El Unicaja puso fin a su maldición con el CAI Zaragoza, equipo al que no se imponía desde octubre de 2011 con cinco derrotas consecutivas, y se llevó la victoria en su visita a la capital aragonesa que le permite tener prácticamente asegurada la cuarta posición que le otorgará el factor pista en la primera eliminatoria por el título.
Los malagueños agravaron la crisis de los aragoneses que en los cuatro últimos partidos solo ha sumado una victoria y ha encajado dos duras derrotas, mientras que ante Unicaja tras un buen inicio de partido les ha faltado acierto en sus lanzamientos.
Los zaragozanos saltaron a la pista con la muñeca caliente y en los diez primeros minutos metieron siete triples por tan solo una canasta en juego y dos tiros libres, lo que obligó a los malagueños a emplearse a fondo para en ataque para no ver roto el partido a las primeras de cambio.
El principal problema para el equipo de José Luis Abós fue lo pronto que se cargó con dos personales su pívot Henk Norel, quien a los cuatro minutos ya tuvo que tomarse de manera obligatoria el primer descanso con dos faltas personales en su haber.
Uno de los temores de los maños era cerrar el rebote ofensivo de su rival y las dos primeras acciones confirmaron que no podían confiarse lo más mínimo si no querían sufrir mucho, y los ajustes defensivos empezaron a surtir efecto aunque tenían problemas para frenar tanto a Stimac como a Fran Vázquez.
El segundo cuarto no se pareció en nada al primero y los rojillos comenzaron a buscar a sus interiores con balones dentro de la pintura tras errar sus primeros lanzamientos triples.
El equipo de Joan Plaza recuperó rápidamente la desventaja de tres puntos e incluso llegó a contar con cuatro puntos a su favor (35-39), en el momento más delicado para los locales con su rival defendiendo muy duro y los maños pecando en algunas acciones de blandos.
El tiempo muerto que pidió Abós hizo reaccionar a sus hombres que no solo anularon la desventaja sino que se fueron al descanso con dos puntos de ventaja (43-41).
El regreso a la pista tras el descanso deparó un par de minutos iniciales de espejismo para el partido con el CAI manteniendo la ventaja, pero tras el 47-45 del segundo minuto, a los maños se les fundieron los plomos, con una falta de acierto preocupante en diferentes momentos con tiros cómodos.
Dos rotundos parciales de 0-7 y 0-14, intercalados con cuatro solitarios puntos del CAI, dejaron muy encarrilado el partido para los intereses del conjunto de Joan Plaza. Los rojillos volvían a tener problemas para cerrar el rebote en su propia canasta, lo que daba segundas opciones a su rival, y ni siquiera el intento de defender en zona les permitió acortar distancias, tan solo frenó momentáneamente la sangría de puntos.
Los malacitanos alcanzaron su máxima ventaja a falta de ocho minutos (57-75), momento en el que empezaron a estirar sus acciones atacantes y los rojillos, más a base de ganas e intensidad que de acierto en muchos de sus lanzamientos, empezaron a recortar y llegaron a situarse a seis puntos (80-86) pero no pudieron ir más allá.