La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) destacó hoy los avances hacia el uso de transportes más sostenibles en las ciudades europeas pese al lento avance de alternativas como el coche eléctrico, y destacó el caso de Sevilla como un ejemplo a seguir por su apuesta por la bicicleta.
"Sevilla ha sido la sorpresa de este año, un ejemplo de una ciudad en la que se han hecho bien las cosas y que puede ser repetido en otras localidades", dijo a Efe el responsable de Transporte de la AEMA, Alfredo Sánchez.
Sánchez destacó que la capital andaluza comenzó a apostar por la bicicleta como medio de transporte urbano cuando apenas tenía presencia en la ciudad, y que introducir un nuevo medio como transporte habitual es el paso más complejo, tras lo que su expansión resulta más sencilla.
Este progreso queda reflejado en el informe anual de Transporte y Medioambiente de la AEMA que ha sido hoy presentado en Bruselas, en el que se destaca el 40,8 % del total de kilómetros recorridos en Sevilla se hacen ya a pie o con bicicleta, cifra que en Valencia se eleva a un 47 %.
"En otras ciudades españolas como San Sebastián y Barcelona ya se estaba promoviendo la bicicleta desde hace más tiempo, pero el caso de Sevilla ha demostrado que no es imposible introducir el uso de este medio de transporte con las políticas adecuadas", afirmó Sánchez.
El experto de la AEMA recordó que Madrid también prevé poner en marcha un servicio público de alquiler de bicicletas, y destacó los beneficios que este medio de transporte tiene para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Precisamente Madrid aparece en el informe como uno de los puntos de la UE que presenta mayores problemas de calidad del aire relacionados con el tráfico por carretera.
Sánchez destacó que resulta "interesante" la apuesta de la capital española por regular el aparcamiento dependiendo tanto de la demanda de la plaza como de las emisiones que produzca el vehículo, para premiar aquellos que son más "limpios".
El transporte público es, en general, "indispensable en ciudades grandes y medianas" pero debe ser complementado con otros servicios que permitan la movilidad completa, como por ejemplo la bicicleta, destacó el experto de la AEMA.
"Es lo que se conoce como acceso en la última milla: permitir al usuario que se desplace de su casa en Majadahonda a la estación de tren, con el que podrá llegar al centro de Madrid, por ejemplo", explicó Sánchez.
Pese a que el informe de la AEMA apunta a que el sector del transporte europeo está "mejorando su relación con el medio ambiente", la agencia advierte de que la Unión Europea se arriesga a no cumplir con sus objetivo de que el 10 % de la energía consumida en 2020 por el sector sea de origen limpio.
"Estamos esperando a las nuevas tecnologías, se habla mucho del coche eléctrico y del hidrógeno, pero las ventas aún son muy bajas", afirmó Sánchez, quien indicó que el progreso hecho en cuanto a la aportación de las renovables al transporte se debe mayormente a la electricidad en el ferrocarril y a los biocombustibles.
Pese a estas dificultades, el director de la AEMA, Hans Bruyninckx, se mostró a favor de las tendencias detectadas en el informe y aseguró que "muchas ciudades están aplicando ideas innovadoras que harán que el sistema de transporte basado en el coche parece como una idea que pertenece al siglo pasado".