El número de transacciones inmobiliarias ha acumulado una caída del 19,50 por ciento en los nueve primeros meses del año, según los datos ofrecidos por el Ministerio de Fomento. El desplome es mucho mayor en el caso de las viviendas de nueva construcción (de menos de dos años), acumulándose en este caso un descenso del 79,52 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. En el lado opuesto se encuentran las viviendas de segunda mano, cuyas ventas se han incrementado un 7,66 por ciento.
Los datos son en cualquier caso bastante desalentadores para el sector inmobiliario. De hecho, entre enero y septiembre se vendieron sólo 656 viviendas, abriéndose una brecha aún mayor con el año 2007, cuando a estas alturas del ejercicio se habían cerrado 3.363 operaciones. Eso significa que se ha pasado de vender 12,45 viviendas al día a cerrar poco más de un par de transacciones diarias.
Los datos del Ministerio de Fomento permiten conocer la evolución de las ventas de las viviendas atendiendo a su calificación. Las operaciones relativas a Viviendas de Protección Oficial (VPO) agudizan su crisis particular. Sin ir más lejos, en lo que va de año se acumula ya una caída de operaciones del 62,41 por ciento; mientras que en el caso de las viviendas de renta libre se aprecia un ligero repunte del 3,18 por ciento.
Resulta especialmente interesante comparar estos datos con los de 2007. Ahora, la proporción de transacciones de VPO y de viviendas de renta libre es del 16,15 y el 83,84 por ciento, respectivamente, observándose un claro desequilibrio en favor de estas últimas. En 2007, por el contrario, las ventas se repartían de manera más equitativa entre ambas tipologías de inmuebles. Así, las transacciones de VPO representaban entonces el 35,41 por ciento, mientras que las operaciones de renta libre se elevaban al 64,58 por ciento del total.
Bastante más igualdad aún si cabe existía entre las viviendas de nueva construcción y las de segunda mano, que en 2007 suponían el 51,94 y el 48,05 por ciento del total de las ventas. Ahora, por el contrario, los inmuebles nuevos representan sólo el 7,92 por ciento, mientras que el 92 restante está copado por las ventas de segunda mano.
