La salida de Beñat Etxebarría del Betis se va a convertir en uno de los temas más candentes (y por lo que parece, duraderos) del mercado estival en ciernes.
Su venta es prácticamente un hecho si nada se tuerce a última hora; pues el jugador, a pesar de que hace poco se manifestó públicamente en favor de un proyecto deportivo antes de la materialidad del dinero, lo cierto es que el deseo del vasco es el de marcharse y el del club verdiblanco, renovarle para venderlo al mejor postor y al precio más alto posible si cabe.
Bien es cierto que Pepe Mel no está muy por la labor de desprenderse de un jugador de la calidad del de Igorre por unas cuantas ‘migajas’. Pero es consciente, igual que la secretaría técnica y las altas esferas de la entidad verdiblanca, que de ninguna manera pueden desprenderse gratis de un futbolista tan cotizado a escasos nueve meses de que en enero de 2014, pueda beñat firmar con el equipo que quiera un contrato como agente libre y sin tener que recibir oferta por traspaso.
Wolfsburgo, Valencia y Atlético de Madrid ya han mostrado interés en hacerse con los servicios del centrocampista bético; incluso con una suma concreta en un par de ocasiones como el club alemán. Parece ser que en todos esos movimientos, se ha colado una propuesta que ascendería a los 8 millones de euros según informaciones que parten desde la capital bilbaína desde varios medios.
De todas es conocido el cariño especial que Beñat le tiene a su equipo del alma, donde nació, se crió y por el que en cada entrevista siempre ha tenido palabras de nostalgia y cariño al hacerle referencia.
El montante no convence en ningún caso al Betis que pide un precio mínimo de 12 ‘kilos’ para empezar hablar de una hipotética venta; muy lejos ya de una cláusula de rescisión que ha quedada más como una cifra simbólica que algo ciertamente real.
A medida que se pasa el tiempo, la postura del jugador parece cobrar fuerza sobre la del club que deberá andar ágil si no quiere verse sorprendido a última hora.