Hay que propiciar más seguridad en la vía pública para el ciclista antes que obligarles a asumir una seguridad “pasiva”, como el uso de casco en vías urbanas, que no está apoyada en datos que justifiquen que ciertamente salvaría más vidas pero sí que supondrían un freno a la promoción de la bicicleta. Esta es la principal conclusión a la que han llegado las principales asociaciones del mundo de la bicicleta en el país y que ya han preparado alegaciones el reglamento que prepara la Dirección General de Tráfico (DGT).
Desde Sevilla, la asociación A Contramano insiste en el creciente rechazo de las asociaciones que trabajan por la promoción de la promoción y en la presentación de alegaciones por parte de ConBici, la asociación de fabricantes AMBE, la Asociación de Ciclistas Profesionales, etc... Una oposición que ya cuenta con el respaldo de la Red de Ciudades por la Bicicleta, que agrupa a un centenar de municipios, entre los que se encuentra Sevilla.
También han anunciado mociones instando a la DGT a retirar esa normativa en diversos Ayuntamientos con “exitosos” sistemas de bicicletas públicas, entre ellos Sevilla, y Zaragoza o Burgos ya se han opuesto.
Según los documentos jurídicos con los que trabajan estas asociaciones, no existen evidencias que confirmen el efecto “globalmente protector” de la obligatoriedad del casco en ciudad, que sí incidiría negativamente en los sistemas de bicicletas públicos (como ocurre en Australia, donde sí es obligatorio) o en salud pública al descender el número de ciclistas.
Además, insisten en lo equivocado de una medida que se ha demostrado ineficaz en lugar de apostar por mejorar la seguridad de la vía pública para los usuarios de la bicicleta.