Los terrenos de la antigua Fábrica de San Carlos (FSC) están siendo sometidos en estos días a una curiosa prueba que consiste en la realización de catas en el suelo para descartar la posibilidad de que en ellos haya contaminación mineral, dada la actividad industrial que durante muchos años se desarrolló en sus 132.000 metros cuadrados.
Se trata del último informe sectorial que ha reclamado la Junta de Andalucía al Ayuntamiento isleño para que el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) cuente con todas las bendiciones y el futuro desarrollo de los terrenos ya no tenga más impedimentos que los económicos, puesto que resulta muy difícil pensar que éste se vaya a producir más pronto que tarde dada la crisis actual, y más en el sector inmobiliario.
El delegado general de Desarrollo de la Ciudad, Ángel Martínez, ha señalado que con anterioridad se ha dado el visto bueno por parte de la Administración autonómica a otros dos informes que habían sido requeridos, tales como uno de tipo hídrico y otro de impacto medioambiental.
Por lo tanto, y siempre con las reservas que hay que tener cuando se trata de documentos urbanísticos que dependen de varias administraciones, parece que éste será el último obstáculo para la pretendida puesta en valor de unos terrenos que acumulan una década de reveses en los despachos.
Otros escollos
Atrás queda ya la lucha eterna con Defensa hasta que emitió un informe favorable sobre FSC por su cercanía con el helipuerto que el Ministerio tiene en la zona conocida como La Clica, o la reciente renovación del convenio con Sogescar, sociedad participada por Unicaja, Sando y Esisa. Cabe recordar que Sogescar fue la que puso sobre la mesa el dinero para pagar a los trabajadores de la antigua fábrica de San Carlos a cambio de la recalificación de los suelos para su uso residencial.
En principio los planes de de desarrollo para FSC pasan por la construcción de alrededor de 800 viviendas, una zona dedicada a hoteles y otra parte que tendrá un uso comercial. Eso es lo que está pintado sobre el papel, ahora queda lo más difícil y es que esa nueva área de esparcimiento de la ciudad se convierta en una realidad durante los próximos años.
