personal con vocación, que es necesaria para ser un buen profesional del turismo. La hostelería desde mi época ha cambiado muchísimo, recuerdo al principio cuando mis camareros en verano trabajaban en el hotel, y en invierno eran albañiles. Durante el verano trabajaban con nosotros porque durante el verano, con sueldo y propinas, ganaban mucho más que siendo albañiles. Posteriormente se ha dado el caso contrario: muchos trabajadores nuestros se fueron a trabajar como albañiles porque ganaban mucho más que como camareros. Y eso que la hostelería a veces complica la conciliación con la vida familiar, por algunos turnos. Por eso estoy convencido de que la vocación es importante. Todo está mejorando, y cada día podemos contar más con la colaboración de la gente. Para mi además es fundamental la buena relación entre empleado y empresario, algo que yo siempre he intentado fomentar. Me gusta que haya diálogo. A mí que un empleado se esconda detrás de un sindicato no me sirve, me sirve el diálogo, porque con él se llega a todos sitios.
- Hemos hablado, cambiando de tema, de la satisfacción del cliente. Y en el caso de los hoteles que tenemos en Rota, como el Duque de Nájera, en el que nos encontramos, han sido durante muchos años premiados por el touroperador TUI con sus galardones ‘Tuy Holly’, situando los hoteles HACE de Rota entre los mejores del mundo gracias a las opiniones positivas de los clientes.
—Este hotel precisamente en el que estamos ahora ha sido precisamente el primero del mundo, dentro de los que tiene el TTOO TUI, que son doce mil hoteles en contrato a nivel mundial. Para nosotros esto es un orgullo, hemos estado cinco años consecutivos entre los diez mejores hoteles del mundo, y seguimos entre los cien primeros, porque la competencia es cada día más grande. Seguimos viendo que los hoteles de lujo, de gran superficie y grandes jardines, y playas paradisíacas, tienen más posibilidad de ganar estos premios, pero a pesar de todo estamos orgullosos de seguir estando premiados casi todos los años, especialmente con el Duque de Nájera, aunque nuestra lucha por estar entre los diez primeros no es ya como antes. Ya hemos ganado nuestros laureles, este hotel es reconocido en Alemania entera como un hotel premiado y ahora disfrutamos de los esfuerzos que se han hecho, porque para estar entre los primeros hay que hacer auténticos esfuerzos que se notan después en el resultado final del balance. Queremos seguir con nuestra fórmula de máxima calidad del trato al cliente entre los mejores, pero sin morirnos de miedo si no estamos entre los primeros.
- Menciona usted que el Hotel Duque de Nájera es muy conocido en Alemania. Además del trabajo del propio hotel imaginamos que el entorno ayuda, Rota como destino turístico de calidad cada vez más va calando entre los países centroeuropeos. ¿Lo ve así usted también?
—-Entre empresario y empleado es necesario un diálogo total. Lo mismo vale entre empresario y autoridades. En este caso las autoridades son el Ayuntamiento de Rota, que son muy buenas, y debemos reconocer que hace grandes esfuerzos para tener un pueblo limpio y unas playas en condiciones. Pero también he de criticar que de vez en cuando olvidan arrancar la temporada cuando nosotros ya estamos llenos en los hoteles: adaptan la temporada de playas al turismo español, es decir, julio y agosto, y empiezan a limpiar la playa a finales de mayo o junio. Esto nos ha causado algunos problemas. Es una pequeña crítica, una cuestión de planificación, hay que tener en cuenta a alemanes y belgas que nos visitan y quieren una playa limpia y para quienes la temporada comienza antes. Es una cuestión de diálogo. Gracias a nuestros Hoteles, el Hotel Playa de la Luz y el Hotel Duque de Nájera, Rota tiene un nombre turístico fuera de España, es el resultado de 40 años de trabajo. Cuando ya tenemos cierto nombre a nivel europeo estamos obligados a cumplir con las playas y con lo que sea necesario. Pero a nivel general Rota ha sabido comprender la importancia de cuidar ese turismo, y hemos recibido valoraciones del público positivas respecto a Rota como un pueblo limpio, pero han de hacerse más esfuerzos a nivel de playas. Durante años, 25 o 30 años, hemos limpiado la playa. Creo que he sido el único hotelero en España que ha tenido su propio tractor de limpieza de playa para ofrecer un producto digno, cuando no nos corresponde a nosotros. Bastantes impuestos pagamos para tener que hacerlo nosotros mismos. El Ayuntamiento lo hace bien, pero han de ampliar muchísimo más la época de playas para poder ampliar la estacionalidad y tener turistas aquí durante ocho o nueve meses. Hay que darles todos los servicios durante todos esos meses.
- Ese era mi siguiente tema: la desestacionalización. El Ayuntamiento está tratando por todos los medios de vender más que el turismo de sol y playa que le ha hecho famoso. ¿Cree que, independientemente de las puntualizaciones que me ha hecho antes, se están haciendo los esfuerzos necesarios en esta dirección?
—-Tenemos los medios de hacer el año entero más atractivo, y para ello tenemos muchos elementos: está el turismo del golf, que antes se limitaba a la Costa del Sol, el paraíso del golf, y que ahora mismo podemos decir que a solo media hora tenemos en la provincia de Cádiz numerosos campos de golf. La oferta es atractiva, y podría generarse una colaboración específica entre administraciones, hoteles e inversión privada. Otro aspecto interesantísimo es la industria náutica: la oferta náutica que nosotros podemos ofrecer a los clientes va desde escuelas de vela, hasta competiciones, o alquiler de barcos… la provincia de Cádiz es de una atracción impresionante. Tenemos buen clima, también en invierno, aguas controladas, que siempre permiten hacer algo… el atractivo del que disponemos va desde Sotogrande a Sanlúcar de Barrameda, y esta es la discusión permanente que mantengo con la Estación Náutica de la Bahía de Cádiz, que abarca solamente a los municipios de la Mancomunidad de la Bahía, pero aparte de la MMBC está también Sanlúcar, Chipiona, Barbate, Conil, Sotogrande… habría que hacer un paquete unificado de gran importancia, porque somos la única provincia española que tiene a su disposición el mar Mediterráneo y el océano Atlántico. Con la colaboración de Diputaciones, Patronatos de Turismo y con o sin la Estación Náutica podemos llegar mucho más lejos de donde estamos en este momento. Pero es necesario concentrar los esfuerzos, dialogar y ver si estamos dispuestos a apostar por una campaña que estoy convencido puede dar muchísima más rentabilidad que otros esfuerzos que se han hecho antes con fuertes inversiones y sponsors, como por ejemplo con el golf. Se podrían planificar mejores ayudas para el sector náutico que creo que podrían resultar más rentables, y es algo en lo que me pienso volcar en los próximos años ya que ahora tengo más tiempo para dedicarle ya que estoy dejando la industria pura y dura en manos de mis colaboradores, y de mis hijos. Tenemos que tener menos miedo en decir lo que pensamos que antes, porque antes decías lo que pensabas y te cortaban la cabeza, y ahora tienen que reconocer que algo no se ha hecho bien desde la administración. Por eso deben permitir que el sector privado ayude para levantar un poco el sector. En este momento si la provincia de Cádiz no está más avanzada en el producto náutico es culpa puramente de la gente que nos administra. Así de simple. Hay que apostar por ello, y no tienen que hacerlo solos, tienen que buscar la colaboración de sector privado, que por colaborar no cobramos nada.
- A pesar de que aún hay muchas posibilidades que no se exploran de la forma adecuada, como usted nos explica, los datos de HORECA indican que Rota está siendo líder en ocupación hotelera en temporadas en las que suele estar bajo mínimos en la provincia de Cádiz. Algo se está haciendo bien.
—Sí, estamos haciéndolo bien, Rota es una atracción turística en el mapa europeo de los touroperadores. Creo que el futuro de Rota está garantizado si seguimos contando con la comprensión y la colaboración de nuestros gobernantes. El Ayuntamiento hace grandes esfuerzos en ese sentido. Pero tenemos mucho que vender todavía, nosotros no somos una zona turísticamente agotada, y que me perdonen, como Torremolinos o Benalmádena, o San Feliu de Guíxols en la Costa Brava. Aquí todo está por descubrir. Nosotros hemos hecho un trabajo pionero respecto a un turismo un poco más normal, pero seguimos siendo pioneros en la provincia de Cádiz con lo que se pretende hacer. Para ello necesitamos buenas conexiones por carretera, ya que nos frena un poco el desarrollo. El AVE, que no termina de llegar… no sé por qué las inversiones tardan tanto en llegar a Cádiz, hemos tenido oportunidades en la provincia de Cádiz que no se han aprovechado, como Jerez 2002 con los Juegos Ecuestres Mundiales… En Rota tenemos un puerto deportivo muy bien situado que podría ser mejor aprovechado. El Mundo Vela, que fue un evento importante, también se ha perdido, y mucho del dinero destinado no se sabe donde fue. Se han dejado escapar eventos importantes por la falta de coordinación entre el sector privado y el sector público. El sector público ha trabajado en ocasiones con cierta prepotencia no mesurable, donde han demostrado que no estaban preparados.
- De cara al futuro, no solo imaginación, no solo esfuerzo, sino también, según su opinión, es necesaria voluntad política.
—-Y conocimiento. El sistema está podrido y debemos de cambiarlo. Pero desde su misma sede, desde Europa. Está podrido nacionalmente, regionalmente y localmente, en todos los municipios. Es un problema generalizado en toda Europa, hay que reinventarse. La administración debería ser como una empresa privada. Los políticos cobran mucho dinero, pero deben demostrar lo que valen. A mí no me gusta ver a un político que coloca a toda su familia, “trinca” mucho y no da ni golpe. Esto tiene que cambiar, porque si aquí no interviene la opinión pública y empieza a decir que esto no le gusta, el año que viene vuelven a colocar a cien empleados más de los cuales la mitad son de la familia. Y esta es la realidad, que hay que cambiarlo radicalmente. Para mí un Ayuntamiento, una ciudad, una autonomía… es una empresa. Cuando en las empresa grandes colocan a un director gerente y le dan un sueldazo, será para que saque resultados, y este director gerente va a ver directamente si le sobran la mitad de los empleados. Y en el sector público debería ser lo mismo, porque si no a ese personal inútil lo pagan los ciudadanos con su trabajo. Pero bueno, hay que tener paciencia. No está mal lo que está pasando, aunque la crisis está durando demasiado y su fin no se ve directamente, porque las cosas no están tan claras. Hay mucho que limpiar. Y aunque en nuestro caso nunca nos hemos metido en política, aunque siempre hemos tenido nuestras simpatías, claro está, porque pensamos que un equipo puede hacerlo mejor que otro. Pero nunca hemos sido políticos, nuestra política es ser políticos del turismo. Y además, curiosamente, tras 44 años en España aún no tengo derecho al voto en este país, aunque sí en las municipales. Colaboraremos con aquel partido que apoye al turismo, y al que ataque al turismo le voy a atacar con todos los medios de los que dispongo.
- ¿Hay esperanza de cara al futuro? ¿Cómo ve los próximos años?
—Creo que hay esperanza porque la gente se está dando cuenta de que la caja tiene que cuadrar. Lo dice Merkel, lo dice Europa, lo dice casi todo el mundo. Y eso tiene que llegar hasta el pueblo más pequeño de Andalucía. Y si no, siempre va a haber una víctima, y esas víctimas nunca son los políticos, siempre son los ciudadanos. Por eso hay que insistir en cambiar lo que tenemos. Pero yo veo que la crisis no puede durar más, porque hay mucha gente que lo está pasando muy mal, y estamos en un gremio que actualmente es totalmente transparente gracias a los nuevos medios de comunicación e internet. En media hora se puede dominar perfectamente el mercado comparando ofertas, así que eso nos deja poco margen para trabajar. Y la mejor forma de sobrevivir es ahorrar lo máximo posible hasta que llegue la recuperación y el desarrollo. Los gobernantes no lo tienen nada fácil.
- ¿Y a nivel turístico?
—-Para mi Andalucía es algo muy bonito, nuestro producto es Andalucía, es lo que tenemos que vender y su nombre suena muy positivo en todos sitios. Nombras Andalucía y despierta sonrisas, porque va acompañada de alegría, belleza, sol, vacaciones… es nuestra materia prima. Y por otro lado insisto en la colaboración del sector público y el privado, pero en todos los aspectos, no solo en el Turismo. En Andalucía tenemos a gente muy buena, hay cordialidad, aunque hay excepciones claro… pero Andalucía tiene muchas más posibilidades de las que le hemos visto todavía. El poder que tiene Andalucía todavía está por demostrar, y sobre todo por la calidad de su gente, y no de la calidad de sus políticos.