El Puerto

Al borde del precipicio

La desbandada generalizada, las denuncias, el convenio concursal y las escasas opciones de remontar la situación, resigna a la afición ante su triste final.

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  • Final precedible. -

Con las puertas cerradas a cal y canto y con un silencio sepulcral, el José del Cuvillo observa la lastimosa realidad en la que se ha envuelto la patética situación racinguista de un tiempo a esta parte. Sin noticias que alienten la esperanza y sin más resignación que la que va sepultando su existencia, la capitulación a su triste suerte va camino de un final que parece no tener vuelta atrás.

El Racing Club Portuense agoniza. El halo de esperanza cada vez se hace más difícil de encontrar en una entidad que según pasan los días va cayendo en la más absoluta de la indiferencia general, ante la falta de novedades positivas que digan lo contrario. La amargura ante las escasas opciones de salir airoso del trance, no ha hace sino retratar su angustioso desenlace y de paso, someter una extinción que se ha normalizado a fuerza de asumir su odisea particular.

Un final que se aproxima, que acecha su disolución, ante el acatamiento y ante una desbandada generalizada. El vencimiento está cerca. Sin gobierno, sin plan y sin nadie que aporte soluciones, el fin se conoce y se asume.

Con las denuncias de los jugadores por impagos sobre la mesa de la AFE, la cuenta atrás se acelera según se acerca el final de mes. El 28 de junio 12 del mediodía, dos días antes de la fecha ordinaria, las deudas deben estar saldadas o de lo contrario, el club descenderá administrativamente a la Primera Andaluza.

En el día de hoy se conocía la desaparición de la Unión Deportiva Salamanca, que comienza con su proceso de liquidación tras no firmarse el convenio concursal. Mismo desenlace y siguiente paso que abocará, si nada lo remedia, el Racing Portuense en el mes de julio.

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