Jerez

El caso del agente que mató al ocupante de una patera, al Supremo

Presentan un recurso de casación que podría tramitarse en un año y medio

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El caso del guardia civil condenado por la Sección algecireña de la Audiencia Provincial a seis meses de cárcel e inhabilitación de un año y medio para el ejercicio de su labor pasó recientemente a la competencia judicial del Tribunal Supremo, al haber presentado la defensa del agente un recurso de casación, informaron ayer fuentes judiciales.

Esta tipología de recurso no supondría la celebración de un nuevo juicio, sino la revisión de una sentencia que a ojos de la defensa podría tener una incorrecta interpretación o bien se entiende que el procedimiento no ha cumplido los requisitos legales.

Las fuentes consultadas afirmaron que la presentación de este recurso de casación podría retrasar en un tiempo que podría llegar al año y medio el cumplimiento de la sentencia.

Los hechos tuvieron lugar el 30 de diciembre de 2000, cuando agentes de la compañía de Tarifa interceptaron a un grupo de sin papeles cerca de la costa. Era de noche, y la visibilidad en esa zona era reducida. Al bajar hacia la playa, los agentes se dividieron para interceptar a los inmigrantes, que habían salido huyendo de la patera.

El acusado corrió detrás de uno de los sin papeles. Este último se encontraba de espaldas cuando el agente, con el arma en una mano y una linterna en la otra, disparó un tiro al aire de manera intimidatoria y el marroquí se paró, sin llegar a volverse.

El efectivo condenado alegó durante el juicio que, al acercarse al inmigrante para detenerlo, este se tiró al suelo, provocando con ello la caída del guardia civil y el disparo accidental que provocó la muerte del ciudadano extranjero.

La bala entró con una trayectoria ascendente a través de la parte posterior de la axila rozando el brazo izquierdo del fallecido provocando la fractura de la quinta costilla y una lesión pulmonar, provocando asimismo daños cardiovasculares y subió por el cuello rompiendo después los huesos del oído del acusado y acabó alojándose en la parte derecha de la mandíbula, causándole la muerte inmediata. El juez consideró con su resolución que el acusado había actuado con imprudencia por empuñar el arma.

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