El Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer contará a partir de enero con Alejandro Millán, que se retiró al finalizar la pasada campaña y que pasados unos meses ha decidido reaparecer para ayudar al equipo.
El que fuera capitán del conjunto amarillo decidió poner fin a su carrera profesional tras 24 años ligado al club por las dudas generadas por una lesión de rodilla y el cansancio psíquico de la competición. No obstante, el paso del tiempo y el interés de sus compañeros le ha permitido cambiar de perspectiva y comprometerse con el equipo que dirige Fernando Castelló hasta final de temporada.
“Sé que le debo una al club de mi vida y necesito ayudarles en momentos difíciles, aunque deportivamente sean excelentes”, ha manifestado Millán, que ha detallado que “vuelvo con la idea de echar una mano al equipo, aunque deportivamente va muy bien y por resultados no le hace falta, pero sí es cierto que la plantilla es corta y hay jugadores que juegan 60 minutos por partido y sufren más desgaste, como Sergio Cruzado, Javi Ollero y José Jiménez”.
El extremo moguereño ha relatado que “durante tiempo he estado en contacto con el equipo, he visto partidos aunque al principio no quería y han sido varios los compañeros los que me han animado a volver, insistiéndome en que había un gran grupo en el vestuario. También me reuní con la presidenta y al final entre todos me han dado el empujoncito que faltaba y me he comprometido con el equipo hasta final de temporada”.
En cuanto a su estado, pese a no jugar desde mayo, Millán ha continuado realizando ejercicio físico y se ve listo para rendir, sin las dudas de las lesiones. “Físicamente he visto que la rodilla está bien y he logrado despejarme física y psicológicamente en este tiempo, en el que he sentido también el deseo de competir, al que tan acostumbrado estaba. Vuelvo como uno más, con muchas ganas de trabajar para el equipo e ilusión por ayudar”.
Millán, que ha pedido jugar sin recibir ninguna remuneración, tuvo un motivo más para volver el viernes en el Teatro Felipe Godínez. Aunque entonces la decisión estaba ya tomada, Millán pudo comprobar al recoger el galardón al mejor deportista de 2013 en la Gala del Deporte de Moguer el enorme cariño que le profesa su pueblo.
“Me sentí muy arropado al recibir tanto cariño y aplausos de golpe y que no esperaba en ese momento que fuese tanto. Estaba más nervioso que a la hora de tirar un penalti cuando iba a subir al escenario, porque tenían mirándome a toda mi familia, amigos, compañeros y la gente de mi pueblo”, manifestó. Además expuso que “aunque el premio era para mí siento que es también para todos ellos que han estado siempre apoyándome, como los entrenadores que he tenido en el club. He recibido muchísimas felicitaciones antes y después de la gala y me sentí muy feliz”.