Arcos

Don Manuel retorna a San Francisco como párroco

Por segunda vez en su vida religiosa dirige la entrañable parroquia tras su experiencia en El Puerto. El miércoles tomaba posesión ante el obispo diocesano, José Mazuelos, y la comunidad religiosa

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El pasado miércoles fue un día clave en la vida religiosa de Manuel Rodríguez Salas, don Manuel, como todo Arcos lo conoce desde que llegó a la ciudad siendo un chaval de 25 años. Tomaba posesión como nuevo párroco de San Francisco tras la marcha a Chipiona de Antonio Castillo Jurado; un cargo que ostenta por segunda vez en su vida y al que llega con mayor experiencia, tras haber superado una enfermedad, haber dirigido una parroquia en El Puerto y haber sido ayudante del citado sacerdote durante los últimos años. La ocasión merecía una solemne eucaristía que fue presidida por el obispo diocesano, José Mazuelos, y en la que no faltaron la comunidad religiosa de San Francisco, las hermandades, la familia (su hermana) y los amigos de toda una vida.
Unas horas antes del acto recibió a este medio en su casa, junto a su inseparable hermana Mari Carmen, donde confesó sentirse algo nervioso y excitado con su toma de posesión, pero al mismo tiempo con la serenidad que le da sentirse apoyado por los colaboradores que le ayudarán en su tarea administrativa en la parroquia.


Su reciente enfermedad le hace sentirse con menos fuerzas físicas, como admite, pero también en la confianza de que Dios le ayudará a afrontar sus nuevas responsabilidades. “Si Él me dejara, me quedaría sin fuerzas y no podría hacer absolutamente nada. Tengo ilusión, me falta el brío, la fuerza de los treinta o cuarenta años, pero gracias a Dios no estaré solo”. Y es que don Manuel no estará solo, pues el obispo ha encomendado al padre Salvador Marín que colabore con él en la parroquia; un cura que ya  ayudó a Domingo Gil en la Basílica de Santa María hace unos años.


Don Manuel sabe que la de San Francisco es una parroquia muy viva, con numerosos grupos de catequesis, comunidad, hermandades... que requieren una atención especial. Además, la parroquia ha crecido mucho durante los últimos años, gracias en gran medida al magnífico trabajo de su antecesor, Antonio Castillo, con quien don Manuel se derrite en expresiones cariñosas y de camaradería. De él asegura es una de las mejore personas que ha conocido en su vida, un amigo que ha descubierto en su experiencia religiosa  y con quien ha compartido los gozos y las penas de ser cura.



La toma de posesión como párroco ha despertado una gran expectación esta semana, un detalle social que el veterano sacerdote ha querido agradecer a través de estas páginas, con el orgullo de sentirse muy querido entre los arcenses, a los que siempre ha considerado sus verdaderos paisanos pese a ser natural de Sanlúcar.  Al igual que hacía Antonio Castillo hace una semana y de manera pública, pide perdón por aquellos desencuentros que haya podido tener con su feligresía, aunque seguro que han sido menos...

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