Lo que queda del día

Suspense

El PP confía en que el juez decrete de nuevo la inadmisión de la denuncia, pero hasta que llegue el momento el suspense persiste y el cercano horizonte de las municipales trastoca las optimistas previsiones del partido

No sé si en el PP pensaban que con la comparecencia de la alcaldesa en el pleno extraordinario del pasado día 17 para informar sobre los contratos adjudicados en Fitur 2004 era suficiente para dar carpetazo al asunto. Presté atención y quiero entender que, cuando menos, no respondió a las cuatro preguntas clave que le hizo Joaquín del Valle, por mucho que me pareciera entrever que él se esforzaba por extraer en qué momento las había podido responder.

Ya apunté que la mejor intervención de toda la sesión fue la de la réplica de Antonio Saldaña, no la de la alcaldesa: había que leer entre líneas, tener a mano a un intérprete, sí, pero en su exposición quedaban recogidas las claves de aquellas contrataciones y de los expedientes, también las de las dudas razonables en las que abundaba el informe de la Policía Judicial, y, de manera consecuente, los motivos en los que los populares sustentan su solo aparente tranquilidad. No creo que Del Valle necesitara intérprete, y por eso “debió entender” las respuestas, pero después de tal ejercicio de transparencia resulta asimismo ilógico que tenga que seguir reclamando públicamente aquellos expedientes que iban a estar a disposición de todos los grupos para ratificar la versión del Gobierno local -hay detalles que, al final, pervierten la buena voluntad-. 

Reitero: no sé si el PP pensaba que ya había dado carpetazo al asunto, pero el juez Pablo Ruz les ha sacado de dudas esta semana, y el lunes ya había quien hablaba de “gabinete de crisis”; a lo mejor alguien piensa que estas cosas es mejor celebrarlas tomando cañas, pero lo lógico es que la cúpula de un partido se encierre, analice el auto y proceda a su valoración, la interna y la pública, por mucho que adivinemos la primera y cueste creer la segunda -algo, en cualquier caso, que podemos aplicar igualmente a la oposición: tan evidente es adivinar su sensación interna ante los nuevos movimientos judiciales como delimitar sus lecturas públicas-.

Desde el PP han intentado extirparle el dramatismo al auto -que lo tiene: le basta hacerlo cuando cita el conocido informe de la UDEF-, antes de que hiciese metástasis con las lecturas del PSOE, pero sobre todo se apoyan en un hecho que ya aparecía reivindicado en el auto de 2011 del juez Pedreira: la incorporación del expediente completo de contratación, con alusión expresa al informe del Secretario y al del Consejo Rector del Instituto de Promoción de la Ciudad, de manera que la Intervención General del Estado pueda realizar una nueva evaluación que, eso esperan, sea favorable e imposibilite el desarrollo de la causa. E insisten: “no hay reapertura del caso. El juez Ruz atiende un recurso de reforma y ahora pide un nuevo informe a partir del cual determinará la inadmisión o no de la denuncia”.

Confían en lo primero, pero, hasta que llegue el momento, el suspense persiste -son conscientes de ello- y el cercano horizonte de unas elecciones municipales trastoca las más optimistas previsiones del PP en Jerez, que lo han sido hasta ahora, por mucho que se empeñen los demás en advertir lo contrario.Suspense como el de la película de Jack Clayton, pero con María José García-Pelayo en plan Deborah Kerr haciendo frente a los fantasmas del pasado, salvo que en su caso no tienen el rostro de Peter Quint, sino el de los que aprovecharon su proximidad al partido en busca del propio beneficio y ahora la exponen, tanto a ella como al nombre de la ciudad, en los titulares de los que sólo ven Gürtel como salvoconducto hacia la corrupción y, en Jerez, por seguir las reglas del género, como el macguffin perfecto de temporada: ya saben, lo que sustenta la trama, sin que sepamos realmente de qué se trata.

Pero un suspense, también, que, pendiente de las tácticas propias y de las lagunas del adversario, se vive más de siglas hacia dentro que hacia afuera, donde los demás, el pueblo, la calle, con sus autónomos, sus emprendedores, sus parados, sus ya ni mileuristas, amas de casa, abuelos, voluntarios, preferentistas, inmigrantes..., todos los demás, se dedican al complicado ejercicio de verlas venir, sin necesidad de más suspense que el que les proporciona El príncipe o la cuenta bancaria a una semana de fin de mes.

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