Excursiones, largas caminatas por el bosque, acampadas... Llega el buen tiempo y con él las actividades al aire libre, actividades muy sanas y saludables, pero con un factor de riesgo, las garrapatas. Y es que la conocida como enfermedad de Lyme, transmitida por la picadura de garrapata, es cada vez más habitual y ya en algunos paises, donde cada año el numero de diagnosticados crece exponencialmente, empieza a convertirse en un auténtico problema de salud pública.
Grave problema de salud
Si es detectada en una fase temprana, la enfermedad de Lyme no suele acarrear demasiadas complicaciones, pero de no ser así, puede llegar a provocar problemas en el sistema nervioso y en el cerebro, en el sistema cardíaco, las articulaciones, la piel e incluso puede provocar la perdida de sensibilidad en las extremidades.
Prevención
No existe vacuna para la enfermedad de Lyme, por lo que los expertos coinciden en recomendar la prevención de la enfermedad como el mejor tratamiento posible.
El uso de repelente de insectos, tanto en la piel expuesta como en la ropa y el calzado (en estos elementos se recomienda un repelente con permetrina que proporcione una protección duradera resistente incluso a los lavados), reducir todo lo posible la cantidad de piel expuesta (introducir los pantalones por dentro de los calcetines), caminar por el medio del sendero y evitar en todo lo posible zonas con la hierba alta o con vegetación muy espesa.
Si ve una garrapata, es importante quitarla mediantes el uso de unas pinzas, nunca se debe apretar su cuerpo con los dedos, ya que eso provocaría la introducción de los fluidos de la garrapata en el torrente sanguíneo incrementando el riesgo de infeccion.
Las mascotas un factor de riesgo importante
Las mascotas aumentan considerablemente el riesgo de contraer la enfermedad, por lo que se recomienda su protección con collares antigarrapatas, llevar un exhaustivo control sobre ellas y revisarlas periodicamente, especialmente después de un paseo por el campo.
